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Cambio y fuera

Cambio y fuera

Daniel Espinosa, director de la secretaría antilavado, dijo al diario El Observador que "en un buen porcentaje de los casos de lavado de activos hay un Cambio involucrado".

El periódico cita tres casos recientes donde alguna de esas instituciones financieras estaba involucrada en una operación de lavado. Y cita los casos del Cambio Nelson investigado ahora por Crimen Organizado; el de Cambio Shernu que blanqueaba dinero de narcotraficantes peruanos y el de un Cambio de Lagomar utilizado por traficantes de drogas locales.

Pero en 1989 se reveló un caso mucho más grave. Cuando en febrero de ese año fue detenido Raúl Vivas, un argentino que operaba el Cambio Italia en la avenida Gorlero frente al casino Nogaró, también surgió a la luz pública la existencia de intereses transnacionales dedicados a legalizar las montañas de dinero que produce la venta de drogas ilegales. Del expediente sustanciado en el Juzgado de 4° Turno en lo Penal de Maldonado, se desprende que el Cambio Italia estaba estrechamente relacionado al Cambio Dyana –cuya razón social era Ariadna SA– y ambos se dedicaban al tráfico de oro, tarea dirigida por Vivas en Uruguay. Un ciudadano francés de apellido Ducó fue quien vinculó a ambos cambios con un tercero llamado Victoria, que tenía sucursal en Rivera.

El dato más sorprendente era que quién luego sería ministro del Interior de la administración Lacalle, Angel María Gianola, era el presidente de Ariadna SA cuando el Banco Central del Uruguay ordenó su clausura por haberse comprobado la vinculación al lavado de dinero. Entre el personal ejecutivo del cambio Dyana también figuraba el mayor de ejército (r) Alberto Casabó, quien fuera durante años director Nacional de Turismo hasta que se creó el Ministerio, y para quien se armó una embajada uruguaya en Gabón.

Raúl Vivas fue detenido en Uruguay a partir de una solicitud judicial proveniente de los Estados Unidos, donde un Tribunal Federal de California venía sustanciando una causa por lavado de dinero contra una organización de ciudadanos en su mayoría de origen armenio, conocida como "La Mina". El 20 de noviembre de 1994 el matutino La Mañana publicó información relativa a una solicitud del juez federal argentino Juan José Galeano (causa 883-Méndez Sylvia Cristina, infracción ley 23737), quien libró una solicitud de exhorto dirigida a la Justicia uruguaya para investigar decenas de cuentas bancarias abiertas en Uruguay por Vivas y su esposa, Ana María Martínez. En esas cuentas había depositados varios millones de dólares.

Investigar las cuentas y actividades de Vivas lleva de la mano al asesinado empresario Luis Ernesto González, con quien tuvieron negocios comunes en el tráfico y venta de oro. El juez Galeano reclamó además investigar "varias inversiones inmobiliarias a través de 11 sociedades anónimas –algunas situadas en Punta del Este– y a una empresa constructora". El dinero circulaba por el Chase Manhattan y el Citibank.

Vivas estuvo detenido en Maldonado y desde allí fue extraditado a los Estados Unidos en agosto de 1989. Actualmente cumple una condena de 555 años de prisión en una cárcel del estado de Colorado. El 22 de octubre de 1989 La República publicó una entrevista a Raúl Vivas en la que éste explicó cómo contrabandeaba oro para ingresarlo a los Estados Unidos, donde "La Mina" compraba todo. Una onza del precioso metal (0.28 gramos) llegó a valer 880 dólares; hoy alcanza sólo los 290 dólares. Pero su negocio convirtió a Uruguay, que no tenía entonces ni una mina, en el segundo exportador de oro a nivel mundial sólo detrás de Sudáfrica.

Según informaron fuentes calificadas, "esa exportación se hacía con el aval del Banco Central", que según parece nunca sospechó nada raro. El "lavador" era un vecino conocido en Punta del Este. Por sus calles solía caminar junto a su esposa e hijos y cada noche desparramaba una fortuna en el casino del Estado. González está muerto y su crimen aún por aclarar. Vivas aún está preso. Sólo el cambio Dyana vendía entonces unos 600 kilos de oro al mes, unas 24.000 onzas equivalentes entonces a casi 20 millones de dólares por mes.

Según la investigación realizada por la DEA, el FBI y el Servicio de Aduanas de EE.UU., Vivas y el Cambio Dyana lavaban dinero para Pablo Escobar, jefe del Cártel de Medellín.