Las mismas fuentes indicaron que el barco podrá atracar en el puerto de Barcelona (noreste español), al haber sido el lugar donde la ONG española había pedido desembarcar con anterioridad.

Agregaron que esa solicitud se tramitó a través de Salvamento Marítimo y que tras la autorización del Ejecutivo, el capitán del barco deberá decidir cuándo emprenderá la navegación hacia España.

Con anterioridad, Italia y Malta, las costas más próximas a la situación del barco, habían reafirmado su decisión de no acoger barcos humanitarios y denegado el acceso a sus puertos a la nave de la ONG española.

Fuentes de esa organización explicaron a Efe que el estado de salud de los migrantes es "muy delicado" y precisaron que, antes de pedir permiso a Salvamento Marítimo para desembarcar en un puerto español, se pusieron en contacto con los centros de coordinación marítimos de Italia y de Malta, que les denegaron dicho permiso.

También aseguraron que en el caso de que el Gobierno diera luz verde al desembarco en un puerto español, la embarcación Open Arms se expondría a un trayecto de unos "cuatro días" para llegar a España.

Las embarcaciones Astral y Open Arms de esa ONG española, que estaban en aguas internacionales frente a Libia, rescataron a los migrantes por la mañana, después de que avistaran una balsa neumática en la que viajaban hacinados numerosas personas, entre ellos algunos niños.

A bordo de la precaria embarcación iban migrantes procedentes de Sudan del Sur (8), Malí (3), Siria (5), Burkina Faso (1), Costa de Marfil (1), Eritrea (4), Egipto (8), República Centroafricana (3), Camerún (2), Etiopía (2), Libia (6), Bangladesh (8) y Guinea (1).

Una de las portavoces de esa ONG, Laura Lanuza, explicó que desde la nave se pusieron entonces contacto con los centros de coordinación de salvamento de Italia y Malta, que denegaron el desembarco, por lo que contactaron con España para que les fuera asignado un puerto.

La misma fuente indicó que en la mañana de hoy habían puesto rumbo norte en el Mediterráneo a la espera de recibir instrucciones.

Antes de conocerse la luz verde del Gobierno español para que el barco pueda arribar a un puerto del país, la alcaldesa de Barcelona (noreste español), Ada Colau, indicó en un mensaje de Twitter su disposición a recibir a la embarcación Open Arms "y a todas las personas rescatadas" por la organización.

Colau también indicó "no querer ser cómplices de las políticas de la muerte de Matteo Salvini", el ultraderechista ministro del Interior italiano.

Con anterioridad Salvini, dijo en Facebook que las naves de Proactiva "pueden olvidarse de llegar a un puerto italiano", a la vez que acusó a la ONG de entrometerse en una operación que podrían haber ejecutado los guardacostas libios.

"La nave Open Arms, de una ONG española con bandera española, se ha precipitado hace poco a por una patera y, antes de intervenir un barco libio en la zona, se apresuró a embarcar a 50 inmigrantes", señaló el político italiano que acusa a las ONG de fomentar la inmigración irregular de la que se enriquecen las mafias del Estado fallido libio.

España autorizó a mediados de junio a que el barco Aquarius, con 630 inmigrantes a bordo y al que Italia y Malta habían denegado que atracasen en sus puertos, a dirigirse al puerto de Valencia (este).