Para hablar de este asunto participaron en La Tertulia de este jueves, en La Mañana de El Espectador, la directora ejecutiva de la Consultora 'Cifra', Mariana Pomiés, el dirigente del Partido Colorado, José Pablo Franzini, y la escritora Mercedes Vigil.

Pomiés opinó que es una preocupación loable, pero que se integra al predominio del discurso de los "políticamente correcto".

"El problema que hay en Uruguay es la no tolerancia a las expresiones de los grupos que defienden sus derechos. Los grupos suelen ser radicales e intolerantes, y por otro lado se generan los discursos intolerantes del otro extremo. En Uruguay nos cuenta aceptar la diversidad, salvo en la política. En lo social nos cuesta, nos saca el que opina distinto. En Uruguay siempre nos creímos muy tolerantes pero demostramos que nos cuesta mucho aceptar las diferencias", enfatizó la tertuliana.

"Cuando un estado toma una doctrina que no ha sido probada, y viola el artículo 57 de la Constitución, es muy peligroso. Si educamos a tres o cuatro generaciones de niños, el tema no es que el péndula vuelva, porque cuando vuelve, tenes tres o cuatro generaciones de chicos que han sido influidos por una doctrina que tiene sus puntos terribles. Lo que le preocupa al papa es que el Estado adopte una doctrina de este tipo, tan joven en el tiempo y de tan difícil y dudoso efecto", expresó Vigil.

"Una guía sexual tiene que obedecer a todas las ideologías o a ninguna, y además ser redactada con una responsabilidad académica importante", manifestó la tertuliana, a lo que Pomiés sumó que debería plantearse la posibilidad de que haya más de una guía.

"¿Por qué tiene que haber un programa único? Si aceptamos que los chiquilines son diferentes, tiene realidades diferentes, situaciones diferentes, ¿Por qué les imponemos un programa único? Eso es parte del Sistema Educativo", aseveró la directora ejecutiva de la consultora 'Cifra'.

Franzini estuvo de acuerdo con sus contertulianas, pero agregó que "esto fue de los aspectos menos importantes que se trató en la reunión".

"La guía sexual puede tener errores pero no creo que tenga una tendencia a imponer cosas. Si pregunto, ¿dónde está el límite de la lucha? ¿Dónde comienza a ofenderse al otro?", agregó.