"Las experiencias de integración de las escuelas comunes fracasan mucho";, dijo Mañán para contar que muchos de los chicos que ellos atienden luego vuelven a la institución. Hoy cuentan con 60 chicos que se dividen en grupos dentro del centro de enseñanza del CINDIS. Además, se suman otros tantos que van por diagnósticos o tratamientos.  

En CINDIS hay 40 personas trabajando de los cuales muchos son profesionales que trabajan con los chicos en pedagogía, psicología, psicomotricidad y fonoaudiología. Mañán contó que la financiación la consiguen mediante dos convenios con el Instituto del Niño y adolescente (INAU) y con el apoyo que les da el Banco de Previsión Social (BPS) a los padres que trabajan y aportan o las pensiones por discapacidad que tienen los niños. Por otra parte, existen concurrentes al centro que pagan una cuota particular.

Mañán dijo que en Uruguay existen otros centros que trabajan con niños con discapacidades, pero el CINDIS se diferencia porque cuenta con la posibilidad de tener los tratamientos y la educación en el mismo lugar que eso implica menos tiempo y menos costos.

El CINDIS hace hincapié en las salidas didácticas porque eso ayuda mucho en la educación integral de los niños. La directora contó que los padres también forman parte de algunas de esas actividades. "También hacemos otras cosas como compras en el barrio para que la gente los vaya conociendo. Y los vecinos los ven como niños que están charlando y jugando; que son diferentes, pero no son tan raros";.

El centro cuenta con la posibilidad de mantener una primera entrevista gratuita donde se diagnosticará y se creará un plan de tratamiento.