"En algunos de esos lugares, junto con el cierre parcial, surgieron nuevos locales de Abitab que, junto con Red Pagos, están sustituyendo a las cajas del banco para retiros y depósitos. Por ejemplo, el Abitab de Nuevo Berlín se instaló en una de las tres casas propiedad del Brou, y los clientes de Baltasar Brum, que dos días a la semana tienen el recurso del local de cobranzas recientemente instalado frente a la sucursal, asisten a la peregrinación de dos bancarios que se desplazan desde Tomás Gomensoro para atender las oficinas del Brou", dice Blixen.

Agrega que hay otras formas de tercer "como ocurre a nivel central, con el análisis de créditos en manos de la consultora CPA Ferrere", afirma el colega.

Por su parte un integrante del directorio del BROU nos confirmó esta situación. Según la fuente "son dos la consultoras que atienden a clientes con créditos hasta 200.000 dólares: CPA y KPMG. Están autorizados por el Banco porque es enorme la cantidad de créditos otorgados y no podían atenderlos a todos. Desde el año 2003 Tea,Deloitte y Touch audita al BCU. Todos tienen firmado un compromiso de confidencialidad y el software del Banco no les permite copiar información".

Pero varios profesionales que atienden contablemente a pequeñas empresas que contrajeron préstamos de hasta 200.000 dólares aseguran que sus clientes "firmaron un contrato con el BROU y ahora nos encontramos con que toda la información empresarial la maneja una empresa privada. CPA controla los balances, las declaraciones, los pagos a DGI y BPS. Es decir hace el trabajo que antes hacían los contadores del BROU".

La nota de Blixen, referida al sector Banca Oficial, fue contestada por el sector Banca Privada de AEBU mediante en remitido pago que dedica una parte a descalificar al periodista. Un procedimiento novedoso. Brecha no aceptó la publicación como remitido pago y decidió publicarlo como "derecho de respuesta".
    
El remitido comienza afirmando: "Es cierto que podemos militar y avanzar, asumiendo y administrando postergación y carencias. La actividad sindical es una continua lucha por lo que entendemos nos corresponde y que la mayor parte de las veces se nos niega y posterga. Pero no es menos cierto que nuestro margen de tolerancia tiene su límite, y que este fue sobrepasado con la lectura del artículo de Samuel Blixen "El desguace", en Brecha del pasado 18 de agosto. Miopía, torpeza, mala fe, peores fuentes y baja tensión lumínica son situaciones que, si se padecen todas juntas, pueden justificar que se califique como de "opaca" y de "tercerización" la relación entre el Brou y República Microfinanzas. Luego hacen un relato sobre cómo se llegó a República Microfinanzas", pero sin responder las afirmaciones de Blixen. Y terminan señalando: "La enorme responsabilidad y concepción integradora con la que nuestro sindicato enfrentó esa dramática circunstancia no le hicieron mella a nuestra inclaudicable conciencia de clase. Esa que mucho les falta a quienes hoy señalan a República Microfinanzas".

El viernes Blixen respondió el remitido, publicando además todos los documentos en que basó su investigación. Al final dice: "Me llama la atención que esta iniciativa de defender las "bondades" de Microfinanzas mediante un ataque pago a un periodista surgiera de la mayoría del Consejo Banca Privada, cuando el artículo en realidad refiere a las políticas de tercerización que impulsan las autoridades del banco. Las insólitas características de esta costosa "movida sindical" me permiten especular que, quizás, Banca Privada considera, efectivamente, que parte de la operativa del Banco República está privatizada, y que por ello entra en su esfera de influencia. El recurso del aviso pago para sostener una controversia es toda una novedad. Que yo recuerde, el sector Banca Privada de Aebu no publicó ningún aviso pago en El Observador cuando el grupo Peirano vació el Banco Montevideo. Y en aquel entonces sí que sobraban razones valederas para hacerlo".