Sobre del Consorcio Ruta Uno
Estimado Emiliano:
Como usuario rutinario de la Ruta 1, justamente en el tramo que va entre Montevideo y Libertad (tengo un pequeño campo en la ruta a Villa Roddríguez) es que le envío una serie de comentarios acerca del tema:
1) Le recuerdo que uno de los principales argumentos utilizados por las autoridades del MTOP, para hacer pesar el tema de la urgencia en la concesión, fue el hecho de que el actual (¡todavía actual!) puente sobre el Santa Lucía debía ser retirado de uso en forma urgente, dado que su estructura no ofrecía las garantías necesarias para el alto tráfico que sostiene. Se hacía especial mención al volumen del tránsito pesado de esa ruta, pensando además en el incremento esperado del número de camiones con troncos provenientes del litoral (cosa que efectivamente está sucediendo). Esto debe haber sido dicho hace unos siete u ocho años. El puente sigue siendo utilizado sin que el tema de la seguridad haya sido nunca más mencionado ni se haya tomado ninguna medida en ese sentido.
Por ese motivo me surge una serie de interrogantes: ¿Estamos en alto riesgo los que lo utilizamos? ¿Por qué no se hace nada? ¿Fue una exageración? Y si lo fue, ¿cuál fue el motivo?
2) Además del tema de los plazos, que aparentemente han sido incumplidos en forma sistemática una y otra vez como lo mencionó el actual ministro en la entrevista de hoy en la mañana, como usuario de la ruta creo conveniente mencionar algunos otros aspectos de los tramos que están en funcionamiento y que adolecen -a mi entender- de importantìsimos defectos que atentan contra lo que deberían ser las normas mìnimas de seguridad, en una ruta de alta velocidad y tránsito como es esta. Como siempre, estas cosas no se toman en cuenta hasta que se produce algún accidente importante.
Basta no más con recorrer la ruta y observar un poco para -aún sin ser técnico- detectar cosas realmente importantes. Seguramente un técnico debería detectar muchos otros problemas que a ojos de un mero usuario no se ven.
En primer lugar no existen prácticamente barreras protectoras que impidan el desbarrancamiento o el pasaje de un vehìculo al carril contrario en caso de algún accidente. Ni en curvas pronunciadas, ni en lugares donde la banquina tiene desniveles de varios metros. A lo sumo, en algunos lugares, se han colocado sobre el suelo pequeños cordones de hormigón de no más de 20 cms de altura, que aseguran -sin ninguna duda- el vuelco invitable de cualquier vehìculo que se salga de la ruta. En otros lugares se han colocado algunas pequeñas barandas de madera, más decorativas que otra cosa.
En los cruces de agua las barandas de puente sólo cubren el curso de agua, ni un centímetro más. Esto asegura que, en caso de accidente, seguramente se incrustarán de frente en el vehículo que no se desbarranque antes, dado que no tienen ni siquiera postes de hormigón que lo impidan antes.
Hay sectores en que las banquinas son verdaderas trampas para quien se salga de la carretera. Es que la calidad del asfalto colocado en las banquinas parece no ser -ni por asomo- la necesaria, dado que a poquísimo tiempo de construídas están destrozadas y hasta el pasto crece en varios sectores.
3) Otro tema también notorio es la calidad de construcción. Varios tramos de ruta, a poco que han sido inaugurados al uso, han debido ser reparados (porque el hormigón se ha roto, o se ha hundido). Varios trechos de la ruta han debido estar parcialmente cortados en forma reiterada y los parches en el cemento son notorios (basta solo prestar atención a los colores del cemento para verificar esto).
Pero en algunos sectores esto no ha sido hecho y es así que hay varios "toboganes" en los que un sector se ha hundido u otro levantado de forma que los autos quedan suspendidos en el aire por unos instantes. De seguir profundizándose esto -cosa que viene sucediendo- es más que probable que produzca accidentes graves en cualquier momento.
Circular por los kilómetros del tramo de la ruta que bordea Libertad es como estar dentro de una licuadora. El hormigón tiene defectos de construcción que lo hacen tan irregular que parecería que tuviera pequeños escalones.
Y conste que estamos hablando de tramos de ruta recientemente inaugurados. ¿Qué será de todo esto dentro de cinco o diez años?
4) Como punto final deseo transmitirle que me resulta indignante y denigrante para mi inteligencia -viendo y sufriendo todo esto- que la Empresa concesionaria pretenda colocarse como víctima. Mientras continúa cobrando los peajes (eso sí lo hace en tiempo y forma).
Privatizar una ruta sin alternativas (como esta y otras) ya es un tema bastante discutible.
Privatizarla de esta forma no parece siquiera razonable.
Creo muy necesario que TODO el peso de la ley caiga sobre estos señores considerando todos estos elementos (y otros más que seguramente se me escapan), además del flagrante incumplimiento de todos los tiempos (los originales y todas y cada una de sus prórrogas).
Creo, además, que todos los problemas de seguridad deben ser solucionados en forma urgente.
Atentamente,
Ernesto H (de Malvín)
Como usuario rutinario de la Ruta 1, justamente en el tramo que va entre Montevideo y Libertad (tengo un pequeño campo en la ruta a Villa Roddríguez) es que le envío una serie de comentarios acerca del tema:
1) Le recuerdo que uno de los principales argumentos utilizados por las autoridades del MTOP, para hacer pesar el tema de la urgencia en la concesión, fue el hecho de que el actual (¡todavía actual!) puente sobre el Santa Lucía debía ser retirado de uso en forma urgente, dado que su estructura no ofrecía las garantías necesarias para el alto tráfico que sostiene. Se hacía especial mención al volumen del tránsito pesado de esa ruta, pensando además en el incremento esperado del número de camiones con troncos provenientes del litoral (cosa que efectivamente está sucediendo). Esto debe haber sido dicho hace unos siete u ocho años. El puente sigue siendo utilizado sin que el tema de la seguridad haya sido nunca más mencionado ni se haya tomado ninguna medida en ese sentido.
Por ese motivo me surge una serie de interrogantes: ¿Estamos en alto riesgo los que lo utilizamos? ¿Por qué no se hace nada? ¿Fue una exageración? Y si lo fue, ¿cuál fue el motivo?
2) Además del tema de los plazos, que aparentemente han sido incumplidos en forma sistemática una y otra vez como lo mencionó el actual ministro en la entrevista de hoy en la mañana, como usuario de la ruta creo conveniente mencionar algunos otros aspectos de los tramos que están en funcionamiento y que adolecen -a mi entender- de importantìsimos defectos que atentan contra lo que deberían ser las normas mìnimas de seguridad, en una ruta de alta velocidad y tránsito como es esta. Como siempre, estas cosas no se toman en cuenta hasta que se produce algún accidente importante.
Basta no más con recorrer la ruta y observar un poco para -aún sin ser técnico- detectar cosas realmente importantes. Seguramente un técnico debería detectar muchos otros problemas que a ojos de un mero usuario no se ven.
En primer lugar no existen prácticamente barreras protectoras que impidan el desbarrancamiento o el pasaje de un vehìculo al carril contrario en caso de algún accidente. Ni en curvas pronunciadas, ni en lugares donde la banquina tiene desniveles de varios metros. A lo sumo, en algunos lugares, se han colocado sobre el suelo pequeños cordones de hormigón de no más de 20 cms de altura, que aseguran -sin ninguna duda- el vuelco invitable de cualquier vehìculo que se salga de la ruta. En otros lugares se han colocado algunas pequeñas barandas de madera, más decorativas que otra cosa.
En los cruces de agua las barandas de puente sólo cubren el curso de agua, ni un centímetro más. Esto asegura que, en caso de accidente, seguramente se incrustarán de frente en el vehículo que no se desbarranque antes, dado que no tienen ni siquiera postes de hormigón que lo impidan antes.
Hay sectores en que las banquinas son verdaderas trampas para quien se salga de la carretera. Es que la calidad del asfalto colocado en las banquinas parece no ser -ni por asomo- la necesaria, dado que a poquísimo tiempo de construídas están destrozadas y hasta el pasto crece en varios sectores.
3) Otro tema también notorio es la calidad de construcción. Varios tramos de ruta, a poco que han sido inaugurados al uso, han debido ser reparados (porque el hormigón se ha roto, o se ha hundido). Varios trechos de la ruta han debido estar parcialmente cortados en forma reiterada y los parches en el cemento son notorios (basta solo prestar atención a los colores del cemento para verificar esto).
Pero en algunos sectores esto no ha sido hecho y es así que hay varios "toboganes" en los que un sector se ha hundido u otro levantado de forma que los autos quedan suspendidos en el aire por unos instantes. De seguir profundizándose esto -cosa que viene sucediendo- es más que probable que produzca accidentes graves en cualquier momento.
Circular por los kilómetros del tramo de la ruta que bordea Libertad es como estar dentro de una licuadora. El hormigón tiene defectos de construcción que lo hacen tan irregular que parecería que tuviera pequeños escalones.
Y conste que estamos hablando de tramos de ruta recientemente inaugurados. ¿Qué será de todo esto dentro de cinco o diez años?
4) Como punto final deseo transmitirle que me resulta indignante y denigrante para mi inteligencia -viendo y sufriendo todo esto- que la Empresa concesionaria pretenda colocarse como víctima. Mientras continúa cobrando los peajes (eso sí lo hace en tiempo y forma).
Privatizar una ruta sin alternativas (como esta y otras) ya es un tema bastante discutible.
Privatizarla de esta forma no parece siquiera razonable.
Creo muy necesario que TODO el peso de la ley caiga sobre estos señores considerando todos estos elementos (y otros más que seguramente se me escapan), además del flagrante incumplimiento de todos los tiempos (los originales y todas y cada una de sus prórrogas).
Creo, además, que todos los problemas de seguridad deben ser solucionados en forma urgente.
Atentamente,
Ernesto H (de Malvín)