Entrevistas

Lanzan Plan Nacional contra la Violencia Doméstica

Relevar a quienes trabajan contra la violencia doméstica, talleres e informar a través del Plan de Emergencia, son las primeras acciones para disminuir este problema por el que muere una mujer cada nueve días. Según Carmen Beramendi, se debe respetar la privacidad pero esto no debe impedir "la intervención en un lugar donde se está torturando a alguien".

(Emitido a las 9.13)

EMILIANO COTELO:
Violencia física, violencia psicológica, violencia sexual, violencia patrimonial.

El gobierno presentó el miércoles la publicación del Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica, una iniciativa para enfrentar un flagelo que no es sólo uruguayo pero que en nuestro país adquiere ribetes graves, porque implica, entre otras cosas, que aquí muere una mujer cada nueve días.

¿De qué se trata? ¿Cuál es la idea de las nuevas autoridades? ¿En qué medida implica una continuidad con el gobierno anterior?

Vamos a conversarlo con Carmen Beramendi, directora del Instituto Nacional de la Familia y la Mujer (INFM).

***

Beramendi, empecemos por aclarar para los oyentes qué entendemos por violencia doméstica, porque no sé si todos tenemos el término precisamente comprendido y asumido.

CARMEN BERAMENDI:
Lo primero es que es un problema multicausal, complejo, que se refiere a todas aquellas acciones u omisiones que en el marco de relaciones familiares o vínculos de parentesco o afectivos se establecen entre personas que tienen una desigual relación en cuanto al poder a la interna de la familia. Por lo tanto, hay en la definición un componente muy importante que es esto de la asimetría, la diferencia de poder. En general, en nuestra sociedad se establece entre las mujeres y los varones, teniendo fundamentalmente el poder los varones en materia de toma de decisiones, y se establece también de manera etaria, fundamentalmente se ejerce desde los adultos hacia los niños; sean varones o mujeres. En general los perpetradores de violencia son adultos que utilizan y abusan de esa situación de poder sobre los niños.

EC - Hay también una manifestación de violencia doméstica con los ancianos.

CB - Exactamente, los ancianos también, por la situación de desventaja en la que muchas veces están colocados en relación a la posibilidad de autonomía, de desarrollo más pleno de su vida, se colocan en una situación que de alguna manera habilita que haya abusos que se expresan de distinta manera. Por eso me parece muy importante la forma como arrancás esta reflexión. No estamos hablando sólo del golpe, sólo del empujón, del pellizcón, de las múltiples maneras en que esta violencia física se manifiesta, terribles en algunos casos. Quienes atienden situaciones de maltrato conocen cuestiones que es duro expresar, pero quemaduras en la piel, no sólo de cigarrillos, a veces quemaduras importantes del cuerpo que encubren situaciones muy difíciles de expresar para quien está en una relación desigual; mujeres que viven físicamente situaciones de mucho tormento sistemático.

Además en general quien ejerce violencia sabe cómo hacerlo de manera que esto se oculte y no sea tan clara la evidencia. Es muy fácil darse cuenta de un golpe cuando aparece un moretón, pero seguramente todos los que nos están oyendo alguna vez se han enfrentado con algo y no se dieron cuenta o lo aceptaron como natural, una compañera de trabajo que llega y dice "me golpeé", o que tiene una herida en la boca, diversas manifestaciones de violencia física.

EC - Pero que no son todo lo que entendemos por violencia doméstica; además están la violencia psicológica, la violencia moral, incluso la patrimonial.

CB - La violencia psicológica es esta cuestión de descalificación permanente que se hace con la humillación, la degradación, esto de "tú no servís para nada", "sos una tarada", "más vale que no hables porque todo lo que hablás me deja en mala situación", "cuando vengan a casa tú callate la boca". La violencia psicológica muchas veces va acompañada de un esfuerzo muy grande de ir aislando y hacer sentir a la mujer que efectivamente las redes de soporte que pueda tener para la salida se le van cortando. "No me gusta lo que hacés, tampoco me gusta cómo te vestís, no me gusta que te pongas esto", esto empieza a expresarse como un componente clave para entender el fenómeno.

Es esta idea que está muy metida –yo diría que en la sociedad uruguaya está particularmente metida– de que cuando yo establezco un vínculo afectivo con otro u otra, ese vínculo me da una suerte de posibilidad de hacerme dueño de la vida de ese otro o esa otra, algo que pasa en las relaciones de pareja y también con los hijos, esa "cosificación" del otro. Hay una cuestión que yo elijo en general para decir, que me parece que expresa un nudo clave en este problema, que es esta idea de "dueñez", en la jerga de los que hace mucho que trabajamos en esto: porque me vinculo contigo me transformo en propietaria de tu vida, porque tengo un hijo me transformo en dueño de su vida y por lo tanto hago con ese hijo o esa hija lo que quiero, hago con esa mujer lo que quiero porque es mi pertenencia. Esta idea de pertenencia es una de las ideas más fuertes que hay que combatir, porque es muy violatoria de una cuestión que nos parece clave en esto: se está violentando el derecho humano, a veces hasta el derecho a la circulación.

En experiencias de muchos años de trabajo con este tema desde otro lugar –ahora lo estoy haciendo desde el gobierno, pero durante muchos años trabajé en una organización que se llama Mujer Ahora y coordinando la red de organizaciones que trabajan en violencia doméstica– veíamos cómo a veces la casa se transforma en una cárcel real, no hay posibilidades de salida, se le cierran las salidas, se le cortan los vínculos. Ésta es otra manera.

La patrimonial se refiere a cuestiones que a veces también son difíciles de reconocer. Violencia patrimonial no es lo que ocurre en una casa donde no hay un peso para nadie, donde la mujer tampoco tiene un peso, allí hay una violencia más estructural que corresponde más a situaciones de pobreza muy dura. Estamos hablando de cuando quien maneja el dinero de la casa es quien tiene más poder, en muchos casos cuando hay violencia conyugal es el varón. En cursos de empleo del Programa Pro Mujer, el dinero para el boleto que se les daba se le quitaba a la mujer para que no hiciera el curso, porque hacerlo le significaba la posibilidad de salida de la situación porque de pronto conseguía trabajo, entonces él le escondía el dinero. Le rompe la ropa, le esconde el dinero. No es una violencia directa sobre el cuerpo de ella pero es una violencia muy fuerte sobre sus efectos y su libertad ambulatoria, se le corta la libertad ambulatoria.

EC - Hemos comenzado esta charla con Carmen Beramendi, directora del INFM, intentando una descripción relativamente amplia del concepto de violencia doméstica porque la difusión del problema es uno de los objetivos que ustedes se han trazado en este Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica. Da la impresión de que todavía no hay suficiente conciencia de esta enfermedad de la sociedad uruguaya.

CB - Sí, y sin duda va a ser un componente de carácter permanente en el plan. El plan tiene varios capítulos que fueron elaborados en la etapa del gobierno anterior.

EC - Es un plan que viene del gobierno anterior.

CB - Sí, efectivamente.

EC - ¿Y que ustedes retoman linealmente, o van a hacer alguna corrección de énfasis? ¿Cómo lo van a encarar?

CB - El plan fue elaborado por el Consejo Consultivo Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica creado por una ley del año 2002 que en su momento fue muy polémica, levantó mucha polémica como ley.

EC - Sí, incluso con críticas que vinieron por el lado estrictamente jurídico y técnico.

CB - Sí, que se han ido encauzando. En realidad revierte una manera de ver la situación y todo lo que revierta un modo de conceptualizar un tema genera resistencias.

EC - Pero fue un mojón, un cambio cualitativo muy importante en la historia uruguaya del manejo de este asunto.

CB - Entre otras cosas por esto que decíamos recién, en la ley está la conceptualización de que la violencia doméstica afecta los derechos humanos y por lo tanto requiere intervención pública. No es que porque pase en la familia, lo público no pueda intervenir. Acá hay una tensión fuerte en la sociedad uruguaya también, que tiene una cosa muy valiosa en esto del respeto a la privacidad, no nos gusta esto que criticamos tanto de la farándula de otros países, no nos gusta esa pornografía de las vidas privadas, Uruguay tiene en esto una historia que tiene una parte interesante en cuanto al respeto a la privacidad, pero la privacidad para las cosas más hermosas, para poder vivir y disfrutar la vida con la familia, pero no como un atajo que impida la intervención en un lugar donde se está torturando a alguien sistemáticamente. Esto que nos choca tanto en los Derechos Humanos a nivel público, que nos choca y tenemos un énfasis grande de rechazo a la tortura, que cuando se produce en un lugar de detención nos violenta, nos choca cuando escuchamos testimonios, pero cuando pasa en la vida privada parece que no tiene que ver con nosotros. Sin embargo cuando se viola un Derecho Humano adentro de una casa es un problema social, deja de ser un problema familiar para ser un problema social.

EC - Tú decías recién que este Plan Familiar de Lucha contra la Violencia Doméstica es de algún modo hijo de la ley del año 2002, porque esa ley creó el Consejo.

CB - La ley creó el Consejo y la obligatoriedad de que ese Consejo elaborara el primer plan y lo pusiera en marcha. ¿Cuál fue el problema que tuvo la ley en ese momento? Que no estableció mecanismos presupuestales para que el plan se pudiera llevar adelante.

EC - Hoy mismo ustedes van a ingresar en la puesta en marcha del plan con escasez de recursos; ¿o con cero recursos?

CB - Desde el punto de vista presupuestal con cero recursos, desde el punto de vista de recursos que hemos obtenido a partir de la gestión que se viene haciendo ya desde el período anterior, concretamente en lo que tiene que ver con una donación que hemos recibido del Banco Mundial (BM) que busca el fortalecimiento del sistema de justicia, vamos a comenzar con un componente muy importante del plan, que es fortalecer la respuesta de los operadores de justicia en general en relación a la violencia doméstica.

EC - ¿Qué es lo que van a hacer en este capítulo concreto?

CB - Comenzamos con la publicación de este plan, lo que fue posible por esa donación; nosotros no teníamos recursos para difundirlo y es una parte del plan su difusión. Esto que estamos haciendo aquí contigo es una parte del plan, difundirlo para que la población empiece a reconocer que existe y que se puso en marcha.

La capacitación va a ser dirigida al Poder Judicial en su conjunto, a los juzgados especializados.

EC - Hay cuatro juzgados de Familia especializados en violencia doméstica.

CB - En Montevideo, pero la idea nuestra es llegar a los juzgados de todo el país. En esta temática había respuestas a nivel local en la Intendencia de Montevideo, los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia sólo existían por compromisos estatales sostenidos a nivel de la IMM a iniciativa de la Comisión de la Mujer que fue presidida por Mariela Mazzotti. Ahí había un esfuerzo sostenido. Eso comenzó en muchos casos con ayuda externa, como lo estamos haciendo nosotros, pero luego se transformó en presupuesto departamental, el presupuesto de la Intendencia hoy integra y sostiene los programas de las "Comuna Mujer" de Montevideo que tienen servicios de atención para las mujeres. Esto no alcanza ni siquiera en Montevideo, pero hay que tratar de tener una perspectiva mucho más nacional.

EC - Entonces en el terreno estrictamente de la Justicia, ¿cómo se va a trabajar con quienes se ocupan del tema?

CB - Lo que hemos hecho en primer lugar en este mes ha sido lograr que a partir de este proyecto se contrate una persona responsable de implementar el programa de capacitación que está trabajando en detectar las necesidades de formación. Ha comenzado a reunirse con las organizaciones que tienen experiencia en esta temática y desde el Instituto empezamos un relevamiento en todo el país de los recursos existentes.

¿Por qué esto es clave y lo podemos hacer y mejorar aun hoy sin presupuesto? Porque existen respuestas, es impresionante el esfuerzo que hace la sociedad uruguaya cuando se organiza para responder a esta temática, profesionales con un compromiso en la mayor parte de los casos honorario, sosteniendo redes de contención de estas situaciones en los departamentos del país, colocados muchas veces en dependencias estatales. Me ha sorprendido encontrar en algunos lugares las respuestas interesantes de algunas comisarías en relación a este tema, me ha sorprendido gratamente ver en algunos lugares que Salud Pública empieza a tener un interés por abordar esta temática de una manera distinta.

Entonces, cuando uno está pensando en acciones inmediatas para este año dirigidas a todos los departamentos, la acción que vamos a hacer en primer lugar es relevar quiénes son las personas, las instituciones que ya tienen una cierta sensibilidad y una cierta trayectoria en relación a esto, o por lo menos que lo han conceptualizado, que han asistido a talleres de sensibilización, que han tenido una cierta formación en el tema. Donde esto esté no vamos a ir con el modelo montevideano, vamos a ir tratando de intentar el respeto por esa particularidad que tenga el tema en lo local. Si un lugar existe un equipo técnico –fundamentalmente la gente vinculada al INAU es quien se ha puesto al hombro esto–, trataremos de reforzarlo desde esta acción que vamos a empezar a hacer con apoyo del propio INFM, para tratar de que efectivamente haya una repuesta más adecuada.

EC - Así que fortalecer en materia de capacitación a quienes se vinculan con el problema de la violencia doméstica, tanto a nivel judicial como de organizaciones del Estado y organizaciones no gubernamentales.

CB - Exactamente. Ahora vamos a tres talleres regionales de aquí al mes de junio. Estamos coordinando con diversas instituciones locales la realización de los mismos, pero en principio queremos cubrir tres regiones, una bien al norte del país –seguramente ahí lo vamos a realizar en Salto porque la propia Universidad nos parece que facilita mucho esto–, una al sur que seguramente se hará en San José y estamos definiendo el lugar en el centro. Son tres talleres a los que vamos a tratar de convocar a toda la gente vinculada a esta temática, de manera de mejorar la respuesta.

Me interesa decir que estamos elaborando una cartilla sobre el Derecho a Vivir Sin Violencia que vamos a entregar a todos los que van a ser sujetos del Plan de Emergencia Social.

EC - O sea que va a haber una coordinación entre este Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Doméstica y el Plan de Emergencia Social.

CB - Sí, va a haber una coordinación. La colocación del Instituto en el Ministerio de Desarrollo Social posibilita que esta articulación sea más estrecha, y además cuando se va a los hogares donde se están viviendo estas situaciones hemos identificado que también está presente esta temática. Entonces nos parece muy importante, en la medida que el Plan de Emergencia Social tiene un componente de promoción de derechos, que esta cartilla del Derecho a Vivir Sin Violencia y conteniendo las primeras medidas que debe tomar alguien que vive esto, sea una herramienta inmediata colocada en los hogares que se vean en esta posibilidad de ampararse en el plan.

***

EC - ¿Cómo está ranqueado Uruguay en este problema si comparamos con el contexto internacional? Al comienzo yo daba un dato: cada nueve días muere una mujer por violencia doméstica. Está claro que la violencia doméstica no se limita a las muertes, como lo charlamos al principio de esta entrevista, es mucho más que muertes y mucho más que muertes de mujeres, puede ser muerte de niños, de viejos, puede dar lugar a suicidios incluso de niños que se ven sometidos a la situación de violencia. Pero utilicemos como medidor ése, las mujeres asesinadas fruto de violencia doméstica: una cada nueve días. ¿Cómo es eso en comparación con otros países?

CB - Yo te puedo poner un ejemplo porque mucha gente en Uruguay tiene familiares en España o porque ve la televisión española se asombra de que todos los días haya un anuncio en el informativo central de una muerte de una mujer por violencia doméstica que ha motivado un plan fuerte del gobierno español en relación a esto. Si tú tomás el número de muertes en relación a la población, en Uruguay hay entre 20 y 25 veces más muertes de mujeres en proporción al número de población que tiene España, a pesar de que si uno escucha lo que pasa todos los días en ese país queda azorado.

Estamos muy mal ranqueados, terriblemente ranqueados, incluso en relación a otros países de la región, contrariamente a lo que pensamos. Por eso me parece que este es un indicador que hay que escuchar con mucha atención. Y si le sumamos todo lo que tú decís, las otras formas de expresión que no terminan en muerte, realmente es un problema que requiere acciones mucho más decididas que las que hemos tenido hasta ahora.

EC - Más de un mensaje de la audiencia recuerda que la violencia doméstica no tiene a las mujeres sólo como víctimas, que en muchos casos las mujeres también son victimarias.

CB - Sí, lo dijimos cuando arrancamos, en el caso de los niños muchas veces es la mujer la que ejerce violencia. Pero fíjate tú que las muertes por esta razón son de mujeres.

------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn