Entre otros muchísimos conceptos, hace 47 años Reyes decía: "Quienes acceden al poder económico o al poder político están interesados en mantener su poder, y, por lo mismo, tanto la educación privada como la pública, que directamente o indirectamente controlan, tienden a conservar la estructura social que los mantiene en su situación de privilegio." Y agregaba: "Es grave, gravísimo, que los países subdesarrollados de América Latina imiten las prácticas educativas de los países desarrollados, sin apreciar que el colonialismo vacía y distorsiona la mente e incapacita al hombre para liberarse de los poderes económicos que lo dominan".

Hoy muchísimos docentes asumen que no están educando para crear seres libres, pensantes, sino sólo mano de obra barata. Por ejemplo, la docente Sandra Marcóra, escribió en el año 2013: "El sistema reclama una devaluación de la enseñanza para asegurarse trabajadores acríticos y obedientes obreros que sepan responder a mandatos básicos y entender consignas simples. Nadie sabe ya contar, leer, escribir o pensar. Todo favorece a que el estudiantado, que no puede pagar un liceo privado, vaya promoviendo a como dé lugar y continuando su 'formación' de esta triste manera -que lleva y seguirá llevando- a que haya ciudadanos de primera y de segunda".

En recuerdo y homenaje a Reina Reyes, todavía nos preguntamos "para qué futuro educamos".