Justicia investiga caso de Euskal Erría
La Justicia recaba pruebas para decidir sobre el procesamiento del policía del servicio 222, presunto autor del homicidio de un joven en los incidentes de Euskal Erría. La causa está a cargo del juez penal de séptimo turno, Pedro Hackembruch, quien en la tarde del martes tomó declaración al propio policía, a los jóvenes protagonistas de los incidentes y a vecinos testigos de la zona.
El magistrado explicó que el caso está en etapa de instrucción, recogiendo pruebas balísticas y testimonios. "Todavía es prematuro emitir una opinión al respecto, dado que estamos indagando a los heridos, testigos y al funcionario policial interviniente. Faltan las pericias técnicas correspondientes, estamos tratando de recabar todas las pruebas necesarias para poder tomar una resolución en tiempo y forma", informó. Hackembruch explicó además que luego de tomar la resolución, la causa seguirá abierta y se tomarán nuevos testimonios. "Aún cuando eventualmente pueda dejarse en libertad al policía por no estar completa la instrucción, no debemos perder de vista que, cuando hay una persona privada de libertad, tenemos 48 horas a lo sumo para resolver la situación. Si no tenemos elementos para procesar, podemos ponerlo en libertad. Eso no quiere decir que la instrucción no siga su curso. Se sigue investigando y una vez agotada la instrucción, se resuelve el curso de acción a seguir", afirmó. La fiscal interviniente es Adriana Costa. Asombro e indignación en Euskal Erría Malvín Norte vivió una noche de furia el lunes, cuando un policía que cumplía un servicio de vigilancia 222 en el Complejo Euskalerría 70, disparó indiscriminadamente contra un grupo de siete jóvenes. Santiago, de 19 años, cayó fulminado de tres balazos, mientras en este momento hay otros tres chicos internados, uno de ellos en estado de suma gravedad. Este es el testimonio, de Sebastián Chapuy, quien recibió un disparo en un brazo. "Eramos siete. Estábamos festejando el cumpleaños de un amigo, cantando canciones de cuadros, de Peñarol, Nacional, Defensor y Danubio. Empezamos a cantar borombombom, el que no salta es un botón y vino el policía que trabajaba acá. Dio la vuelta y nos dijo chupapija, a ustedes los voy a matar. Lo repitió y nos puso contra el muro, a ver si teníamos algo. No nos revisó ni nada, bien de judío fue eso. No teníamos nada y se fue. Empezamos a cantar de vuelta, jodiendo entre nosotros. Vino, sacó el arma, cargó, y Santiago, un amigo mío, el que falleció, le dijo: si cargaste, tirá ahora. Pum, pum, pum", relató. En estos momentos hay tres internados, uno de ellos de suma gravedad en Impasa. Luego del episodio, los vecinos de Euskal Erría 70 se volcaron furiosos a protestar por lo sucedido. Se vivieron episodios confusos con la quema de garitas policiales. Paralelamente, hay una versión de que habitantes de asentamientos cercanos habrían aprovechado para robar viviendas y comercios. Vecinos del complejo aseguraron que el policía implicado ya contaba con antecedentes de violento en el barrio. Siempre estaba con varias armas, algunas de las cuales escondía en sus botas. Había matado a algunos perros y tenía amenazados a varios jóvenes con que no lo sacaran de quicio, porque los iba a matar. A las 20.30 horas del lunes, el policía disparó a mansalva contra los jóvenes que festejaban un cumpleaños, y aun continuó disparando contra aquellos que lograron salir corriendo hacia una zona donde había niños hamacándose. Cerca de cien personas bajaron desde asentamientos cercanos con la intención de robar en medio de la confusión creada. También prendieron fuego una garita de policía. Uno de los comerciantes de la zona, relató su versión. "Fue caótico porque el 222 es el único que tenemos. Se retiró del lugar y quedamos completamente regalados. Lo que llama más la atención es que estaba la guardia de coraceros, la policía, los bomberos, hasta la prensa a dos cuadras, pero tenían orden del Ministerio del Interior de no acercarse al complejo hasta que no se calmara la situación. Quedamos completamente desamparados y a la espera de que se calmara. Cuando se calmó, robaron, rompieron todo, hicieron lo que quisieron y se fueron, ahí llegó la guardia de coraceros", contó. Acerca de esto, el ministro del Interior dijo que se investigará por qué se demoró en llegar al complejo durante el saqueo. En tanto, compañeros y amigos de Sebastián, el joven asesinado, han montado una especie de santuario en su memoria, en el árbol donde ocurrieron los hechos.