Entrevista en La Mañana

Coche Inciarte: "No sé que hubiera pasado si nos quedábamos sin ningún cuerpo" para comer

El ingeniero agrónomo, sobreviviente de la tragedia de los Andes en el Valle de las Lágrimas, en 1972, y escritor de 'Las memorias de los Andes. 45 años después' -editorial Sudamericana-, José Luis "Coche" Inciarte, dijo a La Mañana de El Espectador que "la misión que teníamos como sobrevivientes era compartirlo".

"Hicimos un pacto en el que nos autorizábamos mutuamente a comernos en caso de muerte, sin saber quién era el próximo que iba a morir. Eso fue lo más honorable, ético y de mayor integridad que presencié en mi vida. Pero siempre sentí mucha repulsión, porque entre decidirlo y hacerlo hay un paso muy grande", recordó Inciarte.

Además, el sobreviviente de los Andes reflexionó sobre el hecho y aseguró que "no sé que hubiera pasado si nos quedábamos sin ningún cuerpo, sin ningún muerto si esto hubiera seguido. Yo me hubiera muerto".

"Creo que sobrevivimos porque la actuación del ser humano fue grandiosa, le dio un sentido a la vida en el sufrimiento. Empezas a dejarte seducir por la muerte. Sobrevivimos gracias al amor incondicional entre los hombres, demostrado a través del comportamiento humano", consideró Inciarte.

"La Fuerza Aérea fue la responsable de la muerte de todos nuestros amigos y de nuestro sufrimiento. Nos dijimos cosas muy duras cuando nos rencontramos en 2002, pero después terminamos en muy buenas relaciones. La Fuerza Aérea nunca se ocupó de nosotros", declaró Inciarte.

Consultado sobre qué fue lo que sintió cuando se enteraron que la búsqueda había culminado, a la semana de la caída del avión, el entrevistado dijo "todos los días esperábamos mirando el cielo. Es horrible que te den por muerto y digan que van a ir a buscar tus restos cuando termine el deshielo. Gritas: ¡no, estoy vivo! ¡No nos abandonen! Desde ese momento, la vida dependió de nosotros".

Sobre el rescate, el entrevistado contó que fue una gran felicidad, "parecía un baile exótico más que un rescate". Pero aseguró que las esperanzas para ser rescatados eran muy mínimas. "Fuimos generando una alta tolerancia a las frustraciones. Pasaban los días y no había señales respecto a las referencias fijas que teníamos que eran unas rocas que teníamos cerca. Las mayores frustraciones fueron cuando se moría un amigo", culminó Inciarte.

"Yo sé quién fue a mi velorio. Hay gente que nunca más la vi, pero les tengo un cariño enorme porque fueron, y otros que deberían haber ido no fueron", contó Inciarte.

La publicación se escribió cuarenta y cinco años después del suceso, y en ella relata lo vivido durante setenta y dos días. Cuestionado sobre por qué demoró tanto tiempo en escribir esta crónica, el entrevistado dijo: "porque me pasé treinta años formando una familia".

Escuche la entrevista de La Mañana: