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El Ky Chororo navega en aguas turbias

El Ky Chororo navega en aguas turbias

Ayer el comandante de la Armada, Leonardo Alonso, le dijo al fiscal Luis Pacheco que fue Ancap la que decidió contratar de manera directa a la empresa RN Consultores para que diseñara el remolcador "Ky Chororo" que presentó problemas de funcionamiento y que fueron tratados en la comisión parlamentaria que investigó la situación de Ancap en el 2015.

Sin embargo, el gerente de Logística de Ancap, Eduardo Lurner, aseguró que fue la Armada la que presentó a la empresa. Sin embargo, el comandante Alonso dijo que se hizo a sugerencia de ANCAP y presentó un correo electrónico de ingenieros del ente para ratificar sus dichos.

En el contrato entre la Armada y Ancap para ese trabajo, una cláusula estableció que la Armada encargaría sin llamado a precios, en forma directa, el control de obra e ingeniería de detalle del proyecto de construcción del remolcador al estudio RN Consultores que por ello cobró USD700.000, según documentos que están en el Parlamento.

Ese estudio es dirigido por Ricardo Núñez Carmona, hermano de José María Nuñez Carmona, socio del vicepresidente argentino Amado Boudou y, según la prensa de ese país, uno de sus testaferros.

La información fue proporcionada a la Comisión por el senador Pablo Mieres (PI) cuando el gerente de Logística de Ancap compareció ante el organismo parlamentario.


La historia

El remolcador Ky Chororo fue inaugurado en mayo de 2013 por las autoridades de ANCAP y el Presidente de la República José Mujica. El objetivo principal de la construcción de este conjunto de embarcaciones (el remolcador Ky Chororó y dos barcazas, "Río de los Pájaros" y "Garzas Viajeras") era poder atender la demanda - que efectivamente existió y existe –sobre todo en el tema de las naftas.

El transporte de los combustibles a los distintos puntos de distribución se realiza por ductos, trenes o barcazas y camiones.  Los costos no son similares ya que el transporte a través de camiones es más oneroso que el ferroviario.  Por su parte, el transporte fluvial todavía es mucho más barato que el ferroviario.

El 16 de febrero de 2009, se firmó un contrato entre el Ministerio de Defensa Nacional y ANCAP para construir dos barcazas y un remolcador. Una de las barcazas se terminó en 2010 y la otra en 2011.

Pero el remolcador-empujador recién entró en funciones efectivas a principios del 2016.

El acuerdo entre la Armada y Ancap fue por USD12.510.000, pero al final, debido a los cambios solicitados por Ancap el total trepó a USD14.875.031 que se desglosa de la siguiente manera: la barcaza 1 costó USD3:800.122,20; la barcaza 2, USD4:019.256,14; el empujador, USD7:055.653,18. Esto totaliza USD14:875.031,52. Ancap aseguró que la inversión se recuperaría en 50 meses.

Pero la realidad fue muy diferente.

En oportunidad de la comparecencia del Almirante Alonso a la comisión éste presentó una nota del Ing. Ricardo José Núñez representante de la firma RN CONSULTORES, dirigida al Capitán Alejandro Leopold, en la cual y en lo medular se expresa: "Un especialista en tratamiento de superficies, gran colaborador de nuestra organización, que es el señor Pablo Scabuzo, de visita en Uruguay comercializando pinturas para International Paint se contacta con los ingenieros de ANCAP, Goldstein y Lemes, quienes le expresan que había una posibilidad cierta de construir en el país con la Armada Nacional barcazas tanques y remolcadores. Allegado a nosotros y sabiendo de la experiencia en el diseño de ese tipo de embarcaciones y de las características particulares de RN Consultores, que suele financiar la puesta en valor de proyectos de inversión, le ofreció nuestros servicios profesionales y les dio la información para contactarnos".

Cabe destacar que el proceso de construcción de las barcazas y de este buque fue realizado por una clasificadora internacional de origen italiano llamada Rina. Esta clasificadora internacional avaló todo el proceso y en junio de 2013 se entregó la certificación del buque. Quiere decir que el buque, desde el punto de vista de la clasificadora, estaba en condiciones de navegar. Se hicieron las pruebas de mar y dio la certificación.

De esa navegación surgieron pequeños detalles y debían realizarse pequeñas modificaciones, pero la habilitación para operar estaba desde el mes de junio de 2013. Como consecuencia de esa entrega, en el mes de agosto de 2013 ANCAP presenta una serie de temas enfocados, casi centralmente, en la insonorización para que se atendiera el nivel de ruidos, que supuestamente estaban fuera de lo establecido en el contrato, de acuerdo a la norma OIT que la autoridad marítima no respetó o desconoció.

El Ky Chororo permanecía en la dársena fluvial de la Armada. Mientras tanto Ancap siguió pagando arrendamiento a Nautimil, amén de pagar los sueldos de personas contratadas mientras el barco no navegó. Del expediente no surge que se hubiese propuesto medidas paliativas para el sonido, de forma que no perjudicaran a los obreros. Pero para la autoridad naval nacional, el barco estaba en condiciones de navegabilidad y con nivel sonoro aceptable.

ANCAP manifestó a la Armada que había una deuda pendiente, por lo cual ellos iban a encarar el trabajo contratando técnicos e iban a debitarlo de lo que adeudaban.


Resumen de costos agregados

Según estable la denuncia presentada por el Partido Nacional, los siguientes fueron los costos agregados al proyecto.

a) Se pagó arrendamiento de servicios a Nautimil (en una licitación en extremo controvertida y cuestionable) por un monto que se estima en aprox. USD6.000.000;

b) se pagó salarios de personas que no trabajaban por más de dos años (no inferior a USD 720.000 en una estimación promedio);

c) se abonó más de USD7.000.000 por el remolcador.

O sea que se pagó arrendamientos y salarios durante un año y tres meses (desde junio de 2013), sin que ese costo hubiese sido evitado con alternativas móviles ni recuperado de la Armada si ésta era finalmente responsable. No se sometió el tema aun arbitrio o dictamen siquiera del MTSS. Todo sugestivo y llamativo en términos jurídicos y económicos.

Cuando en el 2015 se intentó poner en funcionamiento al Ky Chororo recién se percataron que los empujes del barco no estaban correctamente diseñados y no encajaban con los de las barcazas llenas (principio de Arquímides), por lo que el navío debió ingresar a muelle otra vez para ser modificado.


¿Cuál es la sospecha?

El juzgado trabaja en la hipótesis de que cuadros intermedios de Ancap recibían sobornos de una empresa privada para demorar la operativa del Ky Chororo.

Y esa sospecha se sostiene en  que según afirmó la Armada los remolcadores contratados por ANCAP no cumplen con las normas que se le exigen al construido por la Armada.

Y en debido a las demoras en el proceso de construcción del Ky Chororo el ente tuvo que arrendar un remolcador y esa decisión del 2015, le costó a ANCAP unos 6 millones de dólares.