La Mañana de El Espectador

Las Faang tienden a la baja

El investigador en Historia John Moor realizó en la Mañana de El Espectador una análisis de las Faang, compuesta por las cinco empresas de mayor valor bursátil de acuerdo al índice de Dow Jones, Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google.

El valor de Facebook es de 387.96 billones de dólares y U$137.95, de Amazon, 770.32 y U$1575.39, de Apple, 703.55 y U$148.26, Netflix, 129.77 y U$297.57, Google, 749.76 y U$1078.07 junto a Microsoft, 782.44 y U$101.93.

Una de las peculiaridades de las Faang es que la única empresa de las cinco que produce algo tangible o intangible pero de valor agregado para el usuario es Apple. Si le agregamos a Microsoft que hace la arquitectura de software para que como usuarios podamos interactuar con el ciberespacio entre otros beneficios, estas dos empresas GENERAN valor en producto o servicio.

Tanto Facebook, como Amazon, Netflix y Google son intermediarias transaccionales, o de socialización ciberespacial, o de comercio global o de entretenimiento en video o de búsqueda de información. Como generadores de productos no aportan nada de valor tangible.

Viven en buena parte de los ingresos como plataformas de marketing relacional digital y prestan un servicio, que, salvo Amazon, no están cerradas absolutamente a la amenaza de rivalidades innovadoras o de obsolescencias en el uso, como le ocurre y le ha ocurrido a la gran mayoría de los productos y servicios existentes. De eso se trata en parte el capitalismo. Al que se duerme en su complacencia se lo lleva la competencia.

En comparación a estas cinco empresas, y dejemos a Microsoft al margen por un momento, empresas como IBM, tiene un valor bursátil de apenas U$106.620 billones de dólares y un valor por acción de U$117.32. IBM es dueña de Watson, una plataforma de inteligencia artificial que se está desarrollando y aplicando en áreas como la de medicina, las industrias, los servicios, con amplias capacidades innovadoras en materia de aplicación de IA a la solución de problemas vinculados al bienestar humano.

Aparentemente, IBM ha venido enfrentando muchos inconvenientes en la aplicación de Watson como una solución efectiva y satisfactoria en muchos casos, ha dependido mucho de empresas de desarrollo de IA que ha venido adquiriendo y los resultados todavía están por debajo de las expectativas. Es decir, que si un gigante en materia de informática, que ha debido atravesar un desafiante proceso de transformación, de dejar de producir y liderar el desarrollo de hardware para enfocarse en software y fundamentalmente en desarrollo de IA, está enfrentando problemas en cuanto a la viabilidad tecnológica y funcional y en consecuencia también la comercial de las aplicaciones de AI, se puede inferir que este es un desafío presente en buena parte del sector de desarrolladores de IA, y que hoy puede haber mucho más de un efecto del marketing del "futurismo" o de la anticipación y menos de logros o avances concretos en materia de aplicaciones efectivas.

Cisco Systems, otra de las empresas ya tradicionales de la tecnología, es la que provee en buena medida los soportes físicos y de software para internet, es decir, es un gran generador y proveedor de las tuberías y redes de tuberías por donde corren o circulan los miles de millones de datos digitales. Sin este soporte no habría internet. Cisco sin embargo tiene un valor bursátil de 192.967 billones de dólares y el precio de su acción es de U$42.92. Es decir, sin empresas como Cisco, ni Amazon ni Facebook podrían existir.

Oracle, otra empresa de arquitectura y soporte de software especialmente en lo que es software y plataformas para la nube, es decir, que brinda un apoyo esencial para los usuarios de internet tiene un valor bursátil de U$167.638 billones de dólares y su acción tiene hoy un precio de U$46.71.

Fuera de este ámbito, veamos una de las grandes paradojas sobre las que están operando los mercados financieros hoy, y que nos dice mucho lo que es percepción vs. la realidad.

Una empresa como General Electric, con más de 100 años de vida, tiene hoy un valor bursátil de apenas U$71.586 billones de dólares, y su precio por acción es casi insignificante: sólo U$8.23.

Por un lado, Facebook se dedica fundamentalmente a vender nuestros datos a terceros como mejores postores en remates casi instantáneos de esos datos personales para que esos terceros nos vendan productos y servicios, es decir en un negocio de publicidad o de marketing segmentado uno a uno, nosotros, los usuarios de Facebook lo vemos como un lugar de intercambio y relacionamiento virtual. Está claro, que los mercados financieros, las bolsas, empezando por Wall Street, no valoran Facebook por la foto de nuestro viaje a Cancún ni por la del nuevo cachorrito, sino por esa enorme masa de información nuestra, vendida en transacciones casi en el borderline de lo legalmente permisible –aun cuando yo le autorizo a Facebook el uso de mis datos- y que a  compañías de hoteles y áreas y de raciones de mascota me bombardean con sus ofertas.

Es un negocio transaccional de información, sin valor alguno en materia de bienestar o de desarrollo humano. Hoy, y a la luz de lo ocurrido con varias elecciones presidenciales, siendo la de los Estados Unidos del 2016 la paradigmática, Facebook está en el foco de varios países que consideran la posibilidad de aplicar reglamentaciones para limitar el manejo de datos y la exposición de esos datos de usuarios a quienes los utilizan para manipular orientaciones políticas, entre otras formas de manipulación.

Por otro lado, cuando alguien tiene que viajar a una clínica para hacerse una tomografía o una resonancia magnética de muy alta resolución y para la elaboración de diagnósticos de precisión clínica, hay una empresa que hace posible que ese avión vuele y transporte a esa persona a destino, y, una vez en la clínica, hace posible esa tomografía y ese diagnóstico que tal vez me ayude a salvar mi vida. Esta empresa es General Electric, que no produce exclusivamente bombitas de luz, sino que posee cerca de 8 áreas de negocios y con un portafolio de diversos productos de muy alta sofisticación tecnológica y que aportan alto valor al bienestar humano. Entre sus divisiones está la de motores de avión, y de equipos de imagen médica, ambos, con un valor unitario de cientos de miles de dólares.

Mientras que Facebook cotiza en Nasdaq, GE fue removida de la lista del DOW 500 y ahora está intentando mejorar su performance aunque frente a los inversores la situación es complicada si la comparamos primero con Facebook y tomando como referencia al año 2017, esta es la situación: Los ingresos por venta de FB fueron de U$40,65 billones, los de GE fueron de U$120,47. Mientras que Facebook registro ingresos brutos por U$35.2 billones de dólares, los de GE fueron de U$35.88 billones. A pesar de que los ingresos por venta de GE casi triplican a los de FB, los costos operativos de GE sumaron casi 63 billones mientras que los de FB fueron la mitad.

En cuanto a ingresos, la diferencia no es significativa, pero sí lo es extraordinaria en el Ebitda (ingresos antes de pagos de interés, impuestos, depreciación y amortizaciones). Mientras que el Ebitda de GE fue de U$7.16 billones de dólares, vs U$23.23 billones de Facebook.

En el periodo 2013-2017, el promedio del Ebitda ha sido de U$20,30 billones para GE y de U$ 11.28 billones para Facebook, aunque estamos comparando una "start up" fundada en el 2004.

Una primera reflexión es que el mercado bursátil parece castigar a GE por su aparente ineficiencia en materia de resultados, lo que tal vez, con un precio por acción de cerca de 8 dólares, sea una muestra de ese castigo. En cuanto a esos resultados en términos relativos, los costos operativos de GE siempre tenderán a ser más altos que empresas como Facebook dada la naturaleza diferente de los negocios y los sectores a los que pertenecen. GE es una empresa con alto nivel de deuda y de pagos de intereses por esa deuda mientras que facebook no presentaba ese problema en el 2017.

Una segunda reflexión es acerca de los perfiles de FB y de GE tal como son PERCIBIDAS por el mercado: aunque GE sea un conglomerado industrial-tecnológico, y FB sea una plataforma de marketing digital en esencia, el mercado parece premiar formatos de negocios percibidos como innovadores, de altos márgenes de resultados frente a negocios tradicionales, de altos costos tanto operativos como en materia de innovación aplicada.

En este contexto de valoraciones bursátiles de acuerdo a realidades y a percepciones ocurrió la caída de Apple, provocada en parte por los efectos de la desaceleración de la economía china en la venta del I Phone. Frente a este posible motivo, cabe pensar que Apple es hoy el modelo paradigmático de tecnología aplicada a producto y de alcance masivo. De allí su valor bursátil y el precio de su acción, basadas en sus resultados concretos del 2018 (265 billones de dólares en ingresos brutos por ventas, un ingreso neto de 59,53 billones y un EBITDA de 80.34 billones) pero basados muy especialmente en las expectativas de que APPLE va a seguir en la cresta de la ola innovadora, y allí estaría el problema:

¿Hasta dónde se puede depender de un producto estrella como el IPhone para sostener semejante valor bursátil y el valor de su acción si las ventas corren el riesgo de estancarse, y,  si las capacidades de innovación sobre un teléfono inteligente se agotan? ¿Cuánto más como usuarios se le puede pedir a un IPhone que ya no lo tenga? ¿Cuánto más "smart" o inteligente puede llegar a ser un siguiente Smartphone?

Y lo que podría ocurrir es lo que viene ocurriendo en el capitalismo viejo y feroz que es la llamada curva de rendimientos marginales decrecientes. En este caso, es posible que tanto APPLE haya tocado su techo de innovación –el 5G sería el soporte definitivo como corazón y cerebro del móvil inteligente- y todo lo que de ahora en más siga sería apenas evolución en diseño, en marketing y en alguna aplicación de valor marginal. O sea, algo parecido al ciclo al que ingresaron hace tiempo y en su tiempo empresas como IBM, GE las automotrices como Ford con un precio de acción de casi U$8 y un valor bursátil de U$ 32 billones o de General Motors con un precio por acción de U$33 y un valor bursátil de U$47 billones.

Es interesante aquí lo que dicen tanto el NYTIMES y el Cronista de Buenos Aires. Por un lado, al referirse al ocaso de GE, el Cronista señala que las compañías que no pueden hacer la transición de una economía basada en bienes tangibles a otra basada en intangibles probablemente enfrenten el mismo destino que la ex poderosa GE.

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