Romano afirmó que históricamente "la escuela pública era un proyecto en el cual se pensaba que todos tenían que entrar. Todos tenían un lugar en la escuela pública y ese era una apuesta fuerte";.

Eso formaba parte de un pacto original con el sistema educativo, que comenzó como "un sistema que siempre fue selectivo. Selectivo porque todos iban a entrar pero muy pocos iban a llegar a la Universidad y no se iban a diferenciar porque sus padres sean universitarios o por pertenecer a una clase social, supuestamente lo iban diferenciar sus talentos";.

De lo público a lo privado

La apuesta a lo público fue muy fuerte en el país. Romano lo ejemplicó diciendo que "antes la expectativa del uruguayo era nacer en un hospital público, educarse en una escuela pública, continuar su educación en un liceo público y en la Universidad de la República; trabajar en un empleo público y terminar sus últimos días en un cementerio público";.

El licenciado explicó que esa concepción "empieza a desmontarse en la década de los setenta"; donde "lo privado empezó a tener un prestigio sobre lo público. Lo público pasó a ser sinónimo de ineficiente, ineficaz";.

Para Romano el corrimiento de la educación pública hacia la privada lo instala el "sistema selectivo"; bajo el discurso de que "si llegan todos no puede ser de calidad";. Sin embargo "no hay ningún fundamento empírico que demuestre que porque haya más cantidad de estudiantes, eso implique un descenso en la calidad de la enseñanza"; afirmó Romano.

La educación no nos salva

Romano criticó la tendencia que tiene la sociedad uruguaya a reflejar todos los problemas del país en la educación. "La educación es el espejo donde la sociedad se mira, tenemos un problema político de que se pretende que la educación mejore los problemas que tiene la sociedad";, sin embargo alegó que "a los uruguayos nos pueden salvar los uruguayos, no la educación";.