Afirman que tabacaleras se favorecen del mercado ilegal
"Muy esperanzados". Ese es el ánimo de quienes luchan contra el tabaquismo tras el aumento del precio, dijo el cardiólogo Eduardo Bianco. "Es la principal recomendación a nivel internacional", afirmó. Además, opinó, la disposición "no genera contrabando ni el ingreso de productos más nocivos. No puede haber algo más nocivo que uno con arsénico, cianuro, amoníaco, cadmio, acetaldehído".
(Emitido a las 7.37)
EMILIANO COTELO:
Hoy, 31 de mayo, es el Día Mundial sin Humo de Tabaco. Y aunque se sabe que el presidente Tabaré Vázquez anunciará hoy cuáles serán exactamente las medidas de lo que se prevé como una guerra contra el tabaquismo, ayer ya se conoció la primera "estocada", según la expresión que utiliza hoy el diario El País.
En la sesión del Consejo de Ministros el gobierno incrementó el precio de los cigarrillos en aproximadamente 10 por ciento. El decreto subió a 70 por ciento la tasa impositiva nominal del Imesi que pagan los cigarrillos, a 41 por ciento la de los cigarros de hoja, o sea habanos, y a 28 por ciento el tributo para el tabaco para armar. Se busca desalentar el consumo de cigarrillos y tabacos.
Vamos a dialogar con el doctor Eduardo Bianco, cardiólogo, responsable de la comisión sobre tabaquismo del Sindicato Médico, director del Programa de Control del Tabaco de la Fundación Iberoamericana del Corazón. El doctor Bianco es todo un especialista en estas cuestiones y ha sido uno de los líderes en los debates en Uruguay en torno a los efectos nocivos del tabaco y cómo enfrentarlos.
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Doctor Bianco, ¿cómo observa esta medida puntual de incremento del precio de los cigarrillos?
EDUARDO BIANCO:
No se puede sacar del contexto general de todo lo que está ocurriendo en los últimos tiempos y todo lo que va a ocurrir en el día de hoy. Tenemos mucha expectativa con respecto a lo que va a decir el presidente Vázquez hoy, pero básicamente quiero trasmitirle que estamos muy contentos, muy esperanzados porque se vienen dando los pasos que estábamos queriendo lograr desde hacía tiempo, ése es el punto crítico.
Sabemos que es un proceso, sabemos que de entrada uno no va a lograr todo lo que quisiera con estas medidas que el ministro de Economía adelantó ayer. Obviamente es el primero de una serie de pasos que el país va a tener que ir dando.
EC - Usted entiende que hay un quiebre en el manejo del asunto.
EB - Claro. Que un ministro de Economía se haya dignado a hincarle el diente al impuesto al tabaco habla de muchas cosas, habla de comenzar a entender un problema que es complejo, de un problema que agita fantasmas como el contrabando y la pérdida de impuestos, cosas que son absolutamente fuera de la realidad y que solamente promueven aquellos que se piensan beneficiar con el tema. No tiene nada que ver, el aumento del impuesto al tabaco no genera un contrabando furioso, como dicen, no genera el ingreso de productos más nocivos para la salud. No puede haber un producto más nocivo que uno que ya tiene arsénico, cianuro, amoníaco, cadmio, acetaldehído; es una fantasía utilizada por la industria para asustar a la gente. Y tampoco va a generar de ninguna manera pérdida de puestos de trabajo porque la industria tabacalera es intensiva en capital, no en mano de obra, trabaja con muy poca mano de obra y puede ajustarse perfectamente aunque disminuya algo el consumo.
EC - El aumento del precio de los cigarrillos por la vía impositiva, ¿es una de las medidas recomendadas a nivel internacional?
EB - Es la principal medida recomendada a nivel internacional. Por ejemplo en Canadá, donde han tenido mucha efectividad en el control del tabaco no es una guerra contra el tabaco, es simplemente la defensa de la sociedad para disminuir la carga de enfermedad y costo económico que tiene, el gobierno ha estimado que 50 por ciento de la reducción del consumo de tabaco se debió a las políticas de precios e impuestos al tabaco.
EC - ¿De qué orden son los impuestos en Canadá?
EB - No recuerdo exactamente el porcentaje de impuesto, los precios de los cigarrillos en general en Canadá son bastante altos, con diferencias en los estados. Ha sido una política progresiva de aumento, nadie espera que de un golpe se suba al doble o al triple el precio del tabaco, sino que se va aumentando progresivamente; puede haber un escalón alto y después se va ajustando.
EC - En el gobierno han estimado que este aumento de 10 por ciento en el precio de los cigarrillos implicaría una caída del consumo del orden del 5 por ciento. ¿Usted tiene cálculos en ese sentido?
EB - Sí, sí; esos datos vienen de un estudio hecho en el país por el economista Alejandro Ramos para la Organización Mundial de la Salud que pidió a los países del Mercosur hacer un estudio de lo que se llama la elasticidad de la demanda. Como la enorme mayoría de las personas que fuman es dependiente del consumo de tabaco y necesita consumir la droga, por más que aumente el precio el consumo no se reduce en el mismo porcentaje, sino que en el caso de Uruguay se reduce nada más que la mitad, o sea si se aumenta 10 por ciento el consumo se reduce 5 por ciento, lo cual es significativo para empezar a andar, pero fundamentalmente es el paso simbólico de comenzar a entender el problema.
EC - ¿Por qué lado cae el consumo? Usted mencionaba recién que el que ya está capturado, el que ya es dependiente del vicio del cigarrillo, sigue con él, sólo que reduce la cantidad. ¿Hay quienes llegan a dejar de fumar?
EB - Sí, sin ninguna duda. A quienes más beneficia esta política cuando se aplica bien y no debe ser una política aislada, tiene que estar en el contexto de varias políticas es a los jóvenes y a las poblaciones de bajos ingresos. Pero esto tiene que ir acompañado de una cantidad de medidas más, que esperamos que el presidente Vázquez anuncie hoy, aunque sea una parte, iniciando un proceso de cambios que no sólo es de la parte del gobierno sino de toda la sociedad. La sociedad tiene que ir entendiendo el problema, que esto excede a la salud, que afecta la libertad, que afecta la economía del país, estamos perdiendo mucho dinero anualmente por las enfermedades tabacodependientes y los costos sociales que nos implican los subsidios por discapacidad y faltas al trabajo. Es mucho más grande, es mucho más que el humo, como decía un titular del diario El Observador que apoyaba la parte opuesta a lo que nosotros apoyamos.
EC - Usted mencionó al pasar su respuesta a las objeciones que de inmediato han surgido tanto desde las empresas tabacaleras como desde el sindicato de trabajadores tabacaleros por el lado de: "si se aumenta el precio, lo que se va a conseguir es que se compense la eventual caída de los cigarrillos que se comercializan en el circuito legal con compras de cigarrillos de contrabando". Usted dice que no es cierto; ¿cómo analiza esa parte del fenómeno?
EB - Que me traigan alguna información de que eso haya ocurrido realmente en los lugares donde se ha aplicado esta medida; primera cosa. La segunda cosa es lo que ha estudiado el Banco Mundial que no es precisamente un organismo de salud, que es que el contrabando de cigarros depende no tanto del incremento del precio del tabaco en el país, sino de la diferencia con los países vecinos, pero fundamentalmente del grado de corrupción de los países. El contrabando es un problema de Estado que tiene que resolver el Estado, y no se puede anular una medida extremadamente efectiva de salud pública porque quizás aumente el contrabando. El contrabando puede aumentar algo cuando se aumenta el precio, pero lo que gana el Estado globalmente en ingresos... Le doy un ejemplo: ahora va a subir 10 por ciento el precio del tabaco; el año pasado sin decir nada la industria tabacalera aumentó 21 por ciento; ¿alguien se quejó del riesgo de aumento del contrabando? ¿Alguien dijo algo? El sindicato de la industria tabacalera, ¿dijo que se iban a quedar sin trabajo si seguía aumentando el precio del tabaco? Nadie dijo nada porque lo hicieron ellos; ahora cuando el gobierno aumenta 10 por ciento ponen el grito en el cielo. ¿Entonces cómo es este negocio?
EC - El director de Aduanas, Luis Salvo, que ayer se reunió con el ministro Astori, recalcó que la línea de combate al contrabando de cigarrillos se centrará en la incautación de grandes contenedores, no del contrabando hormiga.
EB - Por supuesto. Hay dos tipos de contrabando, uno es el que nosotros conocemos como el del "bagayero", que es el de frontera por cierta diferencia de precio; ése tiene una importancia muy baja en el contrabando. Lo más importante es el contrabando que se maneja a nivel de contenedores, que es un contrabando organizado. Cada año se desvían 40.000 contenedores, hay un 30 por ciento de la producción que exportan los países que no llega a su destino; eso lo hace la propia industria tabacalera, se favorece con el mercado ilegal y maneja el mercado legal y el ilegal a su conveniencia, lo tenemos en los documentos confidenciales de la propia industria tabacalera.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe