En ese incidente, a principios de enero, Policía y Bomberos identificaron y desactivaron un aparato si detonador, pero con capacidad de explotar, en las inmediaciones de la nueva sede de la embajada israelí.

De acuerdo al periódico Haaretz, las investigaciones de los servicios de inteligencia uruguayos mostraron que un diplomático de alto rango en la embajada de Irán tendría vinculaciones a la colocación de la bomba, por lo que Cancillería consultó con el gobierno iraní y se resolvió la expulsión del funcionario.

Las fuentes oficiales citadas por el diario indicaron que Uruguay informó de esta decisión al gobierno israelí. Según señala el periódico en su versión en inglés, el gobierno uruguayo habría resuelto mantener un ‘perfil bajo’ sobre este asunto y no hizo pública la expulsión del iraní.

La nota también añade que las autoridades israelíes temen por la seguridad de sus edificios ante posibles actos de represalia,  tras el asesinato de un líder de la milicia Hezbollah y un general iraní hace dos semanas.