Sexto y último día de Expo Prado a las brasas por El Espectador
Florencia Courreges, repostera del restorán La Huella, fue la última invitada del ciclo de Expo Prado a las brasas y cocinó diferentes tipos de postres a la parrilla.
Florencia nos agasajó con postres que se pueden cocinar a la parrilla. Algunos los hizo ella mismo en el momento, otros los trajo prontos para el café.
Arrancamos con una ensalada de frutas de invierno, entre un claro predominio de manzana y pera, se colaban algunas ciruelas y damascos pasa, acompañadas con gajos de naranja y limón con chauchas de vainilla, todo asado sobre una sartén a las brasas, servido sobre una torreja de pan de campo, acompañado sobre una tonel de queso mascarpone fresco.
Entre otras cosas, Florencia nos comentó de algunas de las pasantías que dieron pie a visitar otros países y conocer sus distintas cocinas. Aunque nos habló de su experiencia en Francia e Italia, destacó la ciudad de San Francisco en Estados Unidos. "Se ha construido un puente invisible entre La Huella y San Francisco"; admitió, y nos contó de algunas comidas compartidas.
Una de las delicias que Florencia trajo para el café fueron los higos de Mabel, uno higos que cocina una señora de Colonia Valdense y Florencia compró para la ocasión. Mabel tiene sus propias higueras, que son orgánicas, y planta banderas alrededor de ellas para ahuyentar a los loros que se quieren comer los frutos.
Para cocinarlos, Mabel prepara un fogón y pone su olla directamente sobre una hoguera y va cocinando los higos en almíbar con su proceso de dos días, cuando están prontos, los quita y escurre. Más tarde en el mismo día, los pone sobre una maya para después colocarlo sobre otra maya sombra arriba y los va dejando al aire libre hasta que cae el ‘sereno’, cuando empieza esta actividad natural, Mabel los entra bajo techo hasta que se pacifican. Cuando están casi prontos, los empana en azúcar impalpable. "Además de ser exquisitos, los higos tienen ese gusto ahumado propio de la cocción a las brasas"; contó Florencia.
Por último, Florencia compartió un típico dulce de Burdeos, los cannelés, y nos contó cómo los conoció y por qué no puede parar de "buscar los cannelés perfectos";.