El problema no es Cataluña, el problema es el capitalismo
El 10% de la población del mundo es analfabeta; la tercera parte vive con un dólar o menos por día; 8 personas tienen más dinero que toda la mitad de la población mundial.
En este marco el mundo vive sumido en conflictos permanentes alentados por los poderosos, bajo el viejo lema griego "divide y reinarás";.
No podemos opinar sobre las raíces del conflicto catalán por desconocimiento de esa realidad. Pero queda claro que ayer perdió la política y que la crisis solo sirve a los corruptos de Madrid y de Barcelona.
Está claro que en el mundo actual, moral y política no van de la mano y esa es una de las tragedias contemporáneas: un mundo sin ética.
Solo así se entiende que Rajoy reclamara un plebiscito en Venezuela pero ayer apaleara a los catalanes que querían votar. O que Putin, que no vaciló en masacrar a chechenos y ucranianos ahora critique a Rajoy.
Tal vez los catalanes conquisten su sueño independentista, aún así poco cambiará. Porque seguirán en el mismo mundo y en el mismo sistema.
Un sistema inhumano, que condena al hambre, que está destruyendo al planeta, que promueve guerras para proteger a la industria armamentista, para quién las personas solo somos un número. Y que lamentablemente hoy no tiene alternativas.
Pero el día que nos percatemos que el enemigo no son los musulmanes, ni los catalanes, ni los kurdos, ni los judíos, ni los palestinos, habremos avanzado a comprender que el enemigo es el capitalismo. Y quizás empecemos a construir otro mundo.