Los negocios de la barra
El semanario Búsqueda informa hoy sobre algunos "negocios" de los barrabravas que forman parte de la investigación que hasta abril pasado instruyó el juez penal de 13er. Turno Homero Da Costa. Hay miles de situaciones que aparecen allí. Esta investigación era un desarrollo que llevaba tres años y que debió seguir adelante. Fuentes judiciales acusan al ex director de Inteligencia del Ministerio del Interior, José Colman, de filtrar la investigación a un medio de prensa a fines del 2014.
Esa filtración destruyó todo el trabajo. Hubo que dejar de investigar por unos seis meses, porque todo lo que se hiciera habría sido inútil. Nadie más aportaba datos por teléfono, cambiaron los números de los celulares y se llamaron a silencio por un lapso prolongado. En el interín se produjo un conflicto entre el juzgado y la Brigada de Drogas, que trancó un procedimiento judicial en el Palacio Peñarol, en donde tres hinchas vendían drogas dentro de ese estadio.
Algunos de los hechos que estaban pendientes para investigar y resolver eran las rapiñas en los estadios, las amenazas de muerte e incluso la muerte de los hinchas y entre los hinchas, los cánticos fomentando la violencia y celebrando la muerte de los rivales, las entradas en patota sin pagar y los regalos de entradas.
Los servicios de Inteligencia de la Policía tenían identificados a 10 grupos de barras bravas de equipos de fútbol de primera división, potencialmente peligrosos, y estima que cada una tenía entre 10 y 15 líderes que estaban absolutamente identificados, dijeron a El Observador fuentes policiales. Las que generaban más preocupación eran las de Peñarol, Nacional, Danubio y Cerro. En total se investigaba a unas 400 personas.
Inteligencia conoce a los pesos pesados de las barras y esos hinchas son conscientes de que se sabe de su existencia. Las fuentes dijeron que si bien hay equipos de básquetbol entre los peligrosos, sus hinchadas son referidas como tal y nunca como barras bravas. Las más complicadas son las de Atenas, Aguada, Goes y Welcome.
Por su parte Búsqueda refiere hoy a un negocio para los barra con la película "Manyas";. "Somos hinchas de la hinchada que es lo más importante";, la frase la dijo Adolfo, uno de los referentes de la barra de Peñarol en el 2011, como parte de los testimonios de hinchas aurinegros en la película "Manyas";. Adolfo aparece en la tribuna Amsterdam del Estadio Centenario delante de una bandera que dice "Barra Amsterdam"; sentado con dos referentes más: Diente y el más conocido Jorgito, dice el semanario.
Las implicancias en la reventa de entradas, vínculos con actos delictivos y su alto peso en la hinchada de Peñarol llevaron a Jorge Rivero, alias Jorgito, más de una vez ante la Justicia. Uno de los expedientes al que tuvo acceso Búsqueda muestra que en 2011 Rivero cobraba $ 20.000 por mes de Peñarol "por su actividad en el área de seguridad"; y "de la venta de remeras del equipo";. A pedido de la Justicia el Banco Central abrió sus cuentas bancarias y se encontró con algo más: un cheque de la productora Kafka Films, la que realizó "Manyas";, a nombre de Jorge Rivero por $ 1.181.464 (U$S 60.000 de aquel entonces).
Fuentes de la productora informaron que se acordó que 40% de las ganancias irían para el director, otro 20% para el productor e ideólogo y que el restante 40% sería para Jorgito y Henry, dos referentes de la hinchada aurinegra. Era para "favorecer el normal desarrollo de la producción";, dijo uno de los informantes.
La publicación también refiere al negocio de reventa de entradas recordando el primer procesamiento dictado por Da Costa: el de Aurelio Borba Moreira remitido por tráfico de drogas.
Borba involucró a Jorge "Jorgito"; Rivero como quien le había vendido las entradas "en la puerta del Palacio Peñarol";. Jorgito fue citado por el juez Da Costa y al ser preguntado sobre si conocía a los referentes de la barra de Peñarol, dijo que eran él y Henry Sánchez los principales.
En marzo del 2015, Renny Auditore segundo de Sánchez fue asesinado a balazos por dos niños de 12 y 15 años "contratados"; en un cantegril ubicado en el kilómetro 16 de la ruta 8. Se trató de una disputa entre barras, pero de la investigación surgió que Auditore era "funcionario de Peñarol"; en el área seguridad y que había salido del Comcar hacía poco tiempo.
El juzgado de Da Costa había globalizado toda la investigación sobre el accionar de las barras. Así se podía saber cómo funcionaban, cómo se formaba la pirámide de poder, quiénes colaboraban con ellos. Ahora, después del archivo del expediente en agosto pasado, lo que existe son investigaciones puntuales. Un juzgado investiga un homicidio, otros los balazos, otros las rapiñas, cada uno por su lado, y así pierden el control sobre la totalidad del funcionamiento de las barras. Por eso fue tan negativo el archivo de la causa. Porque se les dio a los barra un respiro muy grande y la oportunidad para reagruparse tranquilamente sin interferencias de la policía y de la justicia.