webs

Joaquín Furriel: "Hay mucho psicópata con poder en Argentina"

Joaquín Furriel: "Hay mucho psicópata con poder en Argentina"

En apenas cuatro años ha dejado atrás su pasado como galán televisivo para convertirse en uno de los actores más solicitados de Argentina, un país donde uno de los mayores problemas "es que la palabra corrupción ya nos dejó de sorprender", asegura en una entrevista con Efe.

Furriel (Buenos Aires, 1978) relaciona el comportamiento corrupto con la psicopatía: "hay mucho psicópata con poder en Argentina".

El actor, que estrena ahora en España "Las grietas de Jara", un 'thriller' de suspense con crítica incluida al capitalismo y a la corrupción, acaba de rodar, junto a Dani Rovira, la comedia "Taxi a Gibraltar", dirigida por el también argentino Alejo Flah, y este año estrenará también "La quietud", de Pablo Trapero.

En "Las grietas de Jara", dirigida por Nicolás Gil Lavedra y basada en una popular novela de Claudia Piñeiro, Furriel da vida a un arquitecto que, en plena crisis de los 40, conoce a un misterioso tipo, Jara (Óscar Martínez), que tiene un plan que le pone en jaque a él y al estudio para el que trabaja.

Drama y suspense se alían en una historia que utiliza las "grietas" como metáfora de la crisis del personaje y a la vez de la división de clases en la sociedad argentina.

"Las novelas de Piñeiro exponen a la clase media y los poderes políticos y económicos argentinos, el grado de corrupción, la idea de que hay que sobrevivir como se pueda, sin valores ni respeto por el otro, como si tener el poder te permitiera manejarte con total impunidad", apunta.

Su personaje, Pablo, arrastra la pesadumbre en cada gesto, incomunicado y aburrido con su pareja, alienado en el trabajo. Según el actor, lo que subyace es la crítica a un modelo de sociedad donde "lo único que da sentido a la vida es producir, mientras que dedicarte a lo que te gusta, si no es productivo, es una pérdida de tiempo o algo anacrónico".

Furriel sabe bien lo que es pasar por la crisis de los 40. "No me la quería perder", subraya. Nada más cumplir 40 se fracturó una vértebra. "Fue un accidente complejo, pero ya estoy bien, salí y me cuidé, pasé por rehabilitación".

Solo unos meses después, en un vuelo de Londres a Buenos Aires, sufrió un ictus, pese a que no presentaba ningún factor de riesgo. "Para mí la crisis de los 40 fue descubrir esa vulnerabilidad", resume, "unido a darte cuenta de que, en el mejor de los casos estás en la mitad de tu vida".

Completamente recuperado, Furriel dio un giro a su carrera. "Tenía ganas de contar problemas de personajes de mi edad y en la televisión muchas veces no es posible encontrar esas capas", explica.

La primera oportunidad de cambiar de registro le llegó con "El patrón. Radiografía de un crimen" (2014), un filme independiente, basado en hechos reales, sobre un hombre rural que llega a Buenos Aires y es explotado por un siniestro empleador que lo somete como un esclavo.

"La película tuvo un alto impacto social, se presentó en Ginebra el año pasado porque la OIT la eligió para hablar de la esclavitud moderna", recuerda. Además, la acabó comprando Netflix, lo que supuso su distribución automática en todo el mundo.

Después llegaron "Cien años de perdón", su primer filme español, y "El faro de las orcas", dirigida por Gerardo Olivares, junto a Maribel Verdú. Y HBO lo eligió para protagonizar "El jardín de bronce", una serie sobre un padre que busca a su hija desaparecida, cuya segunda temporada está a punto de empezar a rodar. EFE