Cosechando amigos

La conexión uruguaya en el contrabando de armas argentinas

Uno de los escándalos más graves de los ocurridos durante las presidencias consecutivas de Carlos Menem (1989-1999) fue el tráfico de armas a Ecuador y Croacia; ambos países en guerra, sobre los que pesaban diversas prohibiciones de ONU para venta de material bélico. El episodio, que llevó a la cárcel al ex presidente por unos meses durante 2001, incluyó la voladura de la fábrica militar de Río Tercero (Córdoba), con la presunta intención de borrar pruebas importantes para la causa. La voladura destruyó la ciudad: murieron siete personas y hubo más de 300 heridas, además de decenas de casas dañadas.

El escándalo fue doblemente grave, ya que existía un embargo de armas a Croacia, en guerra con la ex Yugoslavia y, en el caso de Ecuador, la Argentina era garante del Protocolo de Río de Janeiro -que aseguraba relaciones pacíficas entre Perú y Ecuador- desde 1942.

Todos los  informes demuestran, una vez más, que hubo muchos uruguayos involucrados y que las SA y las SAFI uruguayas sirvieron para esconder el tortuoso camino de coimas cuyo destinatario final era lo que buscaba la justicia argentina.

En 1995, mediante el decreto 103 firmado por el entonces presidente Carlos Menem, Argentina autorizó la venta de armas a Venezuela y Panamá. Pero en realidad empleando dos empresas uruguayas, las 6.500 toneladas de armamento fueron a parar a Ecuador y Croacia. En total se pagaron 100 millones de dólares, pero a Fabricaciones Militares, la empresa fabricante, sólo ingresaron 40 millones. El escándalo político no tardó en estallar después que el abogado Ricardo Monner Sans denunciara el tema en la Justicia y el periodista Daniel Santoro comenzara a ventilarlo públicamente a través del matutino Clarín.

Hayton Trade SA vendió 8 mil fusiles FAL, y 75 toneladas de municiones argentinas a Ecuador en 1995 en plena guerra contra Perú, cuando Argentina integraba el grupo de países "garantes de la paz";. En tanto, por la misma época Debrol SA vendió municiones a Croacia cuando las Naciones Unidas habían prohibido la venta de armas a las naciones en conflicto de la ex Yugoslavia.
Investigando las maniobras fraudulentas del banquero uruguayo Carlos Ganduglia, principal del Banco Austral en Argentina, la Justicia descubrió algunos datos asombrosos. Por ejemplo, depósitos por varios millones de dólares realizados por Daforel SA en una cuenta a nombre del Austral Bank Limited, radicada en el MTB Bank de Nueva York. A la vez se descubrió que Daforel había recibido un depósito de 400.000 dólares por parte de Fabricaciones Militares, cuyo destino no se pudo explicar hasta que apareció el coronel (r) Diego Palleros como responsable del mismo. Palleros estaba sindicado como un traficante de armas y finalmente se logró ubicarlo en Sudáfrica y se lo extraditó. El fue el primero que mencionó la existencia de Daforel.

Pero la cosa se complicó un poco más cuando se descubrió que Daforel transfirió dos millones de dólares a Elthan Trading y ésta los pasó a la curtiembre Yoma SA.

El 19 de julio del 98, Página/12 publicó los resultados de una investigación que realizó en Montevideo. Elthan Trading no era simplemente "un socio"; sino el accionista ampliamente mayoritario de la Curtiembre, que con 36 millones de dólares supera las dos terceras partes del capital suscripto. El capital suscripto y realizado del Grupo Yoma es de 51 millones de dólares, de los cuales sólo 7,5 millones de dólares corresponden a Emir y otro tanto a su hermano Alfredo. El resto figura a nombre de Elthan Trading Co. SA, con sede social declarada en San José 815/801, de Montevideo, Uruguay.

El 815 es el garage subterráneo del edificio de 13 pisos Oficentro Lugano, cuya entrada está en la calle Plaza Independencia 822. En ningún lugar había indicación alguna que mencione a Elthan Trading. La oficina 801 de ese edificio correspondía al contador Rubén Weiszman & Asociados. Tiene puerta de vidrio esmerilado y portero eléctrico, y sólo se advierten dos leyendas: "Representante de Bambari Internacional SA"; y "Area protegida por Unidad Coronaria Móvil".

Pero entonces el diario La Nación aportó información significativa, referida a esa empresa que involucra a otros uruguayos. "Tiene 47 años, ojos celestes, la barba corta y entrecana y la voz suave. Sentado detrás de un escritorio de Caravelle Viajes, donde es empleado de la gerencia y trabaja a comisión, Michel Marcel Weill no parece saber mucho de otra empresa uruguaya, Elthan Trading Co. SA, que lo tiene de presidente. Por ejemplo, que desde el momento en que Elthan compró entre el 55 y el 78 por ciento del paquete accionario de las curtiembres Yoma SA, la empresa que él preside sería responsable de la mayor parte de los casi 140 millones de dólares que la sociedad del ex asesor y excuñado de Carlos Menem le debe a tres bancos oficiales argentinos por créditos que no pagó".

Cuando esa deuda empezó a crecer con una compulsión bulímica, Elthan empezó a comprar acciones de Yoma SA. También ordenó a la empresa uruguaya Daforel, relacionada con el contrabando de armas a Croacia y Ecuador, depositar dos millones de dólares a nombre de Yoma SA en el Banco Baires, involucrado en el contrabando de oro a los Estados Unidos.

"No sé si todavía soy presidente de Elthan, puede ser… No cobro un sueldo ahí y tampoco asistí a reuniones con Yoma SA. De la deuda no sé nada y a Emir Yoma sólo lo conozco por la foto de una revista argentina". Era la primera entrevista que concedía Michel, con una mezcla de resignación y buen humor. "Estoy en Elthan por una relación de amistad con el contador (Ruben) Weiszman. Creo que los inversores de Elthan son de Oriente y que iban a invertir aquí y en la Argentina. Es la verdad, hasta aquí llego"–dijo.

Weill era el dueño de Contitours SA, una agencia de viajes de relativa importancia que pocos años atrás desapareció. Su propietario apareció como empleado de Caravelle Viajes y presidente de la sociedad anónima que debe 140 millones de dólares. Una buena razón para fundirse.

Es curiosa, además, la mención que hizo a su amistad con el contador Weiszman. Este era uno de los principales de la curtiembre Port Vendress SA, empresa que según Brecha tenía dirección en Democracia 2263 y aparece como acreedora de Elthan Trading en dos millones de dólares, coincidentemente la misma cifra que transfirió a la cuenta de Daforel en el MTB Bank de Nueva York, que a su vez fueron derivados a la cuenta de Yoma SA en el Banco Baires. En esa dirección estaba la Fábrica Uruguaya de Muebles Metálicos cuyo contador también era Weiszman.

La empresa que presidia Weill estaba integrada además por Mohamed Yalal Nacrach, marido de Delia Yoma, hermana de Emir, y –según Brecha– oficial de Inteligencia sirio con funciones en la embajada de Buenos Aires durante la dictadura militar de Jorge Videla.

El 4 de setiembre de 1998, el mismo semanario reveló que "desde el escritorio del contador Roberto Blankleder, en Treinta y Tres 1334 de Montevideo, donde funcionaban Hayton Trade y Debrol, el ex capitán argentino Diego Palleros (entonces en Sudáfrica, tratando de eludir un pedido de extradición) coordinó los operativos que incluían necesariamente a Fabricaciones Militares (para proveer las armas), a la Aduana (para facilitar los embarques) y al Ministerio de Defensa (para elaborar los decretos secretos que autorizaban los negocios)".

Palleros contó en la Aduana con la ayuda de otro traficante de armas, el ex capitán de navío Horacio Pedro Estrada, notorio por sus actividades represivas en la ESMA, cuyo "suicidio", pocos días después se sumó a la lista de misteriosas muertes, suicidios y desapariciones ocurridas durante el gobierno menemista. Blankleder estuvo preso cuando fue relacionado con maniobras realizadas por el asesinado empresario uruguayo Luis Ernesto González.

En el año 98, Brecha reveló que la presidenta de Daforel SA era Angela Chiodi Touzet, una jubilada lamentablemente fallecida. Y luego Clarín la mencionó además como presidenta de Delbote SA. El Banco Central argentino elaboró un informe con la apertura de las cuentas de Delbote en la Unión de Bancos Suizos y allí había un documento donde Chiodi cede todos sus poderes al financista argentino Pedro Steir y sus socios, según afirma el periodista Daniel Santoro.

Daforel y Delbote tienen su dirección en Paraguay 1246, sede del estudio del contador uruguayo Juan Alberto Etcheverrito.

Este  profesional tuvo la amabilidad de responder un llamado nuestro  porque pretendíamos conocer su posición en el caso. Etcheverrito fue ubicado en su estudio de Punta del Este y reconoció que la información "era correcta". También dijo conocer a Angela Chiodi, porque había trabajado con él, "aunque estaba jubilada hace tiempo" y al financista argentino Pedro Steir, dueño de Multicambio, "una buena persona –según dijo– al que tal vez le metieron algún dinero envenenado", haciendo referencia a la posibilidad de que el financista recibiera "dinero sucio" sin conocimiento de su origen.

El contador aseguró que en mi estudio, como en tantos de Montevideo, hacemos sociedades. Lo que las personas hagan luego con esas sociedades no es asunto nuestro".

La Justicia de la vecina orilla allanó la sede de Multicambio, así como las oficinas de la Compañía General de Negocios, buscando documentos que condujeran al pago de coimas. Sobre Steir, los investigadores tenían una opinión muy diferente a la de Etcheverrito. En realidad sospechaban que era un "testaferro"; de Yoma.

El analista Norberto Tomás Emmerich, en su libro "Narcotráfico y modernización en Argentina 1989-1999", dice que "la financiera Multicambio, propiedad de Pedro Steir, era quien manejaba la cuenta Daforel. Esta financiera operaba con dos bancos: el MTB Bank (primer destino de los depósitos de Palleros a la cuenta Daforel) y el National Republik Bank of New York (propiedad de Edmond Safra, tío de Raimundo Shayo, el otro socio de Multicambio). Ambos bancos tienen en sus orígenes accionistas que pertenecieron al desaparecido BCCI de Gaith Pharaon, calificado entonces por el FBI como el mayor lavador de dinero del mundo,  y eran investigados por la Justicia como potenciales lavadores de dinero".


Una red de testaferros uruguayos.

La investigación permitió revelar la existencia de una amplia red de "testaferros" uruguayos que ocultarían la verdadera identidad de los verdaderos responsables de las sociedades anónimas. Una práctica que parece muy común y extendida. Por ejemplo: nosotros accedimos a dos nóminas de 287 sociedades anónimas radicadas en Punta del Este que tenían como presidentes a sólo tres personas, que no se conocen entre sí y que reciben un salario promedio de 200 dólares al año de cada una de las sociedades. Luego y curiosamente uno de ellos, fue parte muy importante de Cambio Nelson.

Ninguno sabía a qué se dedicaban esas empresas, ni las propiedades que tiene. Pero estaban asustados por las posibles secuelas de un trabajo que les fue rentable: el de prestanombre. En 1996 un fotógrafo y cameraman de Maldonado, que le había hecho "la gauchada" de firmarle unos papeles a un conocido argentino, fue detenido apenas puso el pie en Buenos Aires, adonde iba por trabajo. Estaba requerido por "defraudación" y aún hoy destaca que sólo "la humanidad y buena voluntad del juez le permitió regresar a Uruguay 24 horas después". Pero, por las dudas, no piensa regresar al vecino país.

En su despacho del Congreso de los EEUU, el senador Carl Levin –que investiga la pista del lavado de dinero en Argentina– tiene varios documentos que involucran a más ciudadanos uruguayos en las causas que investiga la Justicia del país vecino.

La revista Veintitrés, informó que Alberto Dinardi, un uruguayo nacido en Florida y residente en Maldonado, figura en los documentos a estudio del senador Levin como "el principal ejecutivo de la American Exchange Company", una empresa del banquero Raúl Moneta por donde se desviaron decenas de millones de dólares "lavados" en Argentina.

Pero algo no cerraba, porque Dinardi en realidad era un jubilado que vivía en una modesta pieza con baño, detrás del almacén de su hija ubicado en el barrio Rivera de Maldonado.

Durante años se desempeñó como casero de Jaime Benito Lucini, tío y socio de Moneta, propietario del chalet Sunrise de Punta del Este donde tiene su dirección fiscal la poderosa compañía, estrechamente vinculada al Federal Bank y al MTB Bank y donde había varias cuentas de Daforel SA
Uruguay no contesta.

Por razones que nadie ha querido explicar, nuestro país negó información a los jueces argentinos. Varios exhortos reclamando levantamiento de secretos bancarios o los nombres de los integrantes de sociedades anónimas, esperaron inútilmente respuesta. Cinco empresas uruguayas estaban en la mira de la Justicia argentina.

Eltham Trading, Hayton Trade, Debrol, Daforel y Delbote, todas sociedades anónimas creadas en nuestro país por personajes vinculados al gobierno de Carlos Saúl Menem, fueron las receptoras de los pagos y presuntas coimas cuyos destinatarios la justicia del vecino país trataba  de determinar.

Según sostienen destacados periodistas argentinos, Daforel era la esquina que unía a Yoma con Yabrán. El nombre es en realidad un anagrama de Alfredo, nombre de pila del suicidado empresario, algo a lo que según dicen quienes le conocieron, era muy afecto. Pero además la revista Posdata informó que Gregorio Ríos, jefe de la custodia de Yabrán y detenido por el asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, movió casi cien millones de dólares por cuenta de Daforel.

La Justicia argentina tenía a esta empresa como involucrada en el pago de coimas IBM-Banco de la Nación, por el asunto denominado "mafia del oro" y por el tráfico de armas. Casualmente los tres temas tenían como principal sospechoso a Emir Yoma, ex cuñado de Menen, que entonces estaba  detenido en Villa Lugano. El triángulo Buenos Aires-Montevideo- Punta del Este fue clave en este caso para lavar parte del dinero.

Emir Yoma era el propietario de las 4.000 hectáreas que luego compró Bulgheroni para desarrollar Agroland en Garzón. Y también una casa llamada Santo Doménico de  1.300 mts.2 construida  sobre un predio de 8.300 mts.2, ubicada exactamente detrás de Loma Verde, en la parada 15 de La Brava. Y cuyo valor hoy se estima en 3 millones de dólares.

Dos años después llegaron a  la Argentina las cajas del Senado de los EE.UU donde se revelaban las maniobras de lavado del City Bank con sus socios rioplatenses. Todo el tema del tráfico de armas pasó a segundo plano.

Y peor, en el mismo tiempo se conocieron las actividades del Cartel de Juárez en Argentina y Uruguay.

Pero entre el 2000 y el 2002 se cayó todo el sistema bancario en Argentina y Uruguay, con las consecuencias por todos conocidas.

Ese país tuvimos. Como las investigaciones judiciales no continuaron en Uruguay, tampoco sabemos cuánto de ese país quedó.