El 17 de agosto de 1998 en horas del mediodía fue encontrado el cadáver de Andrés , quién entonces tenía 18 años, dentro de una camioneta propiedad de la familia estacionada en la calle  Atanasio Sierra a poco más de una cuadra de la ruta 21. Tenía dos balazos en la cabeza, pero la pericia forense dijo entonces que "no se podía determinar el calibre". Años después, en una nueva pericia el fiscal Guido Berro determinó que las balas eran calibre 38.

En estos casi 20 años muchas cosas han ocurrido, menos la aclaración del crimen. Walter Trigo, padre de Andrés, y el periodista Fredy González investigaron lo que entonces no hicieron ni la policía ni la justicia

El jefe de policía de Colonia, entonces Hugo Pintos Funes fue destituido y declarado persona no grata por la Junta Departamental por 30 votos en 31. El juez Carlos Colmenero renunció en el 2004 antes de que la Suprema Corte lo destituyera. Y el fiscal de Corte, Oscar Peri Valdez decidió el traslado de la fiscal Mariela Luzi, después que la familia de Andrés y varios ediles denunciaran sus "vínculos con determinados oficiales de la policía, involucrados en el caso".

Tanta impunidad fue posible porque nunca se quiso investigar  los vínculos de personas con poder económico, vinculadas a altos cargos públicos y al narcotráfico.

Pero los testimonios y las pruebas documentales acumuladas, permitirían terminar con la impunidad que ha rodeado a este crimen que conmovió a la sociedad de Colonia, en particular, y a la del país en general.