Miles de asentados viven en la incertidumbre
El sol y las luces del verano hicieron olvidar momentáneamente la situación de poco más de mil asentados. Pero el próximo lunes retoman su actividad normal todas las sedes judiciales después de la Feria Mayor y entonces unas 1.000 personas residentes en el asentamiento Los Eucaliptus de Maldonado volverán a vivir en la incertidumbre sobre su destino.
El predio tenía orden judicial de lanzamiento para el pasado 19 de noviembre, algo que no se concretó por problemas formales con el poder de la abogada de la empresa propietaria.
La intendencia a cargo de Oscar De Los Santos había comprado un predio cercano para trasladar a esas personas. Pero el actual intendente, Enrique Antía dijo que tiene otros planes para esas tierras que hasta hace unos años estaban en las afueras de la capital departamental.
Pero con el crecimiento de la ciudad y el consiguiente aumento inmobiliario, esa zona se convirtió en un lugar donde hay varias chacras de subido valor. Cuyos propietarios no quieren un asentamiento cerca.
Pero además en poco tiempo quedará terminado el Centro de Convenciones de El Jaguel y a dos cuadras de allí se encuentra el Barrio Kenedy donde hay un número indeterminado de personas en diferentes condiciones. Los quieren trasladar de allí. Queda claro que nadie quiere a los pobres cerca.
Durante años se estigmatizó a los asentamientos señalándolos como el lugar donde vivían los delincuentes. Que efectivamente algunos viven o se esconden allí. Otros viven o se esconden en los barrios bacanes, pero estos no preocupan.
Los asentados son como los inmigrantes en el mundo. Nadie los quiere pero todos los usan porque básicamente son mano de obra barata y la mayoría hace trabajos que los locales no quieren hacer.