Mazzotti señaló que la falta de visibilización de la violencia ha sido uno de los desafíos más fuertes porque generalmente ocurre "puertas adentro" y antiguamente se tendía a ocultar. Según explicó, los distintos servicios públicos de atención jurídica y psicosocial en todo el país han logrado que el Estado comience "a tomar contacto oficial con la problemática y, por otro lado, también es un mensaje a las mujeres de que el problema no es de ellas en particular, sino que hay un problema social que el Estado lo reconoce y lo busca atender".

La directora de Inmujeres indicó que "estas muertes están haciéndonos un llamado de atención como sociedad. ¿Por qué ahora estamos hablando de esto que es un tema que ha existido desde muchos años? porque tenemos una alarma social sobre un fenómeno, del que no tenemos todavía las herramientas y miradas para comprenderlo profundamente". 

Celiberti se refirió al cambio que se ha producido en la terminología aplicada para nombrar a este tipo de casos de violencia, antiguamente llamada "doméstica" y ahora de "género". "El cambio de terminología tiene que ver con una profundización sobre el fenómeno, porque cuando hablamos de víctimas de violencia estamos colocando a las mujeres como víctima".

Cuando hablamos de violencia de género estamos mirando una relación más estructural como sociedad, que involucra a la educación, a los parámetros culturales y a los medios de comunicación. Algo que hace que exista una masculinidad que pueda sentir que tiene el derecho de propiedad sobre los cuerpos de las mujeres. Es un cambio que permite preguntarnos por qué pasan estos hechos.", expresó.

Hacia una Ley Integral 

Con respecto a las medidas que se podrían implementar para intentar cambiar esta compleja situación, ambas hicieron referencia al proyecto de ley Integral contra la violencia basada en género, que se encuentra actualmente en el Parlamento. Mazzotti opinó que el hecho de que este tipo de acción sea un delito especialmente agravado habilitaría la intervención de los distintos ministerios para dar una atención integral, además de dar un mensaje cultural.

Por su parte, Celiberti dijo que apoya la Ley Integral porque considera que la violencia es un tema estructural relacionado con las relaciones sociales cotidianas, que se producen desde en los centros educativos hasta en el fútbol. "Parece que lo que nos identifica es el fútbol y es el ámbito de mayor expresión de una masculinidad violenta". 

"La crítica es hacia la centralidad del tema y nosotros pensamos que hoy la centralidad del tema tendría que ser que el Parlamento Nacional tratara la Ley Integral y la aprobara, y que eso significara cambios en las políticas educativas y las prioridades", consideró.

Esto implicaría también prioridades en las políticas de atención. "Si una mujer es víctima de violencia un domingo tiene pocos lugares a donde recurrir. ¿Quién la protege?", se preguntó.