Histeria colectiva
Toda la costa del Este uruguayo vive una de las mejores temporadas de los últimos 15 años. Es multitudinaria la presencia de turistas extranjeros y nacionales. Algo que sobre todo en Maldonado y Rocha se espera todo el año, porque el turismo es fuente de trabajo para miles de compatriotas locales y de todos los lugares del país.
Sin embargo parecería que no todos comprenden la importancia de esta actividad económica. Y alardeando del sentido individualista que corroe a la sociedad surge una especie de histeria colectiva: contra la cantidad de autos y los atascamientos; contra los ruidos y los jóvenes, agentes generadores de decibeles; contra las fiestas; contra el consumo y las colas en los supermercados; contra las multitudes que todo lo invaden.
¿Qué otra cosa se espera hagan los turistas en un lugar de descanso y diversión? Vivimos en silencio sepulcral casi once meses al año. Hay otras formas histéricas de leer la realidad. Por ejemplo en su afán de hacernos creer que decrecieron los delitos, el Ministro del Interior Eduardo Bonomi olvida a la mitad del país.
Porque según sus propias cifras, las rapiñas bajaron significativamente en Montevideo y Canelones, aunque no en el resto del país, salvo en Rio Negro donde casi se redujeron a la mitad pero en Maldonado crecieron más del doble.
En síntesis, las rapiñas pasaron de 21.135 a 20.348. O sea 3.7% menos Pero los hurtos en todo el país pasaron de 109.139 a 114.129, lo que significa 4.6% más que en el 2015. Con picos altos de crecimiento en Salto (35% más), Durazno (19.1% más), Rivera (17.6% más) y Maldonado (14.4% más)