A Muhammad Ali le dieron 10 años de vida y vivió 30
El histórico boxeador tuvo una gran batalla contra el párkinson, enfermedad que le diagnosticaron luego de su derrota contra Larry Holmes en el año 1986, y nunca dejó de luchar por su vida.
El legendario boxeador Muhammad Ali, falleció el viernes pasado a los 74 años tras una larga batalla contra el párkinson, después de una semana en la que su salud había empezado a deteriorarse con rapidez. Pero lo cierto es que, aunque sus allegados y familiares más cercanos sabían que el final de su vida estaba cerca, prefieren recordar cómo él logró superar todos los obstáculos y vencer al destino cuando sus médicos le comunicaron en 1986 que no viviría más de 10 años.
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"Muhammad afrontaba cada desafío con entereza y determinación, tuviera que ver con su carrera deportiva o con cualquier otro aspecto de la vida. Lidiaba con las adversidades demostrando dignidad y sin sentir pena por sí mismo. Jamás dijo: '¿Por qué me ha tenido que tocar a mí?'. La verdad es que era un hombre con mucho orgullo, porque pensaba que Dios le ponía a prueba todos los días y que siempre se superaba a sí mismo", reveló su buen amigo Tim Shanahan.
"Un día me dijo: '¿Tim, recuerdas cuando los doctores de la Universidad de California me dijeron que, como tenía párkinson, no viviría más de 10 o 15 años? Pues mira ahora, sigo en la pelea y no tengo intención ninguna de parar", recordó en la misma conversación.
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Muhammad Ali empezó a sentir los primeros síntomas de su enfermedad en el año 1980, pocas semanas antes de su histórica derrota en el cuadrilátero contra Larry Holmes, cuando notó que le temblaban las manos y que no era capaz de articular sus palabras con fluidez. Sus médicos se percataron poco después de que existía un pequeño agujero en su corteza cerebral y aseguraron que podría deberse a su carrera como boxeador.
Aunque Ali abandonó el boxeo cinco años después, nunca dejó de involucrarse en la formación de nuevos boxeadores al tiempo que participaba en toda clase de campañas para impulsar la investigación sobre su enfermedad.
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