Entrevistas

Vecinos de Euskal Erría promoverían acción judicial contra el Estado

"Alguien se puede enajenar y matar a una cantidad de gente, eso se nos escapa de las manos, pero lo de después no. Aparte, ¿quién dio la orden de que no vinieran? Eso fue una cosa craneada", afirmó el vecino de Euskal Erría Ramiro Ferreira respecto a la demora en la actuación policial durante los incidentes del lunes 22. "Quizás a alguien le hubiera interesado un caos, no sé, de repente alguien se hubiera beneficiado (...) Hay que pensar por qué alguien dijo: ‘No, no vayan’", reclamó.

(Emitido a las  7.37)

EMILIANO COTELO:
Los hechos violentos ocurridos en Euskal Erría anteanoche continúan hoy como titular principal en casi todos los diarios de Montevideo. "Plan de seguridad para un conmocionado Euskal Erría" es el enfoque del diario El Observador; La República, por su lado, titula: "No se presentaron ayer testigos del crimen en Euskal Erría. Sin ellos el policía quedará libre"; Últimas Noticias señala que "Los vecinos reclaman máximas seguridades"; El País, en tanto, titula con grandes caracteres: "Ministro y el jefe de Policía piden perdón". La crónica de este último matutino comienza con una frase entre comillas: "Esto demuestra una vez más que el servicio 222 es nefasto para la Policía y para quienes lo contratan". La afirmación pertenece al ministro del Interior, Daniel Borrelli, quien, consternado por los hechos ocurridos el lunes de noche en el complejo Euskal Erría, pidió públicamente perdón a los familiares de las víctimas por lo ocurrido.

El saldo de los incidentes fue de un joven fallecido y cuatro heridos; uno de ellos fue dado de alta, dos permanecen internados y el cuarto se encuentra en estado muy delicado.

Tanto el secretario de Estado como el propio jefe de Policía, Nelson Rodríguez Rienzo, fueron claros en responsabilizar al funcionario policial por este incidente luctuoso, aunque recién hoy la justicia se expedirá sobre el caso.

Sebastián Chapuy, uno de los jóvenes heridos por el funcionario en servicio de 222, relataba así, ayer, en Índice 810, lo que vivió en la noche del lunes.

(Audio.)

"SEBASTIÁN CHAPUY:
Estábamos festejando el cumpleaños de un amigo, éramos siete. Estábamos festejando el cumpleaños de un amigo cantando canciones de cuadros, de Peñarol, Nacional, Cerro y Danubio, ta, empezamos a cantar: ‘Borombombón, el que no salta es un botón’, no sé qué, ta, y vino un policía que trabajaba acá, vino, dio la vuelta, pum pum...

DANIEL PEPA:
Ustedes ya lo conocían.

SC - ...y nos dijo: ‘Chupapija, a ustedes los voy a matar’, y lo repitió de vuelta: ‘Chupapija, a ustedes los voy a matar’. Ta, y se fue. Vino y nos puso contra el muro, viste que hay un murito, y nos puso así. Ni nos revisó ni nada, bien de jodido, te voy a decir. Ta, no teníamos nada, se fue. Y empezamos a cantar de vuelta: ‘Bo borombombón, el que no salta es un botón’, y ‘Peñarol’, no sé qué, todos jodiendo. Era el cumpleaños de un amigo, estábamos jodiendo entre nosotros. Vino, sacó el arma, cargó. Y dijo Santiago, un amigo mío, que ahora falleció: ‘Si vas a tirar, tirá; si cargaste, tirá ahora’. Pum, pum, pum, pum, pum ... Ya está.

DP - ¿Santiago le dijo eso?

SC - Sí.

DP - Fue al que mató.

SC - Sí."

***

EC - Por su parte, la madre de Marcos Moreno, internado en el hospital Pasteur, agregaba lo siguiente.

(Audio.)

"En ese momento no estaban molestando porque no los sacaron, y había gente con niños y todo ahí. Vino un policía y empezó a disparar, aparte vació el cargador y todavía encima cargó otro y siguió dándole al chiquilín que estaba en el suelo."

(Fin.)

EC - Ayer al caer la tarde la Comisión Administradora del complejo Euskal Erría 70 se reunió con un nutrido grupo de vecinos y con el jefe de Policía de Montevideo, Nelson Rodíguez Rienzo, en un encuentro tenso, largo, sobre cuyos resultados nos interesa tener ahora las novedades.

***

EC - Ramiro Ferro es vecino de Euskal Erría 70.

Algunos datos antes, para ubicar a los oyentes. Estamos hablando de un complejo de casi 1.500 viviendas.

RAMIRO FERRO:
Sí, son muy numerosas; no sé exactamente cuál es el número de viviendas que hay.

EC – Exactamente 1.477, según veía en la prensa.

RF - Se habla de 5, 6.000 personas.

EC - Viven unas 6.000 personas. Ubicado en Malvín Norte sobre Hipólito Irigoyen, tres cuadras al norte de Avenida Italia.

RF - Así es.

EC - ¿Qué es lo que ustedes buscaban ayer en la reunión con el jefe de Policía?

RF - Yo personalmente no sabía que iba a ir el jefe de Policía. La mayoría concurrió y lo encontró ahí, se ve que alguien lo convocó o que el mismo jefe de Policía se quiso apersonar y vino. Fue algo muy especial, de repente habría que ponerse en la piel de la gente que está acá. La reunión de ayer fue muy tensa, fue un tema que realmente pasó más por lo emotivo que por lo racional. Las intervenciones que tuvo la gente fueron descargas en realidad de bronca y llantos; por eso no se dejó a la prensa, porque era algo un poco doloroso e íntimo casi.

EC - Lo que pasa es que en la noche del lunes pasó de todo allí en el Euskal Erría.

RF - Exactamente.

EC - Yo recién empezaba este espacio citando el detonante –y quizás, claro, lo más grave de todo, porque allí hubo un muerto y heridos de bala–, la actitud de este funcionario policial con los jóvenes que se encontraban festejando. Pero después la Policía que llega pero termina yéndose llevándose a los otros funcionarios en servicio 222, el complejo que queda convertido en una tierra de nadie durante dos, tres horas; aprovechan para ingresar habitantes del asentamiento cercano y se produce una ola de robos y saqueos, sobre todo con motos, bicicletas y otros vehículos que estaban estacionados. La demora en la respuesta policial, obviamente, es una de las insatisfacciones de ustedes. ¿Qué más?

RF - Por supuesto no quedan dudas de lo positivo de que haya venido Rodríguez, este policía, hay un reconocimiento de un error del funcionario que se enloqueció, se enajenó, que fue una locura lo que hizo.

EC - No es común que las autoridades pidan perdón, ¿verdad? Ayer lo hicieron el jefe de Policía y el ministro del Interior.

RF - Justamente. Generalmente pasa que se tapa, se diluye, se distrae el tema; pero acá no, porque es algo muy fuerte y lo vio mucha gente. Por más que alguien titule por ahí que no hay testigos, hay muchísimos testigos, como se cuenta realmente fue porque hay mucha gente que lo vio y fue así.

EC - Era incluso todavía de día.

RF - De día, sí, hay muchísima gente que lo vio. Aparte enseguida el testimonio de los chiquilines que corrieron, enseguida lo dieron, en un instante, a muchísima gente, y ahí la incapacidad de mentir: "Me pasó esto, vengo herido". Entonces se sabe bien lo que pasó acá, clarito.

EC - Se estaba poniendo el sol, pero con una luminosidad importante todavía.

RF - Había luz, era un día luminoso; había luz, se vio eso. El inspector nos pidió perdón, que es la parte positiva. Después todo lo demás es negativo, porque la actuación policial... no sé, no tiene antecedentes. Levantaron a los policías –eso es comprensible, porque la gente estaba enardecida después del disparate que hizo este tipo–, pero después estuvimos tres horas controladas por reloj, porque no fueron ni dos, ni una, ni dos y media, absolutamente solos. El inspector en la reunión de ayer comentó que eran 40 minutos que faltó realmente, porque son equipos pesados, que hay que preparar... Pero ahí le saltó todo el mundo: no fueron 40 minutos, fueron tres horas. Y yo no puedo creer que ese detalle se le haya pasado al ministro, creo que si no vinieron antes fue porque hubo una orden pesada, grande, que dijo: "No, no vayan, ni se aparezcan por ahí".

EC - Veía testimonios de algunos vecinos muy enojados con el trato que recibieron en el teléfono 911.

RF - Sí, sí.

EC - Porque tenían como respuesta que a las 20.30 se habían despachado efectivos y emergencia –cosa que ocurrió, verdad, inmediatamente después de los balazos...

RF - Eso es verdad.

EC - ...pero ahí cortaban, el telefonista colgaba y no daba más explicaciones, cuando la gente lo que quería era decirle: "Sí, bien, eso ocurrió 20.30, pero ahora son las nueve y media, las diez de la noche y no hay nadie de la Policía acá".

RF - Seguro. Eso es absolutamente preocupante, porque ¿quién puede haber dado la orden? Además hay que situarse en el momento en que estábamos acá. Cuando vino esta horda de gente que vino a saquear... fíjese que nos dejó a nosotros enfrentados a esa situación, en ese momento bajaron los vecinos y se formaron pequeñas reuniones, asambleas, "a ver qué hacemos". Mucha gente tiene armas, yo personalmente, me gusta cazar, tengo armas de caza, podría haber bajado bien armado y haber dicho: "Esto es propiedad privada, me están destruyendo mi auto, me llevan mi moto, me rompen los vidrios; yo me defiendo y tiro". Primó en esas reuniones improvisadas el sentido común de decir: "No, no, vamos a no agrandar el tema, ya hay heridos".

EC - Aquello pudo terminar en una carnicería...

RF - Pudo haber terminado... Es un ángulo del cual no se ha hablado.

EC - Vecinos contra vecinos.

RF - Vecinos contra vecinos, cuando yo personalmente no tengo nada, en absoluto, contra la gente del asentamiento, hay gente como en todos lados, hay gente realmente bien. Es más una cuestión de prensa esto de "Euskal Erría contra asentamiento", acá no es así. Los niños del asentamiento vienen a jugar acá, juegan, y cuando mi hijo juega con los niños no les pregunta: "¿Vos de dónde venís?"; juega y chau, y se acabó, eso es así.

JOEL ROSENBERG:
Pero se dieron algunos enfrentamientos, ¿no?, del grupo de jóvenes que querían defender sus bicicletas, sus motos. Yo ayer estuve de mañana y me contaban que hubo momentos en los que incluso...

RF - Ni que hablar, es así. Pero eso es lo lamentable, que nos tuvimos que pelear vecinos contra vecinos.

JR - Claro, por eso le decía.

RF - Era una tarea realmente de la Policía. Aparte la macana partió de un policía enajenado, loco, lo que quiera, pero ellos mismos, justamente, por eso mismo, tendrían que haber venido y tomado las riendas del asunto. "Bueno, fue una macana nuestra; de cualquier forma vamos a arreglar esto, vamos a pararlo". Eso es lo que nos dejó... Rodríguez no supo qué decir, dijo que iban a hacer investigaciones, sumarios, yo qué sé, pero ahí realmente hubo un punto flaco.

Y otra cosa: hay una cantidad de daños materiales, que al lado de todo lo demás, es algo menor, pero tampoco es tan menor, que no sé cómo se va a arreglar, quién se va a hacer responsable. Aquí sí tiene que haber... esto no alcanza con pedir perdón, esto que pasó después del hecho... Porque un loco puede haber en cualquier gremio, en cualquier lugar, en cualquier trabajo alguien se puede enajenar y matar a cantidad de gente, eso se nos escapa de las manos a todos, pero lo de después no. Aparte, ¿quién dio la orden de que no vinieran? Eso fue una cosa craneada, planeada. No sé, hay muchas especulaciones, que son infinitas y hasta peligrosas de hacer, de repente. Quizás a alguien le hubiera interesado que se hubiera armado ese desorden, que esto hubiera sido un caos, con una cantidad de muertos, no sé, de repente alguien se hubiera beneficiado... De repente es muy loco, muy aventurado pensar eso, pero hay que pensar por qué alguien dijo: "No, no vayan".

EC - Ésa es una exigencia muy firme de ustedes, los vecinos de Euskal Erría, la investigación a propósito de todas esas deficiencias que tuvo el operativo policial en la propia noche del lunes.

RF - Sí; no sólo exigencia. Lo que pasa es que ayer en la reunión el tema pasaba por tanta emoción y tanta cosa, había dolor, había... que no se podía razonar de una forma... No se pudo hacer una reunión ordenada, era muy pronto de repente para conversar más tranquilamente la cosa, fue más bien una catarsis, la gente descargaba. Pienso que en unos días habría que hacer una reunión e incluso llevar esto hasta el final, que algún profesional se encargue de este tema y lleve el tema adelante.

EC - ¿O sea? ¿Qué quiere decir "llevar hasta el final"?

RF - Quiere decir –es mi opinión personal, pero he hablado con algunos vecinos y más o menos están en ese tono– que algún abogado tome acciones contra el Ministerio del Interior o contra quien fuere por este tema. Yo no soy un leguleyo, así que no puedo expresarme exactamente al respecto, pero que se tomen acciones, que algún abogado vea los daños que tuvimos, los perjuicios que tuvimos en ese tiempo, sobre todo, en que esto fue tierra de nadie. Alguien va a tener que responder por esto. Ésa es mi opinión y la de muchos vecinos, si bien eso no salió de la reunión, porque no hubo tiempo de conversarlo, no sé si me explico...

EC - Está claro. Para terminar y para el futuro en cuanto a la seguridad en Euskal Erría y para manejar esa relación con elementos delincuentes que pueda haber en el asentamiento cercano, ¿en qué están pensando?

RF - Le voy a decir una cosa que a esta altura del partido puede parecer paradójica: hace años que vivo acá y dentro del complejo jamás me sentí inseguro, acá dentro no se percibió inseguridad, nunca se percibió inseguridad. Yo tengo hijos chicos, no hubo drama acá dentro, salvo alguna cuestión menor, como en cualquier lugar, pero acá, al revés, es muy seguro.

EC - ¿Y cómo hay que entender esto, el aprovechamiento que hicieron de la circunstancia esta gente que llevó adelante después los robos?

RF - Asentamientos siempre hubo acá en la zona, pero desde hace unos cuatro o cinco años se ha mezclado, aparte de ser pobres, estar en indigencia y vivir en un asentamiento, hay una cuestión de delincuencia asociada a eso, evidentemente, y bueno, les tironean las carteras a las mujeres... Pero eso pasa en 20 metros sobre el arroyo y sobre Hipólito Irigoyen, o sea que es relativamente fácil de controlar, poniendo alguna vigilancia en ese lugar específicamente y controlando dos o tres lugares ese tema se terminó. Si la Policía quisiera hacerlo con un mínimo costo acá funciona, el tema es si hay voluntad política de realizar esto. No es tan, tan grave, yo lo veo así, creo que con un mínimo de organización se puede controlar y podemos volver a la paz que siempre tuvimos acá, porque ahora parece que esto fuera... y yo siempre me sentí seguro, nunca tuve drama con nadie, ni problemas; al contrario, vivimos siempre en una buena convivencia.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe