El hombre lobo del hombre
Desde que el hombre habita la tierra, la paz parece ser una utopía. Sólo en los últimos 100 años hemos vivido de conflicto en conflicto, todos con víctimas inocentes, todos crueles. Duelen los ciudadanos franceses asesinados el viernes, como duelen los libaneses asesinados un día antes y los palestinos y judíos que mueren cada día. Deberían doler igual los muertos en África, en Colombia, Haití y allí donde la violencia germine. Duele la ausencia de humanidad.
La guerra actual se presenta como el intento de imponer una cultura por sobre otra o una guerra de carácter religiosa. Sin embargo, las verdaderas razones parecen estar en la lucha por el control de recursos naturales.
Planteadas como están las cosas, los europeos verán afectadas las libertades públicas, la situación de los refugiados empeorará y se multiplicarán los odios contra los que practiquen la religión musulmana.
Nada nuevo. El hombre seguirá siendo el lobo del hombre. Fin de la conversación.