Italia rechaza la nave Aquarius y endurece su política migratoria ante la UE
Italia mantuvo su negativa a acoger a los 629 inmigrantes que se encuentran a bordo de la nave "Aquarius" en el Mediterráneo y que esperan su traslado a España, en un cambio de estrategia del nuevo Gobierno, que exigió el esfuerzo común europeo.
La embarcación con la que la ONG francesa SOS Méditerranée salva vidas en la peligrosa ruta del Mediterráneo central se convirtió en el símbolo del endurecimiento de la postura de Italia tras la llegada del Gobierno del antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga.
El pasado sábado el barco rescató a 629 inmigrantes frente a las costas de Libia y, aunque solicitó hacerles desembarcar en Italia, como en los últimos años, las autoridades de este país lo rechazaron e instaron a Malta a acoger a los ocupantes de la embarcación.
De este modo se originó un pulso entre Roma y La Valeta sobre qué país debía acoger la nave cargada de inmigrantes, finalmente zanjado por la propuesta del nuevo Gobierno de España, del socialista Pedro Sanchez, de recibir el barco en el puerto de Valencia (este).
El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, agradeció a España y acusó a Italia de "quebrantar las leyes internacionales y provocar una situación desagradable", por lo que instó a la Unión Europea a debatir sobre el tema "para que no vuelva a ocurrir".
Por su parte, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, celebró que tras esta férrea negativa "las reclamaciones de Italia comienzan a ser escuchadas" tras un lustro de llegadas masivas de inmigrantes.
"Habíamos pedido una Europa más solidaria y que nuestro país no fuera abandonado en la gestión de los flujos migratorios. La iniciativa de España va realmente en esta dirección", celebró.
Conte, que juró el cargo hace diez días, consideró este episodio como "un hito importante" pues, tras su negativa de acoger a los inmigrantes, "Italia ya no está sola".
El objetivo del nuevo Gobierno será modificar su denostado Reglamento de Dublín, que estipula el reparto de los demandantes de asilo en la UE, y para ello se reunirá con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con la canciller alemana, Angela Merkel.
El ministro del Interior y líder de la Liga, Matteo Salvini, calificó este episodio como una "victoria" y dijo que "alzar la voz, algo que Italia no ha hecho desde tiempos inmemoriales, da frutos".
"Hemos abierto un frente de discusión a nivel continental, la partida seguramente no se cierra hoy, pero es una primera señal importante, porque Italia no puede sostener este peso en solitario", apuntó el también vicepresidente del Gobierno en una rueda de prensa.
Salvini reclamó a la UE "una nueva política de inmigración" y avanzó que con ese propósito contactarán con la Comisión Europea a través del ministro de Exteriores, Enzo Moavero Milanesi.
Mientras la oposición de izquierdas tildaba de "propaganda" esta nueva estrategia, el otro vicepresidente del autoproclamado "Gobierno del cambio", Luigi di Maio, líder del M5S, pidió al resto de países europeos que "sigan el ejemplo de Sánchez".
"Demuestra que si se quiere, se puede (...). Todo esto debe cambiar por el interés de todos. Derechos, deberes y solidaridad deben ser compartidos", opinó en un artículo titulado "Estamos cambiando Italia y Europa".
Mientras, el barco "Aquarius" aún no ha puesto rumbo hacia España sino que permanece a la espera de instrucciones en alta mar con 629 inmigrantes a bordo, de los que 123 son menores no acompañados, once de ellos niños pequeños, y siete, mujeres embarazadas.
Médicos Sin Fronteras (MSF), que cuenta con un equipo de personal sanitario a bordo, informó en Twitter de que los rescatados "están cada vez más ansiosos y desesperados", pese a que han sido informados sobre la acogida en España.
La situación ha contado con momentos de tensión cuando un hombre amenazó con saltar por la borda por miedo a que fuera devuelto a Libia, un país del que los inmigrantes zarpan hacia Italia y que describen como un auténtico infierno.
La embarcación agradeció el ofrecimiento de España pero, sin embargo, afirmó que sería "inseguro" emprender un viaje de tres días hasta Valencia cuando supera su capacidad máxima a bordo.
Además, alertó de la falta de víveres, tras lo cual Malta envió 950 botellas de agua y 800 paquetes de fideos instantáneos y refrigerios.
A su vez, MSF reclamó "el desembarco inmediato de las personas que se encuentran a bordo", pues llevar el buque a España reduciría "aún más" la presencia de ONG para salvar a los inmigrantes que "siguen saliendo cada día de Libia".
EFE