Entrevistas

"La pasta base dejó clara la falta de políticas sanitarias"

Para Roberto Gallinal, director de Encare, una ONG dedicada a las adicciones, la solución al incremento del consumo de pasta base pasaría por "cambiar las condicionantes" en que viven los adictos. Según él, cuando los jóvenes consiguen un trabajo o una actividad, la droga deja de tener un lugar central en sus vidas.

(Emitido a las 09.10)

EMILIANO COTELO:
La pasta base se ha adueñado del mercado ilegal de drogas, decía ayer una nota que recogíamos del diario El País. Según el Ministerio del Interior la pasta base desplazó a la marihuana cuyo precio ha aumentado y relegó a la cocaína a consumidores de alto poder adquisitivo.

El problema preocupa a las autoridades policiales que vinculan buena parte de los hechos de violencia registrados en los últimos tiempos a acciones protagonizadas justamente por adictos a la pasta base.

Ayer conversamos con el Comisario Inspector Julio Guarteche, director de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, que se detenía en un motivo reciente de incremento del consumo de pasta base que era la existencia de desabastecimiento de marihuana. Falta marihuana y eso lleva a que una parte del público consumidor de esa droga, la de ingresos económicos más bajos, se traslade a la pasta base.

¿Por qué falta marihuana últimamente? Guarteche lo explicaba así:

"Mire, nosotros pensamos que por primera vez se produce una fisura que se llama cuando se produce en la interrupción del tráfico normal, o el tránsito normal de drogas hacia un país. En este caso nosotros pensamos que la acción nuestra del año pasado hacia los grandes cargamentos, especialmente que venían por vía aérea, ha detenido el ingreso en forma masiva de marihuana a nuestro país. Fue notorio a partir del procedimiento de noviembre de Río Negro donde controlamos una avioneta y un cargamento muy importante que a partir de ahí no ingresó marihuana en cantidades importantes por lo menos", dijo Guarteche.

Entonces a partir de una explicación como esa llegaba desde el correo electrónico la opinión de un oyente que decía: "bueno, pero entonces hay que entender que un éxito policial de represión al ingreso de una de las drogas, termina siendo negativo porque traslada consumidores hacia una droga más pesada, a una droga de efectos mucho más nocivos, tanto para el individuo, como para su entorno, incluso para la sociedad". Era una pregunta que valía la pena explorar.

Por eso hoy vamos a retomar el tema pero conversándolo con Roberto Gallinal, que es asistente social especializado en adicciones, con maestrías en las universidades de Pensylvania, Buenos Aires y Ginebra, docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Gallinal dirige la Organización No Gubernamental "Encare", que se dedica a la prevención y asistencia de problemas vinculados al uso de drogas.

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Gallinal, ¿efectivamente el consumo de pasta base sigue creciendo?

ROBERTO GALLINAL:
Sí, es un tema que está en crecimiento y nuestras proyecciones es que va a estar en crecimiento. Pero tengo alguna discrepancia con lo que planteaba Guarteche. Es verdad que hay menos marihuana hoy en el mercado, creo que no podemos desconocer estos procedimientos que ha hecho la Brigada de Narcóticos pero también tenemos que ubicarnos en el contexto del verano y en el contexto de lo que significa el tráfico y las políticas del tráfico.

Siempre en verano, al menos en Montevideo y en algunas ciudades del interior, la marihuana escasea y sube el precio por estrategias económicas de quienes son las que la comercializan.

EC – ¿Por qué, porque trasladan el producto a los balnearios?

RG – Porque trasladan el producto a los balnearios y al mismo tiempo porque empiezan a poner en el mercado otras sustancias que para ellas sí tienen un público más masivo, con poder económico diferente y generan más ganancias.

EC - ¿Cuáles son esas otras sustancias?

RG – Yo diría básicamente que son sustancias de síntesis lo que se llaman hoy pastillas. Siempre que hablamos de pastillas nos quedamos de atrás, porque cada vez que llegamos a identificar que apareció tal pastilla, nos conectamos rápidamente con otros colegas en Europa y ya pasó. Entonces las drogas de síntesis, de diseño, es algo de rediseño constante y esto está apareciendo.

Yo creo que es verdad que hay menos marihuana, que tiene que ver por un lado con estos procedimientos pero no es la única causa. Tiene que ver con estrategias de mercado, de abastecimiento y de zonas. Nunca ha sido tan cara como hasta ahora.

EC – Claro, justamente lo que decía el comisario Guarteche es que la escasez y por lo tanto el aumento del precio de la marihuana, este verano es mayor que en otros.

RG – Es mayor que en otros, pero de hecho hay vamos a ser claros, de hecho hay. Por los usuarios, por los pacientes nuestros y por el trabajo que estamos haciendo en las comunidades aquí en Montevideo, nos encontramos con que está. Tal vez cortada, tal vez mezclada con otro tipo de cosas, aparece. Tiene que ver con una estrategia de mercado.

EC – Tú dices que el crecimiento que sigue teniendo el consumo de pasta base puede en todo caso deberse minoritariamente a este factor. Puede efectivamente haber algunos consumidores de marihuana que ahora por esta escasez se trasladan a la pasta base, pero enfatizas mucho que el crecimiento de la pasta base tiene otros motivos. ¿Tiene otros orígenes más estructurales?

RG – Yo creo que sí. Vamos a ubicarnos en que estamos hablando de mercancías con valor real y simbólico, entonces si analizamos el tema desde la oferta decimos que las personas poco cuentan o sea tiene que ver lo que se ofrece. La pregunta que tenemos que hacernos es desde la demanda. ¿Qué está pasando con esta población que cada día más toda esa población joven y adulta es más demandante de todo tipo de sustancias que permitan vivir lo cotidiano de una forma diferente? Aquí viene la pregunta. ¿Qué está pasando con estos jóvenes con la demanda de la pasta base? ¿Están consumiendo y demandando más pasta base porque el mercado la impone más o porque será que la pasta base está ofreciendo cierto tipo de efectos que son los que ciertos sectores de población están necesitando?

EC – Paso en limpio brevemente entonces lo que tu señalabas. El primer dato que hay que considerar es que el conjunto de la población joven está mostrando cada vez una mayor predisposición al uso de drogas, alcohol u otro tipo de sustancias. Por un lado hay un crecimiento del consumo de ese tipo de sustancias en general, si aterrizamos después en el caso de la pasta base lo que tú quieres es examinar por qué un sector de esa población joven, el sector de nivel socio económico más bajo, se vuelca a la pasta base, por qué la demanda, por qué la quiere. ¿Y cuál es tu respuesta?

RG – Yo creo que no hay una respuesta, hay muchas respuestas. Tal vez empecemos a poder ubicarnos en los jóvenes uruguayos de estos sectores de población y empecemos a ver qué significa ser jóvenes para ellos, en este momento en el Uruguay de hoy, qué significa proyectarse laboralmente, qué significa proyectarse en el sistema educativo, qué significa proyectarse en una vida de adulto en el mundo adulto, qué significa crecer, qué significa ser adulto.

Evidentemente que son proyecciones de mucha incertidumbre. Al mismo tiempo son proyecciones de mucha falta de perspectivas. Entonces la pasta base tiene una virtud: tiene una ruptura y su efecto presta la evidencia de una ruptura con lo cotidiano.

EC – ¿En qué se diferencia en ese sentido de otras drogas?

RG – Por ejemplo, al consumidor de marihuana en términos generales no le produce esos rompimientos con lo real. O sea, tiene algún tipo de alteración en su sentido, de vivencias diferentes pero tiene total conciencia de la situación en la que está. Al mismo tiempo le produce estados emocionales de ciertos tipos de alteraciones pero sin mayores rupturas.

El consumo y efecto de la pasta base es un efecto euforizante, de mucho estímulo, que pone a ese individuo en mucho movimiento y en acción. Yo creo que aquí es donde empieza a adquirir sentido la pasta base en esos sectores de población.

EC – Se le ha llamado la droga de la crisis, porque apareció en el mercado uruguayo hace un par de años.

RG – Yo diría en el mercado está hace más de un par de años pero el estallido yo diría que fue hace dos años hace dos años. Estalló la pasta base, apareció no solamente como sustancia sino que apareció en los medios de comunicación, en la vida y en un momento fue la causante y la explicación de todo lo que acontecía en la sociedad y en los jóvenes en particular. Todo se explicaba por el fenómeno de la pasta base, cosa que no es así.

Esto sí es novedoso. En el último tiempo ha ido cambiando lo  que nosotros llamamos la temperatura ambiente. Ya las comunidades, estos sectores de población tienen más manejo y ya pueden interpretar que no todo lo que sucede tiene que ver con la pasta base. En todo caso todo lo que está sucediendo tiene que ver con la vida cotidiana de estos jóvenes. Algunos de estos jóvenes que consumen pasta base y también los otros que pueden consumir otras drogas, unas legales otras ilegales, son parte de los fenómenos sociales que acontecen, fenómenos de violencia o de repente este fenómeno del "pasotismo" en la esquina, este tiempo sin sentido, estas cosas que preocupan, estas cosas que uno se pregunta dónde está la proyección.

Hasta hace un año todo lo explicaba la pasta base. Por suerte lentamente esto se viene corriendo, la gente ha podido entender que no todo es la pasta base, sin dejar de tener en cuenta que la pasta base es una droga de mucho peligro y es una droga que ha cambiado las dinámicas comunitarias.

EC – ¿Es una droga que ha cambiado las dinámicas comunitarias en qué sentido? ¿Por qué?

RG – Porque es una droga que diría tiene cierto tipo de efectos, a veces genera excitaciones en los usuarios y a veces genera dependencias muy rápidas. Estas dependencias tienen que ser sustentadas económicamente y entonces estos muchachos, que de repente no tenían como norma de vida salir a cometer infracciones menores, salen a hacerlas por necesidad de consumo pero no solamente por necesidad de consumo también salen a hacerlas para comer. Está claro.

Esto ha cambiado los vínculos de la comunidad. Hoy por hoy ya no solamente cuando llega el momento de la licencia los sectores económicamente altos tienen que dejar a alguien en su casa sino que estos sectores de la población ya no puede ir al mercado o al almacén de la esquina sin dejar a alguien adentro de su casa, por el miedo a ser desvalijado. Esto es un cambio cualitativo. Creo que la pasta base lo que generó es por un lado cambios cuantitativo a nivel de números.

EC – ¿Es decir?

RG – Hay mayor número de consumidores y nada indica que vaya a haber menor número de consumidores, en la medida en que las condiciones de nuestra población y sobre todo la población joven sean las que son, la demanda va a seguir creciendo.

Pero hay un cambio cualitativo que tiene que ver con las formas en que estos jóvenes se están ubicando en sus propias comunidades. Yo creo que esto ha sido lo que ha generado una gran conmoción, lo cualitativo, o sea cómo se expresó ese consumo.

EC – Se expresó con efectos de los que algo ya hemos dicho. Son efectos muy agresivos sobre el propio consumidor y su entorno familiar. Ese joven está alterado en la convivencia diaria con sus seres queridos. Además probablemente hasta demanda dinero a sus padres o les roba dinero o roba las cosas de su casa para venderlas y comprar la droga. Después afecta a la sociedad sobre todo a la sociedad más cercana porque también roba, es agresivo y entonces protagoniza hechos de violencia a veces simplemente por la violencia en sí otras para robar. Llega, incluso, a matar. O sea ese tipo de consecuencias existe, el impacto social del consumidor de pasta base existe.

¿Tú aludías a que hubo un momento en el que por el destaque que los medios de comunicación le dimos al tema, exageramos su incidencia?

RG – Sí, yo creo que hubo un fenómeno mediático que estaba incidiendo negativamente. Durante un tiempo largo veíamos en determinados informativos de televisión y siempre había testimonios de todo tipo. Llegamos a ver hasta jóvenes atados a las patas de la cama con cadenas por parte de los padres. Esto no quiere decir que la convivencia con un consumidor de pasta base, con un adicto a la pasta base, sea terrible y que a veces los padres quedan sin elementos, sin herramientas para actuar porque al mismo tiempo el Estado ofrece pocas herramientas ofrece. Yo creo que la pasta base lo que ha dejado en claro es la falta de políticas sanitarias en relación a este tema. La pasta base  también lo puso arriba de la mesa, se encargó de ponerlo arriba de la mesa.

Entonces, ¿qué pasaba? Nosotros estamos trabajando en este momento en un proyecto con la Intendencia de Montevideo y la Junta Nacional de Drogas conjuntamente con cuatro ONGs en ocho barrios de Montevideo...

EC - ¿Qué les pasaba cuando llegaban a trabajar en ese lugar?

RG - Cuando uno empezaba a trabajar con los vecinos y con los agentes comunitarios todo lo que acontecía con los jóvenes y el problema central de ese barrio era que consumían pasta base. Es más, la gente había dejado de participar y movilizarse colectivamente por sus intereses comunitarios por la pasta base y por el miedo de circular por las calles, por el miedo a ser robados por los jóvenes.

Cuando uno empieza a trabajar y empieza a intentar a identificar realmente y hacer el mapeo antropológico que se llama de las características y condicionantes de la vida cotidiana de esta comunidad, empezamos a ver que la pasta base tenía muy poco lugar ahí adentro. Lo que sí estaba incidiendo era que estos jóvenes dejaban el liceo el mes de julio o que no se inscribían y que a partir de julio estaban todos en situación de calle. O sea, su casa estaba para ir a dormir, pero ese joven no tenía un sentido en su vida cotidiana porque no había un espacio colectivo que esa comunidad le ofreciese, no había referentes adultos accesibles, no había posibilidades de proyección laboral. Entonces ahí empezamos a ver, en el mapeo antropológico, qué estaba pasando. Cuando la gente empezaba a pensar seriamente a ver qué era esto de la pasta base, empezaba a ver que no todos los jóvenes eran consumidores de pasta base, que muchos son consumidores de pasta base, otros de pasta base y otras sustancias, en otros está el problema del alcohol... Ese sí es detectado por todos, el alcohol como gran problema en estas comunidades, en todas pero en estas tiene mucha fuerza.

Entonces ahí empieza a darse el corrimiento y la gente puede empezar a pensar y a trabajar en medidas preventivas. ¿Por qué? Porque logra desmitificar y develar, o sea correr el velo, de lo que está sucediendo.

EC – En definitiva cuando logra ubicar al consumo de pasta base en su contexto

RG – En el contexto y en la medida que tiene.

EC – Cuál es el contexto que lleva a que alguno de estos jóvenes consuman pasta base y otros consuman otra cosa o terminen teniendo en definitiva tales o cuales actitudes. Entonces, casi sobre el final de esta charla, llegamos a lo que quedaba también como un asunto pendiente: ¿Cómo se combate el consumo de pasta base o cómo se previene, este es el término que tu prefieres?

Por ejemplo, ayer en el correo electrónico de este oyente implícitamente se sostenía: "bueno y entonces no será mejor dar cierta libertad al consumo de marihuana, no acorralar el tráfico de marihuana, en la medida que se trata de una droga más blanda, para que no se produzca un aumento de precio y para que no se produzca por esa vía un corrimiento hacia la pasta base". ¿Cómo ves este tipo de análisis?

RG – Dos cosas, por un lado la pregunta de cómo se combate. Es una palabra que no la uso porque cuando hablamos de combate hablamos de algo bélico. Aquí lo que menos precisamos son cosas bélicas sino instancias de mediación, de diálogo, de análisis, entonces yo diría saco lo del combate y pongo bueno cómo se trabaja en prevención.

Creo que hay muchos escenarios para trabajar en prevención. La Brigada de Narcóticos tendrá los suyos y tendrá que ver cómo trabaja en prevención del delito, pero al mismo tiempo hay una cuestión que tiene que ver con el cara a cara. Tenemos que seguir desarrollando programas en ámbitos educativos con los docentes, los padres y los alumnos. Después tenemos un sector muy alto de la población que está desescolarizándose que está en situación de calle. Aquí tenemos que tener programas comunitarios de trabajo con la vida cotidiana de estos sectores de la población y estos diseños de programas se han venido ensayando. La Junta Nacional de Drogas que está saliendo en este momento creo que ha tenido un gran mérito, que es que  ha puesto con pocos recursos a ensayar distintas propuestas, que han ido de la reducción del daño, con intercambio de jeringas incluso en algunos barrios de Montevideo, hasta otro tipo de programas muy sostenidos desde lo educativo.

Entonces, hay muchos escenarios posibles. Sobre todo, los escenarios que están por fuera del tráfico, los que tienen que ver con la vida cotidiana de las personas, tienen que trabajar en la parte de prevención, en la parte de educación. La prevención en lo específico y lo inespecífico. ¿Qué es lo específico? Es en relación a la sustancia. Lo inespecífico es ir generando fortalecimientos en las vidas cotidianas para que se convierta en menos demandante de ese tipo de sustancias.

EC – Si entiendo bien, eliminar los estímulos al consumo de pasta base, por ejemplo.

RG – Exactamente.

EC – Eso implica cambiar al individuo o a los grupos de individuos jóvenes de estos sectores socio económicos que están enfrentando un panorama tan complejo.

RG – Claro, pero yo no me animo a decir cambiar a los individuos. Yo diría cambiar las condicionantes en que estos individuos están porque la realidad está en que cuando estas condicionantes empiezan a cambiar, estos jóvenes se empiezan a insertar en el mercado laboral y la pasta base deja de tener el lugar que tenía anteriormente. No quiere decir que no sea un consumidor de ocasión, pasa a ser un consumidor esporádico, pero deja de tener la centralidad en la vida cotidiana de ese individuo.

EC – ¿Tú dices que estamos yendo en esa dirección?

RG – No, yo digo que se están haciendo experiencias. Ojalá estuviésemos yendo en esa dirección. Creo que a este país le está faltando mucho en ese tipo de cosas. Se están haciendo experiencias, se están probando modelos de distintas formas, algunos están dando resultados y están siendo evaluados de forma favorable, pero son experiencias de poco impacto. No podría decir que el Uruguay está con una política clara, definida y de impacto. Diría que tiene la política, al menos ahora, de poco impacto y de experimentar opciones diferentes.

EC – En la perspectiva de la instalación de un nuevo gobierno, ¿qué importancia le asignas tú a este problema?

RG – Es un desafío para este nuevo gobierno.

EC – Lo digo porque en la campaña electoral prácticamente no existió.

RG – No se tocó, no se tocó y creo que es por muchos motivos. Creo que a la interna de los sectores políticos hay diferentes miradas, hay miradas que tienen que ver mucho más con lo represivo, hay miradas que miran y focalizan mucho más hacia todo el tema de la oferta y al mismo tiempo analizar el tema de la demanda. O sea el tema de la vida cotidiana es muy complejo, entonces yo creo que se ha ido como corriendo.

Pero es un desafío para el nuevo gobierno desde muchos lugares, por sobre todo desde el nuevo plan que se piensa instalar: el Plan de Emergencia.

EC – Da la sensación de que aquí tenemos un capítulo clave del Plan de Emergencia social pero curiosamente tampoco se lo menciona.

RG – Bueno, este es un deber que estamos teniendo: la sociedad civil organizada, las ONG, está en nuestra agenda ya para conversar con los asesores políticos para poner el tema arriba de la mesa.

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Transcripción: Adriana Arzuaga
Edición: Mauricio Erramuspe