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Casavalle, otras miradas

Casavalle, otras miradas

Desde hace muchos años toda la amplia zona del Casavalle ocupa las primeras planas por hechos de violencia, fundamentalmente vinculados a enfrentamientos entre barras de narcos.

En los últimos años el Estado, que había abandonado su papel en esa amplia zona, comenzó a intervenir. Así aparecieron el MIDES, Salud Pública, Primaria y la Intendencia de Montevideo. 

Pero a la luz de los resultados nada parece ser suficiente y entonces se impone la lógica de la guerra. Hoy la presencia más importante es la Guardia Republicana que intenta asegurar vidas.

En febrero del año 2011, los colegas de La Diaria escribían: "Casavalle no es el barrio que aparece en los informativos de la televisión. En sus angostas calles de tierra no se escuchan las tenebrosas melodías típicas de crónica roja ni hay sospechosos en cada esquina ni vecinas con lágrimas en los ojos. No. Cuando Casavalle amanece los niños van a la escuela y los adultos a trabajar, y cuando el sol se esconde, los gurises se reúnen en las plazas a jugar a la pelota y los mayores salen a la vereda a tomar el fresco.

Casavalle no es un barrio que sea reconocido por sus índices de prosperidad económica, ni por los de empleo o educación. El 62% de los 24.950 hogares que conforman Cuenca de Casavalle -que incluye parte de los barrios Manga, Piedras Blancas, Las Acacias y Peñarol- está por debajo de la línea de pobreza, mientras que en Montevideo lo está 30% de la población";.

Por su parte el 21 de mayo del 2013 los colegas de Uruguay en las Noticias aportaban más información sobre la historia y realidad de esa populosa zona montevideana.

"Su historia se remonta al reparto de las chacras 'al otro lado del arroyo de los Migueletes'. Por allí vivieron 200 años y otros más cercanos a nuestros tiempos, Pedro Casavalle, Perez Castellanos, Jacinto Trápani, Ildefonso Pereda Valdez, Serafín J. García, entre otros destacado ciudadanos del país. También Don José Batlle y Ordónez que tenía una chacra cercana.

En 1908 se inicia un proceso de repoblamiento de la zona a partir de la creación del barrio Plácido Ellauri, por Francisco Piria, quien fraccionó las antiguas quintas de Pedro Casavalle, impulsando la creación de casas con quintas. Pedro Casavalle peleó junto a José Artigas. Dos siglos más tarde, su apellido nombra a la zona más pobre de Montevideo, el que crece entre tiros y desesperanzas.

La zona de Casavalle, está conformada por diversos barrios, entre ellos: Barrio Plácido Ellauri (1908), Barrio Borro (1926), Barrio Municipal, Barrio Bonomi, Barrio Unidad Casavalle, Barrio Unidad Misiones (Los Palomares), Barrio Aquiles Lanza, Barrio Boizo Lanza, los conjuntos de viviendas económicas Barrio Instrucciones-Municipal, Unidad Casavalle N° 1 y N° 2. Son unas 700 hectáreas que representan el núcleo más duro de pobreza e informalidad habitacional.

En el entorno de esos barrios crece la llamada Cuenca Casavalle, otras 700 hectáreas que comprenden al barrio Marconi y parte de Manga, Piedras Blancas, Las Acacias y Peñarol.

El principal curso de agua de Casavalle es el arroyo Miguelete. Son afluentes de este arroyo la cañada Iyuí o cañada de las ranas, sobre la calle Matilde Pacheco, la Cañada de los Viñedos próxima a la bodega 3 palmas y que desemboca en la cañada Iyuí o De Las Ranas, a la altura de la Avda. Gral. San Martín y la cañada Pajas Blancas ubicada al noroeste, en la zona de Puntas del Miguelete.

Entre 1996 y 2004, Montevideo perdió el 1 % de sus habitantes. En ese período, la población de Casavalle creció 56% y se convirtió en una trinchera de inseguridad y pobreza que ningún gobierno ha podido rescatar.

Y, aunque todos comparten los mismos índices de pobreza, los vecinos del histórico Casavalle no quieren saber nada con la periferia de la cuenca, porque ahí se dispersa el dinero de las políticas sociales. El Estado invierte US$ 6 millones al año en la cuenca.

Un estudio del BID y de la Intendencia de Montevideo de 2012 determinó que la Cuenca Casavalle, junto a la Cuenca del Pantanoso y Punta Rieles, son las zonas de la capital que requieren de una atención prioritaria en sostenibilidad, medioambiente, desarrollo urbano y uso eficiente de los fondos públicos. Para los vecinos no fue ninguna novedad.

El 62 % de ellos vive en la pobreza, mientras que este índice llega a 30 % en el resto de los barrios montevideanos.

En Casavalle fue donde se registró la mayor cantidad de homicidios durante los años 2002 y 2003. A comienzos de este año, una serie de ajustes de cuentas azotó el barrio. El enfrentamiento entre bandas de narcotraficantes tiene un telón de fondo igual de preocupante.

Una investigación de la socióloga Fabiana Espínola reveló que el 25 % de los jóvenes de entre 15 y 24 años de Casavalle no estudia, ni trabaja, ni busca empleo. El promedio de jóvenes montevideanos ni-ni es de 10 %.

Para colmo, quienes se proponen romper con la tendencia, habitualmente deben abandonar los salones de clase para refugiarse de los tiroteos.

La salud no está ajena a este fenómeno. La policlínica barrial recibe a diario numerosas madres con adicciones, y que amamantan a sus hijos bajo el efecto de las drogas, lo que genera graves problemas en la salud de los niños durante el desarrollo.

El centro de salud subvencionado por la Intendencia de Montevideo recibe unas 100 consultas por día y es habitual recibir casos de violencia doméstica, abuso sexual infantil, embarazo adolescente y niños con adicciones transmitidas durante la gestación.

Si bien se dictan talleres dirigidos a las madres para enseñarles cómo cuidar a los niños, es difícil para los educadores generar una conducta en jóvenes que muchas veces quedan embarazadas o tienen familia en la cárcel, no poseen una crianza dentro de un seno familiar estable y se sustentan por la venta de drogas.

Esto genera una cultura donde los niños crecen con madres jefas de hogar que dependen de la pensión que les da el BPS, o las subvenciones que entrega el Ministerio de Desarrollo Social en el marco de los planes de emergencia.

Si bien muchos niños asisten a centros CAIF, al terminar la etapa preescolar no entran a la escuela o tienen un elevado nivel de faltas. También les resulta difícil realizar las tareas domiciliarias, ya que carecen del apoyo familiar necesario";.

Otros muchos informes y diagnósticos han sido formulados en los últimos tiempos. Recién el año 2016 la intendencia de Montevideo decidió comenzar las obras de saneamiento imprescindibles para desarrollar otra urbanización.

Pero la clave parece ser la educación y sobre todo el papel de las maestras. En el año 2015 un grupo de jóvenes pretendió quemar un ómnibus con el chofer dentro. Y fue una maestra la que evitó la tragedia porque los agresores la reconocieron como "su"; maestra.
Entonces los y las maestras de la zona dieron a conocer esta carta, que tal vez ayude a comprender por dónde deberían transcurrir eventuales soluciones.


CARTA DE MAESTROS Y MAESTRAS DE CASAVALLE

Acerca de los hechos ocurridos en y a partir de la jornada del 16 de mayo.
A las 18.15 comenzó un tiroteo en el terreno vecino, donde se construye la nueva policlínica lindero a la Escuela. A esa hora la inmensa mayoría de adultos y niños que concurren a las Escuelas ya no estaba allí. Solamente quedaban pocos alumnos y 4 docentes quienes se hicieron cargo de que las familias retiraran a los alumnos. Queremos dejar sentado que el Viernes 17 de mayo y hasta la fecha la asistencia y el trabajo de alumnos y docentes ha transcurrido con total normalidad.

¿Porqué había niños en las Escuelas?
Porque las Escuelas de Casavalle tienen un horario extendido, con Cursos para Adultos y Talleres expresivos para niños y adolescentes a los que también concurren ex alumnos. En este sentido, es importante destacar que en nuestro local las familias, tienen la oportunidad de finalizar Educación Primaria, por el Curso de Adultos de Codicen, así como también, funciona un Curso de Peluquería y un Curso de Maquillaje Artístico. Para niños y adolescentes hay talleres de Patinaje, Circo, Teatro, Hip-Hop , Grafiti, Música, y también Tenis. Todas estas actividades cuentan con el apoyo y la presencia de Maestros Comunitarios y Talleristas.
Lo que en otros barrios es lo normal, que los niños luego del horario escolar realicen actividades culturales, en Casavalle es posible porque las Escuelas tienen el apoyo de Ciudadanía Cultural del Mec, que habilita estos espacios y que de otra forma no existirían. Así como también hay que destacar que desde Primaria, se nos ha provisto de partidas oficiales que nos habilitan la compra de materiales para su desarrollo- Estas actividades se realizan desde agosto de 2012 y nosotros entendemos que son parte importantísima de la misión alfabetizadora e inclusora de la Escuela.

Por otro lado, nos parece oportuno señalar que ningún vecino de la ciudad, se encierra en su casa a las 5 de la tarde. En todos los barrios, - y Casavalle también - hay actividades parroquiales, reuniones de las redes socio culturales de la zona, baby fútbol, fútbol femenino, ensayos de la comparsa, etc, etc. algunas de estas actividades en algunos momentos del año también transitan por el local escolar.

De igual manera, destacamos, que el Plan Juntos está trabajando en el barrio desde mitad del año pasado. Las Escuelas han abierto sus puertas a este trabajo de la comunidad, y desde fines del año pasado realizan sus asambleas y actividades en el local escolar a pedido de los propios vecinos. Así se organizó un festejo el 6 de enero y distintas actividades que han aportado a la mejora de las condiciones de vivienda en la zona, que hoy incluye a más de 90 familias haciendo un esfuerzo de ayuda mutua en la construcción de sus casas.
Creemos entonces, que a partir de estas líneas, se puede ver que las Escuelas y la comunidad tienen un vínculo constructivo y muy positivo que habilita el crecimiento, la solidaridad y el aprendizaje de todos.
Entonces, la pregunta correcta sería:
¿porqué no había más niños y adultos en las Escuelas a la hora en que se inició el tiroteo? Y la respuesta a esta pregunta es simple. Porque, en situaciones irregulares en el barrio, - ya que, los tiroteos venían ocurriendo desde el fin de la semana, en horarios de la noche tarde – las familias toman previsiones como la haría cualquier familia y por lo tanto, se retiraron antes.
Y esto no significa, como saliera publicado el pasado 20 de mayo, en el diario El País[i] que "los propios narcos le dijeron a la directora de la escuela que retirara a los niños porque tenían pactado un enfrentamiento a partir de la hora 17 de ese día";. Aclaramos: no conocemos a los mencionados "narcos";, ni nadie nos dice que retiremos niños si no es la autoridad legítima de la ANEP, porque demás está decir, que es la única a la que reconocemos y respondemos.

Hemos vivido, las Escuelas de Casavalle, situaciones de tiroteos, previamente en 2012. No son situaciones que naturalicemos, ni que nos hagan permanecer inmunes. No somos inconscientes. Hubo situaciones en la mañana, en la hora de entrada y en la hora de salida en distintos turnos. Estas situaciones afectan a las familias y a los niños. Nuestro cuero y nuestra vida no vale ni más ni menos que lo que valen la vida de las familias y de los niños de Casavalle. Todos somos ciudadanos con derechos por igual. En cada una de estas situaciones, las familias y las Escuelas, tensan su accionar en forma solidaria para cuidar la vida y la seguridad de todos. En ocasiones, las familias retiran a sus hijos, se hacen cargo de vecinos, en otras nos ayudan a acompañar niños que se van solos.
Seguimos recibiendo noticias y datos de la realidad de actores sociales que no ingresarían a la zona. Y nos resta por decir, que la inmensa mayoría de la población de Casavalle [ii], trabaja, y por ejemplo, necesita los ómnibus para llegar o salir del barrio. Que la inmensa mayoría de la gente de Casavalle, participa de las mismas necesidades de cualquier lector, de mejorar las condiciones de vida y de acceso a los bienes de la cultura. Que existen numerosas políticas llevadas adelante en este sentido, como son la nueva Policlínica de la IMM, la Biblioteca, la Plaza nueva, obras todas que están en construcción, así como también hay que destacar las reparaciones totales en las Escuelas del Complejo.
Ubicamos el eje de nuestra reflexión sobre las causas de los problemas estructurales de la población con la que trabajamos. Como parte de la sociedad, de nuestro pueblo, somos responsables de la vulnerabilidad y la pobreza, de la exclusión y la estigmatización de las zonas, y también somos responsables y coautoras de la búsqueda de caminos de reconstrucción de un entramado social sano y positivo para el futuro de todos.
Debemos señalar entonces, en forma enfática que es un crimen instalar una versión de la situación de miles de compatriotas, a partir de opiniones, de versiones, de subjetividades, que abrevan para un discurso que instala el caos, y la paranoia. Así solo se daña la construcción que cuesta esfuerzos personales, profesionales, voluntarios y de todos, para avanzar en la posibilidad de hacer efectivos los derechos de la infancia y de las personas de nuestra ciudad.

En estas circunstancias, como cada día del año, los Maestros hacemos efectivo nuestro compromiso con la defensa de la Escuela Pública, con la túnica puesta y la tiza en la mano para brindar lo que más sabemos: aprendizajes valiosos y construyendo nuestras Escuelas como espacios para aprender, para comunicar, para encontrarnos, para hacer amigos y convivir.