Indignados
Hace unos 8 años ciudadanos de diferentes países, molestos y desesperados ante una crisis económica y social que cada vez se hacía más profunda, salieron a la calle indignados. Pero no fue un movimiento mundial organizado sino que hubo diferentes razones y expresiones en cada lugar. Lo único común fue la gente masivamente en la calle y que se trató de movilizaciones exclusivamente de las ciudades.
Fueron los españoles en el 2010 los que hicieron popular el nombre genérico de "indignados";. Luego vinieron las mujeres egipcias que reclamaban su derecho a conducir automóviles; después la primavera árabe; los indignados griegos; los estudiantes chilenos por la educación gratuita; las acampadas en París, los rebeldes ingleses, los estafados en EE.UU., sin olvidar a los africanos subsaharianos, o "el que se vayan todos"; argentino. Estas protestas fueron una poderosa señal en todo el mundo.
Su mera existencia demostraba que la gente estaba dispuesta a salir a la calle para encontrar salidas a la crisis, en un momento en el que la economía hacía agua en todos lados, en que la corrupción liquidaba Estados y en que se reclamaba una mejor y diferente democracia. Sin embargo todos ellos fueron derrotados; tuvieron muchos muertos (por ejemplo en Egipto ); mucha gente fue detenida en todos lados, y salvo las mujeres egipcias que lograron su objetivo, todos los otros pasaron al ostracismo. La explicación que se ha dado son varias. Primero que carecían de ideología, o sea, lo único que los unía era la bronca pero no lograron articular propuestas. Tampoco pudieron mantener algún grado de organización a futuro, si acaso el Podemos español fue lo único que sobrevivió.
Hoy en Uruguay y a destiempo, como siempre, vuelve a oírse el término indignados a consecuencia del conflicto del campo. Pero esto en nada se parece, aunque tengan razones para estar enojados, porque este es un movimiento de propietarios y patrones grandes y pequeños. Este conflicto no está siendo bien manejado. Ni por el gobierno ni por quienes lo llevan adelante.
En principio porque parece no han leído a Sun Tzu en el Arte de la Guerra, quien decía: "Los guerreros victoriosos primero ganan y después van a la guerra, mientras que los guerreros vencidos primero van a la guerra y después buscan ganar";.
Las luchas del signo que sea tienen una lógica común: para ganar no solo hay que tener razón, sobre todo hay que ser más. Y eso implica buscar aliados ¿Dónde busca aliados el campo? ¿cree que con su lógica de enfrentamiento puede lograr aliados? ¿pretende someter al resto? ¿qué pretenden? ¿cuánto están dispuestos a ceder para ganar?
Los dirigentes deben hacerse estas preguntas para que sus reclamos, justos para muchos sectores agropecuarios, no pierdan legitimidad. Casi las mismas preguntas debería hacerse el gobierno. Protestan porque hay actores políticos involucrados, pero acaso ¿cuándo el FA estaba en la oposición no se involucraba en cuanta movilización y conflicto había? La dirección del FA que a esta altura solo parece obsesionada por ganar las elecciones, desconoce la esencia misma de la política. Porque la movilización del campo es política y porque en democracia los partidos tienen la obligación de involucrarse. Si lo hacen bien o mal, será juzgado luego por los propios votantes. Claro no se puede reclamar a la Asociación Rural que se interese por las luchas obreras, ni al Pit-Cnt que reclame apoyo a la rentabilidad de los ganaderos. Expresan intereses de clase diferentes. Pero en democracia, los gobiernos deben aceptar que la gente se movilice por lo que cree es la defensa de sus intereses.
Dicho esto, me quiero detener en el concepto de indignación. Cada vez más frecuente y áspero en esta sociedad. Esta bronca uruguaya está muy asociada al concepto personal de justicia, pero también al pretender imponer opiniones propias y sobre todo también a demasiado individualismo. Las redes son un buen ejemplo. Ante cualquier planteo surge el si, pero…es decir, muchas veces, la mayoría con desconocimiento, se afirma a fulano le dieron aquello, pero a mi no me dieron nada. O quiten los beneficios sociales para pagar menos impuestos. Y quien no opina igual es inmediatamente descalificado en duros y agraviantes términos.
A veces se me ocurre pensar ¿con qué votos pretenderán ganar las elecciones? Las señales que da el partido de gobierno tampoco son buenas. Decidieron integrar una comisión para concurrir en apoyo de Lula el próximo 24, pero no se les ocurrió crear una comisión que escuche a los productores agropecuarios que no responden a ninguna organización y cada día son más.
Hay otro concepto que atraviesa nuestra sociedad y que es el que definitivamente origina bronca o indignación y se llama impunidad. Por ejemplo tener sueltos a delincuentes que vistieron uniforme y portaron un arma de fuego; o a quienes cometieron asaltos para sostener a sus propias organizaciones. Que se funda un pequeño productor rural que obtiene un magro salario y en cambio haya crecido tanto un empresario Anatidae (busquen en el diccionario) con buenos vínculos políticos. Que para los corruptos de ayer y de hoy siempre se encuentre una justificación. O que quienes saquearon al país en el 2002, hubieran pagado con 4 años de cárcel la condena al hambre de centenares de miles y ser directos responsables de 500 suicidios, cuando hay tipos presos con muchos años por robar un par de garrafas. O que mientras miles de trabajadores luchan por un salario digno que supere los 20.000 pesos, algunos acomodados políticos de todos los partidos logran salarios de 100.000 pesos y más.
Podríamos citar tal vez centenas de ejemplos. Pero no es la nómina lo que debe preocupar, sino un sentimiento negativo que crece en intensidad y por ahora, con una excesiva violencia verbal. Hay quienes quisieran ver sangre. Pero como eso ya lo vimos en este país, sabemos cuál fue la única sangre que corrió. En esto estamos obligados a pensar todos si es que queremos seguir viviendo en democracia. La bronca que oficia como disparadora ante la injusticia, debe ceder paso a la racionalidad, pero sobre todo a la justicia. Una de las pocas causas que vale la pena. Y otra vez cito a Sun Tzu: "Si tanto tu enemigo como tú son ignorantes, entonces están en un certero peligro.