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Rebaja de los incentivos tributarios a las donaciones con destino a las universidades privadas: una medida inoportuna

Algunos sectores parlamentarios han planteado la disminución del régimen de incentivos tributarios a aquellas donaciones realizadas por contribuyentes de IRAE que tengan por destino las universidades privadas.

En el día de hoy nos acompaña el Cr. Jorge Gutfraind, Socio Director de RSM, y docente universitario de cursos de grado y posgrado por casi 30 años en la Universidad de la República y universidades privadas, quién ya nos ha adelantado que entiende que la medida es inoportuna.

¿Nos podría comentar porqué califica la referida propuesta como inoportuna?

La primera observación, tal vez, sería que no sólo nosotros consideramos que la propuesta es inoportuna, sino que el propio Ministerio de Economía y Finanzas se opuso a la referida iniciativa y hoy el proyecto parece el resultado de una negociación.

Entrando en los fundamentos de la inoportunidad, la realidad nos muestra que a nivel educativo, y a todos los niveles de la educación, nuestro país presenta por lo menos un panorama preocupante, y la quita o disminución de este beneficio no golpearía exclusivamente al sector educativo privado, y desplazaría la ayuda para el sector público.

Por el contrario, la ayuda originada en este tipo de incentivos, lisa y llanamente se perdería. ¿Por qué?: porque quiénes colaboran por este medio con las universidades privadas tienen un compromiso social determinado incentivado en forma muy importante por el beneficio fiscal. Aparecen los dos elementos juntos y ligados: el compromiso social y el incentivo fiscal. Desaparecido uno de ellos, se dificulta el cumplimiento con el otro.

¿Qué tipo de resultado a nivel social y educativo, entiende usted que ha traído hasta ahora esta política de incentivos?

Sin duda los resultados son alentadores, sobre todo a nivel de la educación media y superior.
Como ejemplo, la existencia de los liceos llamados "públicos de gestión privada"; son un resultado directo de esta política. Los alumnos que acceden a ellos, no podrían hacerlo sin este beneficio.

A nivel universitario, tanto a nivel público como privado, son una ayuda muy importante. A nivel público en el campo de la investigación, y a nivel privado, de la investigación y del financiamiento de estudios (becas).
En este último punto es importante señalar, que acceden a la enseñanza universitaria privada y se gradúan con esta ayuda, muchos estudiantes a los cuales les sería muy difícil desarrollar su carrera en la enseñanza pública (temas estructurales como falta de controles educativos, masividad, horarios complejos, falta de atención personalizada, enormes porcentajes de deserción, etc.).

Luego esos estudiantes graduados en las universidades privadas, son uruguayos educados, formados, que de lo contrario, posiblemente no los tendríamos y que nuestro país, hoy no se puede dar el lujo de prescindir de ellos. Buena parte de los problemas vinculados con la inequidad social, la seguridad, la salud, están originados en carencias educativas.

Pero no sólo esto, necesitamos cambiar la educación, hacerla más atractiva (evitar la deserción), más moderna, más adecuada al mundo. Uruguay necesita cambiar, y no habrá cambios sin educación y sin investigación, y no lo lograremos si no comprometemos al sector privado, y éste no se comprometerá si además no tiene un incentivo para hacerlo. Es de absoluta lógica.

¿En el caso particular de su firma profesional, y supongo que se podría generalizar a las otras, hay un interés especial por los temas educativos?

Aquí conviene hacer algunas rápidas puntualizaciones. En el caso de mi firma profesional de contadores públicos, pero es la misma realidad a nivel, de firmas de ingenieros o de prestadores de servicios de salud, seguramente más del 80% de su staff esté constituido por profesionales, técnicos o estudiantes, y si así no fuera, no sería posible cumplir con los objetivos. Todos los profesionales, sin distinción de educación pública o privada, por una razón ética tienen como meta prestar servicios de calidad, y ello no será posible, sin una educación acorde.

No habrá mejora educativa si no hay compromiso, y el compromiso hay que estimularlo, sin ello es difícil.
Lo del principio, hay que cambiar, hay que mejorar la educación, hay que extenderla y profundizarla, a todos los niveles, público y privada. Se necesitan recursos para ello. La política de incentivos es una muy buena fuente para ello. No debemos perderla.

Por último, una reflexión final. Si los autores de esta propuesta piensan que la misma tiene un efecto redistributivo, yo les advertiría que es todo lo contrario. Va a fortalecer la inequidad. Creemos que el país merece una discusión del tema mucho más seria antes de aprobar esto.

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