Sipiav y el maltrato infantil: "Lo que pasa es una situación social grave"
Suena Tremendo habló con María Elena Mizrahi, coordinadora del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia (Sipiav) y representante del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (Inau), acerca del nuevo informe sobre maltrato infantil publicado este lunes. La entrevistada explicó qué es considerado un episodio de violencia y cómo son tratados los casos de abusos sexuales, entre otras cuestiones.
En el marco del Día internacional contra el maltrato infantil, conmemorado este lunes 25 de abril, el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia (Sipiav) publicó un informe estadístico sobre el maltrato infantil ejercido sobre niños y adolescentes en nuestro país.
El informe señala que en Uruguay se atendieron 1.908 casos de maltrato o abuso sexual a menores en 2015. El 80% de estos casos son recurrentes y el 91% de los mismos son protagonizados por familiares directos.
Cinco menores por día fueron atendidos por maltrato o abuso en 2015 https://t.co/YgX6GLut17 pic.twitter.com/0stezJI4Jr
— El Espectador (@espectador810) 26 de abril de 2016
Suena Tremendo se comunicó con María Elena Mizrahi, coordinadora del Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia (Sipiav) y representante del Inau, quien dijo que el número de casos registrados demuestra una mejora en los mecanismos de detección de los episodios de violencia, es decir, una mejora en el registro de casos, pero que no indica necesariamente un aumento en los casos respecto a años anteriores.
Anteriormente, solo eran reportados los casos vinculados al INAU en el área metropolitana, hoy en día 25 comités de recepción detectan y facilitan la captación de situaciones de violencia en distintos ámbitos: centros Caif, club de niños, centros de salud, etc.
Comentó a su vez que se ha constatado un aumento de casos de violencia cronificada; situaciones de violencia que se producen de manera recurrente, que son los casos comprendidos en la cifra presentada.
Los equipos técnicos efectivos en los diferentes territorios no solo trabajan con el niño sino con toda su familia, tratando de interrumpir el proceso desde un primer momento. "Se deben buscar referentes adultos sanos para el niño dentro de su familia", aseguró Mizrahi.
Por otra parte, la entrevistada realizó una importante aclaración: no debe confundirse un desborde parental con un episodio de violencia. Dijo así que es absolutamente necesario que los adultos ejerzan su rol de padres, estableciendo límites y logrando que el niño se comporte dentro de un marco normativo. Pero que esto es muy diferente al ejercicio de violencia recurrente sobre el menor, que si debe ser catalogado como episodio de violencia.
Sin embargo, destacó que también es cierto que un solo episodio puede ser suficiente para conllevar a la muerte del niño, por lo que siempre se debe estar atento.
Escuche a Mizrahi en Suena Tremendo
En el informe presentado se distingue entre maltrato físico, emocional, necesidades básicas insatisfechas y abuso sexual. Mizrahi explicó que la categorización se realiza para pensar la situación y facilitar el trabajo con el sistema de información, pero que es importante considerar que el daño emocional se encuentra siempre presente en cualquiera de las cuatro categorías. Corresponde a una humillación y desvalorización del niño.
Con respecto a la categoría necesidades básicas insatisfechas, la entrevistada precisó que en ella se enmarcan los casos de niños que sufren la negligencia de sus padres o tutores. Corresponde a los casos en donde las condiciones familiares están dadas para que el niño ejerza sus derechos y reciba los servicios considerados básicos y sus padres no se los ofrecen. Por ejemplo, aquellos padres que tienen la posibilidad de ofrecerle a su hijo educación o de llevarlos al médico y no lo hacen. Cuando se le quita al niño sus derechos por voluntad y no por carencias, el caso se enmarca dentro de la categoría necesidades básicas insatisfechas.
En el caso concreto de abuso sexual, una vez que se detecta la situación pasa directamente a la justicia. María señaló que es un proceso muy difícil porque implica que el niño concurra a ámbitos judiciales sumado a la situación traumática que vive dentro de su propia familia.
A su vez, es importante destacar que sin ejercer violencia física o emocional directa sobre el niño, si éste es testigo de episodios violentos dentro de su familia, también es considerado violencia emocional. "Si todo el relacionamiento en la familia es violento, los niños hacen un aprendizaje de esa situación", expresó Mizrahi. No se enmarcan dentro de esta situacón simples discusiones entre parejas, sino situaciones de humillación y llanto en donde, por ejemplo, el niño sienta la necesidad de salir en defensa de uno de sus padres.
"Nuestro informe trabaja en la violencia intrafamiliar, pero sabemos que hay instituciones en donde también se ejerce violencia", señaló la entrevistada aludiendo aquellas instituciones, públicas o privadas, en las cuales también es ejercida violencia sobre niños y adolescentes.
"Pueden ser niños golpeados o puestos en situaciones que no corresponden. Maltrato emocional, gritos, penitencias que no deben existir. Ese tipo de cuestiones son las que nos preocupan".
Informó que desde SIPIAV se trabajará en conjunto con el Ministerio de Salud para capacitar y trabajar con instituciones privadas este tipo de episodios, ya que son las emergencias móviles las que tienen el primer contacto en algunas situaciones de violencia.
Se debe trabajar en la prevención y ser conscientes de que son situaciones que no escapan a ningún estrato social uruguayo. "Lo que nos pasa es una situación social grave", aseguró.
"Las relaciones de poder y de domino se dan en Uruguay por más que seamos educados. Hay gente universitaria que también tiene situaciones graves de violencia".
Destacó además que los valores culturales inherentes a nuestra sociedad también influyen en los episodios de violencia registrados. Sin tratarse de una cuestión punitiva hacia los hombres, es cierto que el rol machista y patriarcal que ocupa la figura masculina aun en nuestra sociedad, contribuye a que muchos de los episodios de violencia registrados hayan sido efectivamente ejercidos por hombres.
El número a través del cual pueden ser denunciados episodios de violencias sobre niños y adolescentes es 0800 50 50. Sin embargo, la entrevistada explicó que es mejor que los casos sean detectados antes de ser denunciados ya que la idea es poder trabajar el conflicto y lograr que los niños se desarrollen en su familia pero en mejores condiciones.