(emitido a las 7.53 hs.)

EMILIANO COTELO:
En los últimos 12 meses se presentó una denuncia por violencia doméstica cada 19 minutos. Y, paralelamente, en ese mismo período, murieron 24 mujeres por esta causa. O sea, una cada 15 días.

Estos datos forman parte de la "rendición de cuentas" publicada ayer por el Ministerio del Interior con motivo del "Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra la Mujer", que se conmemora hoy.

Vamos a profundizar en ese informe, que también incluye datos alentadores, por ejemplo del programa de colocación de tobilleras electrónicas a los agresores.

El diálogo es con la directora de la División de Políticas de Género del Ministerio del Interior, Marisa Lindner.

ROMINA ANDRIOLI:
Repasaba la evolución de las denuncias por violencia doméstica, y si vamos a los datos que presentaron ayer en el ministerio, hasta octubre se presentaron 23.326 denuncias por violencia doméstica. La evolución ha sido creciente, por lo menos desde 2005, que es cuando comenzó a llevarse registro, y ese año fueron 5.612 nada más. ¿A qué se debe el incremento de las denuncias? ¿Entiende que hay más casos de violencia doméstica o que se ha incrementado la denuncia como tal?
 
MARISA LINDER:
Básicamente hay un trabajo realizado en todo este tiempo que tiene que ver con la posibilidad de captar y registrar mejor la violencia doméstica detrás de otros delitos y otros hechos familiares. La violencia doméstica es un fenómeno que empieza a hacerse visible a partir de los procesos que arrancan en 2002 con una ley que define la violencia doméstica en su complejidad, que establece distintos tipos de violencia. Durante mucho tiempo los temas de violencia doméstica eran casi exclusivamente tipificados a partir de las lesiones o de la violencia física. Hoy por hoy, a partir de la ley, se complejiza eso para acercarlo más a la problemática, habiendo otros tipos de violencia, como la psicológica, la sexual, la patrimonial.

EC – De todos modos, cuando manejamos este número de 23.326 denuncias en lo que va del año, nos referimos a violencia doméstica en su sentido más amplio, no solo violencia contra la mujer, también estamos abarcando violencia contra niños, hombres, ancianos, todas las variantes.

ML – Exactamente. La ley es muy clara en su definición, establece básicamente el tema del daño generado a partir de una relación que involucra una relación familiar o de afectos. Por lo tanto este es un universo que representa a todas esas manifestaciones. Básicamente lo que podemos plantear, más allá de que esta cifra no está desagregada por sexo, es que las mujeres y las niñas, niños y adolescentes, son las principales víctimas de estas situaciones.

RA – Usted dice que hay una mejor detección de la violencia doméstica que hoy se tipifica específicamente y no se oculta en otros delitos como lesiones. De todas formas, ¿se percibe un aumento en el último tiempo?

ML – Hoy a las 11.00 se va a presentar la encuesta de prevalencia que fue realizado por el Instituto Nacional de Estadística junto al Consejo Nacional Consultivo. Allí va a quedar por primera vez un dato, que va a ser muy importante, que es lo que se llama la prevalencia de la violencia doméstica en la sociedad uruguaya y en particular la que sufren las mujeres. Cuando tengamos esa cifra vamos a ver que las 23.326 son solamente parte de un problema mucho mayor que tiene la sociedad. Nosotros sabemos que todavía hay muchas realidades que por distintas razones no llegan al Estado a través de la Policía, de las instituciones de salud o los servicios de atención a violencia doméstica.

La sociedad uruguaya tiene un problema muy importante que durante mucho tiempo no pudo reconocer, y recién a partir de la detección del problema a nivel general vamos  a poder decir si aumenta o decrece. Hoy por hoy lo único que tenemos son las cifras de las denuncias como un dato riguroso que parte de un registro administrativo. Lo que podemos decir es que hemos estado trabajando mucho para visualizar mejor esta problemática detrás de un sinnúmero de otros delitos, por ejemplo, no solo las lesiones sino también las amenazas, la violencia privada, el daño, el homicidio, el suicidio. Hay una serie de delitos que deben asociarse porque lo importante luego, para generar medidas de protección y prevención, está en saber cuáles son las causas, son causas muy diferentes las que pueden llevar a una situación de riesgo a una mujer que a un hombre, tal cual nos lo plantean las estadísticas.

RA – ¿Ustedes tienen estimado qué porcentaje de mujeres que sufre violencia doméstica termina denunciando el hecho?

ML – Eso no lo podemos saber hasta que no tengamos los datos que se van a presentar hoy y que van a ser de una primera encuesta nacional, porque para saberlo nosotros necesitamos saber qué dimensión tiene el problema en la sociedad para luego ver cuántos casos se denuncian. Hasta ahora ese dato Uruguay no lo tenía, recién a partir de esta encuesta, que por otra parte sigue parámetros internacionales, vamos a poder tener mejores elementos para poder decir si aumenta la violencia doméstica. Por ahora lo que tenemos son los registros administrativos, particularmente a nivel policial pero también a nivel judicial, de lo que llega al sistema de justicia en relación a esta problemática.

RA – Yendo a otro de los datos que surge de la información que presentaron ayer en esta "rendición de cuentas", se ve que en los últimos 12 meses hubo 49 mujeres asesinadas y que esto es apenas dos casos menos que en 2013. De ese total, 24 fueron exclusivamente por violencia doméstica. Hay un dato que llama la atención que es que los homicidios realizados por la pareja o la ex pareja disminuyeron a la mitad en un año.

ML – Sí, efectivamente, el año pasado eran 49% del total y hoy es 29%. Este es un dato que realmente nos va a exigir hacer un seguimiento y analizar en el correr de los próximos años. También es importante ver, y ayer se planteaba con mucha claridad, que los datos en relación a esta temática hay que verlos en un proceso de tiempo. Este año nos queda seguir analizando este elemento que nos parece muy importante porque por otra parte, como hipótesis, podemos plantearnos si en este porcentaje no está teniendo que ver el programa tobilleras, porque dentro de ese programa el 96% de los casos en los cuales se les dispuso la tobillera es por pareja o ex pareja. No tenemos certezas, pero sí un elemento que nos convoca a seguir trabajando en relación a esto.

EC – Lo que sí está claro es que en los casos en los que se aplicó la tobillera -casos en los que una mujer había denunciado a su esposo o compañero y entonces se le aplicó a este la medida de mantenerse a cierta distancia del lugar- no hubo nuevos episodios de violencia.

ML – Hasta el momento no, hubo algunas reinstalaciones. Básicamente lo que el sistema judicial realiza es una valoración previa al retiro de la tobillera, para lo cual se establece la continuidad o no de la medida. También se está trabajando junto con el Ministerio de Desarrollo Social para que personas que entran a este programa puedan tener luego un espacio para trabajar, en el caso de los ofensores, a la salida de estos episodios, y de las víctimas, para fortalecerse.

EC – Son dos niveles, entonces mientras ha estado la tobillera colocada no ha habido agresiones.

ML – No.

EC – Se logró frenar eso, que es todo un problema, el que lleva muchas veces a que la mujer no presente la denuncia por miedo a la reacción posterior del acusado. Mientras ha estado en uso la tobillera no ha habido agresiones. Ahora, ¿cuándo se dispone retirar la tobillera? ¿Cómo se evalúa el momento en el que ya no existe más riesgo?

ML – En este caso es el Poder Judicial el que establece la cantidad de días por la cual se dispone la tobillera, allí hay disposiciones que son de 90 días, 120, 180, cada juez determina ese plazo. Después se evalúa.

EC – ¿Y cómo se le da tranquilidad a la mujer cuando ya no está la tobillera de por medio?

ML – Allí hay distintas posibilidades, no depende de la Policía hacer esa valoración, básicamente lo que nosotros tenemos como registros es que en muchas situaciones se mantiene la medida cautelar de alejamiento sin la disposición de tobillera. Eso permite un nivel de control, también secundario, por parte de la Policía, que tiene que hacer un seguimiento de las cautelares. Pero nosotros ahora estamos en un proyecto muy importante con la Facultad de Medicina, cuyo avance se presentaba ayer, para poder detectar la valoración de riesgo y también para pensar en medidas que permitan luego un seguimiento a más largo plazo.

No podemos asegurar que las situaciones que ingresaron al programa no se reiteren luego del tiempo de uso de la tobillera, lo que sí hay es la posibilidad de trabajar con esa pareja durante un tiempo y creemos que ha sido importante en este sentido porque, por los datos que tenemos, no tenemos reincidencia, salvo en tres casos, que hayan tenido que disponer nuevamente el uso de la tobillera.

RA – El ministro Eduardo Bonomi dijo ayer, cuando presentaba estos datos, que se está elaborando un nuevo decreto vinculado a la violencia doméstica para tener mayores controles al respecto, ¿en qué aspectos están trabajando? ¿Por dónde se podría avanzar en ese sentido?

ML – En el decreto que se presentaba ayer venimos trabajando desde hace bastante tiempo y está vinculado a todo el abordaje integral de la violencia doméstica a la interna de la Policía. El ministro ha reconocido en otras oportunidades que como institución pública tenemos también que abordar la problemática hacia la interna policial. Básicamente lo que estamos haciendo, con un trabajo que implica la prevención, la atención y también la definición de cuáles son las medidas administrativas de posibles sanciones o reparaciones para las víctimas, cómo la institución lo está abordando hacia su interna. Porque básicamente consideramos que es muy importante el hecho de que un actor clave para la protección de los derechos de las personas que sufren violencia doméstica tiene que mirarse hacia adentro y tiene que ser una institución libre de violencia doméstica. Esto como meta, como objetivo.

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