Una mirada al mundo: política, sociedad y economía
El investigador en Historia John Moor analizó en la Mañana de El Espectador aspectos sociales, políticas y económicas de Estados Unidos, China y Venezuela.
El cruce antártico ya tendría un ganador que se convierte en el primer ser humano en hace un cruce antártico sólo y sin ninguna asistencia externa. Colin OBrady, un hombre al que hace 10 años atrás los médicos le habían sellado la posibilidad de volver a caminar es, desde hace unas horas, el primer hombre en haber cruzado la Antártida sólo y sin asistencia.
Después de 54 días de travesía, de arrastrar un trineo de 170 kilos, logró la hazaña de cruzar lo que tal vez sea el territorio más inhóspito y solitario del planeta. Su competidor Louis Rudd envió su mensaje del día 54 diciendo que se sentía muy bien y muy seguro de completar su propia travesía, lo que siempre había sido su principal objetivo, es decir, asegurarse que completo este viaje sólo, sin apoyo ni asistencia.
The Guardian informa que Colin OBrady cubrió las covered the final 77.54 miles 125 kilómetros en 32 horas, sin dormir, algo que OBrady describió como una ultra maratón antártica tras lo cual llamó a su familia y en lágrimas decirles "¡Lo hice!" "Algo me superó" le dijo al NY Times por teléfono. No escuché ninguna música solo me encerré en mí mismo, como si debía hacerlo hasta terminar. Fue profundo, fue muy lindo y fue una manera increíble y maravillosa de terminar"
Entrando en temas más "duros" pero no menos relevantes, los indicios de una desaceleración económica serían cada vez más claros. Una economía que hasta hace muy reciente estaba bulliente se ha averiado, un marcado contraste al panorama tan sólo un año atrás cuando el mundo experimentaba su mejor crecimiento desde el 2010 y parecía estar en condiciones para continuar mejorando.
Constructoras en los Estados Unidos están erigiendo menos casas, las fábricas alemanas están chisporroteando y en China las ventas de comercios crecen a la tasa más baja en los últimos 15 años.
Este enlentecimiento abrupto ha contribuido a venta masiva de activos financieros a escala global (con las bajas sucesivas se habían perdido cerca de 7 trillones de dólares) lo que ha puesto a los principales índices bursátiles de los Estados Unidos ad portas de una fase bajista o "bear market" con pérdidas de cerca de un 20%. Las bolsas han tenido el peor diciembre desde 1931.
Al parecer, fuerzas adicionales amenazan convertir lo que es un enlentecimiento gradual a nivel mundial en algo mucho más serio. Los bancos centrales que han hecho esfuerzos sin antecedentes históricos para estimular al crecimiento después de la crisis financiera se han tornado menos proclives al apoyo con la FED anunciando otra suba de sus tasas de referencia la semana pasada, y las tensiones sobre la ofensiva comercial de Trump están minando la confianza del sector corporativo en múltiples continentes.
"El tema de este año fue, que todo estaba sincronizado, todo estaba bien en todos lados" dice Torsten Slok, economista jefe de la división de valores del Deutsche Bank Securities. "Ahora nada esta bien en ningún lado" Esto para el Post es una ligera exageración. Fuera de los EEUU con un crecimiento del 2.7% en el cuarto trimestre de acuerdo al Banco de la Reserva Federal de Atlanta la situación es cada vez más sombrío y varios economistas señalan que la economía de EEUU se enlentecerá en el 2019.
A lo largo del mes pasado, la información económica de los EEUU, Japón y la eurozona han fracasado en forma consistente en cumplir con las expectativas de los analistas de acuerdo a un índice de Mercados Globales de Citigroup sobre "sopresas económicas". Los resultados de la economía China comenzaron a decepcionar el 10 de diciembre entre signos de que su economía se está enlenteciendo en forma más aguda que los administradores habían anticipado.
Los signos adversos son suficientes como para que Megan Greene de Manulife Fondos Mutuos advierta acerca de un enlentecimiento sincronizado, aunque pocos economistas esperan tanto una recesión en los EEUU o un aterrizaje forzoso de la economía China en donde las autoridades están tratando de manejar una desaceleración gradual.
Pero los comportamientos anémicos por parte de los principales motores de la economía mundial podrían sacudir a los sistemas políticos estresados o bajo extrema presión en varios países como EEUU, en donde Trump se preparará para su reelección.
Una gran rivalidad de poder entre los EEUU, China y Rusia acelerará una activa carrera armamentista y la competencia en el ciber espacio. El gobierno global ENTRE estos peligros probarán ser esquivos como las divisones de profundizan en el sistema internacional.
En la medida que los EEUU van a una escalada en su ofensiva estratégica en contra de China con bloqueos tarifarios y regulatorios, sanciones, un creciente apoyo de Taiwán y desafíos marítimos en el Mar de la China, Beijing se apoyará en sus ventajas económicas para erosionar y debilitar a las alianzas de los EEUU.
Las exportaciones de petróleo iraní disminuyen bajo las sanciones, la producción estadounidense está regulada para aumentar, y la economía mundial experimenta un crecimiento más lento en el año 2019, Arabia Saudita y Rusia serán siendo altamente reactivas a los mercados mundiales de petróleo para evitar un descenso de precio elevado. Mientras tanto, los mercados de gas natural licuado mundial, crecerá más competitivos como los Estados Unidos gana su lugar entre los exportadores del mundo superior LNG en 2019
La competencia o rivalidades entre estas tres potencias se intensificarán en el 2019. La Casa Blanca reforzará sus intentos de impedir los avances de China en varias áreas. Beijing sufrirá algunos golpes en el camino pero China tiene los medios y más motivación que nunca para acelerar su plan y esfuerzos para alcanzar la paridad con los Estados Unidos. Y si bien entre China y Rusia nunca ha existido una armonía plena, el potencial para una alineación más fuerte en el 2019 podrá superar los puntos de fricción en el 2019 en su sociedad tan poco afín.
Esta nueva dinámica global crea un dolor de cabeza masivo para los poderes medianos los negocios expuestos a la globalización, que intentan navegar a un paisaje cada vez más complejo.
Venezuela ha ocupado este año el primer lugar de la lista de los países más violentos de Latinoamérica. El país sudamericano cierra el año con una tasa de 81,4 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cifra que lo coloca como el más violento de la región, por encima de El Salvador y Honduras, y un total de 23.047 personas asesinadas, según los datos recopilados por el Observatorio Venezolano de Violencia. Ante la opacidad de las estadísticas oficiales, este ente y ocho universidades miden año tras año la magnitud del problema en una nación que sigue desangrándose por la violencia, exacerbada por la peor crisis económica, política y social que se recuerda.
La cifra bruta, 23.047 muertes violentas, encierra otra aún más preocupante: 10.422 de ellas son claramente homicidios, pero otras 7.523 corresponden a lo que la policía clasifica como "resistencia a la autoridad". Casi la tercera parte ocurrieron a manos de las fuerzas de seguridad, en muchos casos en episodios de ejecuciones extrajudiciales.
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