Estimado y escuchado Don Emiliano:
 
El presente E-mail he decidido mandárselo por la certeza que tengo de saber que le dará la difusión que creo se merece pues enfoca desde otro ángulo el problema ocasionado a los emigrantes uruguayos que buscan su porvenir en algún lugar del país en donde por primera vez vi la luz. También y fundamentalmente lo hago porque desde que se está dando permanente difusión a las idas y venidas a dicho problema, se nota un ambiente cada vez mas adverso a la mayoría de los que un día llegamos a estas tierras por los mismos motivos que hoy se está haciendo a la inversa. Demás esta decirle que todos estamos deseando se solucione de manera positiva la situación de todos estos emigrantes que ya bastante tienen con la pérdida transitoria de todo lo más querido y conste que esto se lo digo por propia experiencia pues llevo viviendo en este hermoso País desde finales del año 1955 disfrutando en la actualidad de mujer e hijos uruguayos. Pero como dice el "inefable" relador deportivo señor Kesman: "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".

Por lo tanto y como le decía anteriormente cada vez que entro en algún negocio la mayoría me echa en cara (en algunos casos de no muy buena manera) la actitud de las autoridades del gobierno español y la vigencia del tratado. Por suerte la mayoría, despues de las explicaciones correspondientes, entiende que no es tan así como se está informando y como consecuente escucha de su serio y responsable programa matinal, he escuchado la entrevista que le ha realizado al embajador español y por lo tanto trataré de hacerle algunas puntualizaciones que desgraciadamente no he escuchado por ningún lado.

Por lo tanto comenzaré diciendo que para la venida de los emigrantes españoles, al menos en el año 1955, (con tratado vigente) el consulado  Uruguayo nos exigía: LA RECLAMACION DE ALGÚN FAMILIAR, TAMBIÉN UN CONTRATO DE TRABAJO  y luego UNA REVISACION MEDICA EN DICHO CONSULADO CON EXTRACCIÓN DE SANGRE INCLUIDA. Si alguno de estos trámites no se consolidaba a gusto de las autoridades consulares, la venida era materialmente imposible y luego, aún con todo esto al llegar al puerto Montevideano subían las autoridades las cuales antes de bajar a tierra revisaban de manera minuciosa toda la documentación que portábamos.

Pero esto no es todo.

¿Usted sabe que todavía hoy todos los españoles para renovar la C.I. (cada tres años) tenemos que ir a migración y conseguir un certificado? En mi caso le aclaro que no tengo que llevar a cabo dicho trámite pues desde el año 1962 poseo con mucho orgullo la carta de ciudadanía pero ¿no le parece que es bastante discriminatorio dicho trámite así como también la duración de la validez de dicho documento?

Esperando que este mail tenga de su parte la acogida y difusión que creo se merece el culto pueblo del que formamos parte, le agradece la atención.

Atentamente 
Jesús  Gato