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Espionaje en democracia: los oprobiosos archivos del pasado

Espionaje en democracia: los oprobiosos archivos del pasado

Como lo aclaró el propio Samuel Blixen estos archivos publicados por Brecha son una pequeña parte, apenas 14.000 documentos de un total de tres millones que contienen los archivos denominados "Berrutti", la parte a la que pudo acceder el semanario y que por lo que pude ver, refiere casi exclusivamente al espionaje de los servicios de inteligencia del ejército en democracia.

Aún no hay ninguna información disponible sobre los archivos Castiglioni. Ni sobre actividades de espionaje realizadas por las otras armas y el ministerio del interior.
No se encontraron datos sobre lo ocurrido en dictadura. Tampoco hay archivos referidos a la actividad del OCOA y del departamento III de Operaciones que fueron los responsables de la represión.

Los documentos abarcan un período que va desde la recuperación de la democracia en 1985 hasta el año 2002. Y prueban sin discusión que hubo espionaje en democracia.
Pero estos documentos no pueden ser entendidos por todos. Se necesita poseer contexto histórico y por lo menos tener alguna referencia sobre las personas y las actividades mencionadas.

Luego deberíamos preguntarnos ¿cuál ha sido el papel histórico de los servicios de inteligencia en nuestro país?

Desde nuestro punto de vista queda claro que tenían tres tareas: espiar y perseguir a militantes de izquierda; orquestar operaciones políticas y el chantaje.

Y tal vez en este último aspecto se sustente el hallazgo de estos documentos: "Vean, sabemos esto y más de ustedes". Entonces también se genera un estado de desconfianza social…"¿habrá sido espía el tipo que tengo al lado?... o... ¿es cierto todo lo que dicen acá?"...

Por lo que hemos visto hasta el momento surge con claridad que la mayor preocupación de los militares era saber cómo se procesaban las acusaciones sobre los crímenes en la época del terrorismo de Estado y como evadir sus responsabilidades judiciales.

Es llamativo como terminaron recolectando información sobre cualquier cosa. Si bien los documentos tienen una clasificación otorgada por los analistas de inteligencia, falta eso, el análisis que se hizo de toda esta información.

Luego ¿es verdad todo lo que allí se consigna?  Porque encontramos varias informaciones falsas o radicalmente equivocadas. Por ejemplo: en 1988 un informante aseguraba que  Jorge Batlle padecía cáncer y le quedaban menos de dos años de vida. Esa información fue considerada creíble por los analistas militares. Sin embargo todos sabemos que Batlle fue elegido presidente 11 años después y falleció hace menos de un año a consecuencia de un accidente doméstico.

Vale recordar que toda esta información fue recogida en forma ilegal porque el artículo 22 de la Constitución vigente nuevamente desde el 1° de marzo de 1985, prohíbe las pesquisas secretas. Por lo tanto no necesariamente puede ser fidedigna. Hay todo un proceso de investigación que se debe realizar para confirmar algunos datos.

Hay mucho chusmerío de barrio, mucho se dice, mucha información falsa. Pero recién cuando se tengan los reportes de los analistas de inteligencia, podremos saber la importancia que se le asignó.

Pero hay otros datos que podrían tener un correlato con la realidad y por lo tanto pueden ser verdaderos.

Por ejemplo: se menciona el pago de una coima enorme, un millón de dólares en partes iguales, a tres jerarcas del gobierno de Luis Alberto Lacalle y a dos oficiales de policía. En los documentos se consignan nombres, el monto que recibió cada uno y el relato consiguiente.

¿Esto es verdad? No lo sabemos, pero lo que si sabemos es que los dos oficiales de policía se retiraron con un patrimonio que no se corresponde con lo ganado en su función. Ahí hay un dato que amerita una investigación independiente. Que vale decirlo no tendría repercusiones judiciales porque los presuntos delitos ya proscribieron. La única repercusión sería política.

También hay información, y mucha, sobre lo que ahora se denominan "tupabandas". Se mencionan asaltos realizados en otros países y asaltos realizados en Uruguay por personas vinculadas al MLN. Que son mucho más que tres o cuatro como reconoció Mujica. Varios informes mencionan la falsificación de dólares y el robo de cheques de correo por parte de miembros del MLN.
Y se destaca que en 1991 el MLN atravesaba una muy mala situación económica. Justo ese año ocurrió el asalto de Ricardo Perdomo a una distribuidora de diarios.

¿Todo esto es verdad? Algunas cosas si, porque son públicas y notorias, pero desconocemos si en su totalidad. Si sabemos que ahora hay una investigación judicial en curso que puede tener nuevos insumos, porque en estos archivos militares se identifica con nombre y apellido a varias personas.

Sabemos que por esa época el coronel (r) José Gavazzo también falsificaba dólares y que la primera denuncia que investigaba la justicia sobre el asesinado empresario Luis Ernesto González fue, precisamente, por el robo de cheques de correo que no continuó porque, según varias fuentes, había muchos policías involucrados.

Por otro lado llama la atención el grado de penetración que  logró el espionaje. Había un informante en el propio Directorio del Partido Nacional; uno que era funcionario del MLN en el local de Tristán Narvaja y uno muy cercano al Comité Central del Partido Comunista.
También varios en la directiva de importantes sindicatos. Informantes que fungían de periodistas en  medios de comunicación.

Pero eran "buchones" muy desgraciados que colaboraban a cambio de "un par de kilos de carne, medicamentos y hasta el pago de una cuota por un juego de comedor". Claro, hay otros que recibían dinero, en algunos casos, mucho; y seguramente otros lo harían por convicciones personales.

Lo interesante sería saber cómo armaron esa red, como fueron contactados. En algunos casos parecería que el primer contacto se hizo mientras el luego informante, permanecía detenido en dictadura.

Queda muy claro que en varios casos los informantes eran de izquierda porque eso surge del lenguaje empleado en los informes, del conocimiento de las estructuras partidarias y de los detalles de los mismos.

Parece muy difícil de creer que de esta actividad militar nadie supiera nada. Involucraba a muchísima gente y muchos recursos. Exigió muchas complicidades.

De todas formas, el acceso a estos documentos es un gran paso hacia la necesaria verdad, que no surgirá exclusivamente de ellos sino de un gran trabajo colectivo que ahora estamos obligados a organizar o participar.

Se ha cuestionado la intención de esta apertura de archivos, o por qué estos y no otros, o a quién le sirve que esto se haga público ahora.

Es una lógica que no comparto. Ocurre en cualquier investigación ¿por qué publico esto ahora? o ¿por qué este y no otros? o ¿qué intención tengo? me han preguntado sobre otros asuntos y la respuesta es siempre la misma; porque obtuve ese documento ahora, porque sigo buscando otros y porque me interesa aproximarme a la mejor versión de la verdad. Porque esa es la esencia del periodismo: hacer público lo que otros no quieren que se sepa.

Muchos académicos consideran que sólo ellos pueden escribir la historia. Y en eso coinciden con quienes han escrito historias recientes sobre determinados grupos políticos.

Yo creo en las construcciones colectivas. Y creo que una historia como esta que nos comprende a todos necesita el máximo de transparencia.

Por eso aplaudo la acción de Brecha y de Samuel Blixen en particular y me sumo al reclamo de que todos estos archivos deben ser públicos.

Yo no soy católico pero vale recordar lo que, según la Biblia, dijo el apóstol Juan. "Conoceréis la verdad y ella os hará libres".

Todavía falta mucho para conocer la verdad. Pero nos vamos aproximando.