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Las diferentes caras del abandono infantil en Uruguay

El abandono infantil tiene tantas caras como niños lo padecen. Si bien la pobreza es un factor que se repite en las madres que deciden desvincularse de sus hijos, no son las carencias económicas las que lo explican. Para muchos esa opción puede ser un acto de amor. Para otros, la peor de las actitudes a las que puede llegar una mujer. En Perspectiva recorrió las principales instituciones que trabajan con los niños abandonados para conocer cómo es esa realidad. Informe de Mauricio Erramuspe

Si comenzamos por el final, en el caso de que un niño es abandonado hace todo el recorrido institucional que, según insisten todos los consultados, es el único que preserva las garantías tanto de las familias biológicas como de las adoptivas, termina en el Instituto de Legitimación Adoptiva y Adopción (Ilaya). Ese es el organismo del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) encargado de llevar el registro de las familias que quieren un niño y de recibir los niños abandonados luego que se comprobó la inexistencia de un vínculo biológico capaz de llevar adelante su desarrollo.

La encargada del Ilaya, Ana María Brisco, explicó cómo es que trabajan: El equipo técnico del hogar donde es derivado el niño hace el estudio de su situación y cuando detecta que no hay un vínculo familiar, eleva un informe donde se numera las veces que se ha citado a la familia, si lo han ido a visitar. Entonces el Ilaya entrega ese niño y en 48 horas debe comunicarlo a un juez para que se concrete la separación definitiva de la familia biológica.

El caso de los recién nacidos es un poco distinto. "El camino es que cuando nace un niñito en un hospital y su progenitora desea entregarlo en adopción, el equipo del servicio social de ese hospital lo comunica al juzgado especializado de familia quien toma una resolución que puede ser o bien internarlo por 30 días o bien derivarlo inmediatamente a una familia. ¿Por qué hablo de 30 días? Porque el artículo 134 nos dice que no será válido el consentimiento de la madre de un niño que no haya nacido, o dentro de los primeros días de su nacimiento... De consentimiento me refiero a entregarlo en adopción por tanto debemos esperar 30 días y ese juez de ese recién nacido dispone si esos 30 días los ha de esperar internado o lo ha de esperar ya en el seno de una familia", explicó Brisco.

Brisco de esta manera da la pauta del camino que siguen los niños abandonados en Uruguay. Demos una primera cifra: un promedio de 50 niños llegan a ser adoptados por esta vía en nuestro país por año. Los abandonados son muchos más y la complejidad de situaciones que rodean una decisión de este tipo dificultan decir una cifra concreta ya que muchos casos nunca llegan a la esfera oficial.

El origen de esta historia son los nacimientos. Un referente hegemónico es el Hospital Pereira Rossell donde nacen unos 8.000 niños por año lo que lo constituye como la principal maternidad del país. Allí, la cifra histórica de incidencia de los abandonos es del 0,7% del total de nacimientos. Ahora, estiman que incluso ha bajado. Esos son los abandonos que se dan dentro de la institución. Muchas veces, la madre da al recién nacido una vez que sale del Hospital y esos casos no integran la estadística.

María Canavessi es la jefa del Servicio Social del Hospital Pereira Rossell. Un servicio que tiene 20 integrantes. Sólo 20 para un lugar donde casi todos los que se atienden requieren de algún tipo de asistencia social además de médica.

Sin duda son muchos los factores que rodean una decisión de abandonar un hijo. Entre ellas, la económica juega pero no es la principal, según dijeron todos los consultados para este informe. Canavessi dio algunos patrones que se repiten en los abandonos. La historia personal de la madre es el más relevante. 

"(La) historia personal, puede ser producto de una relación totalmente circunstancial. Puede ser producto de una violación que son los más rechazados. Puede ser producto de una relación laboral también. Puede haber llegado a quedar embarazada en un período interginésico muy corto y la llegada de ese niño implicaría un detrimento, un deterioro en la atención de los anteriores. Ahí hay un posicionamiento estratégico de la madre, porque está evaluando su situación y determina que si ingresa uno más, a los otros... Muchas veces no está dentro del proyecto de vida que tienen el tener un hijo. Muchas veces hubiesen sido abortos", dijo Canavessi.

El abandono, según Canavessi, es una constante en las vida de estas madres:  "La historia personal yo la pondría en primer lugar. Son madres con múltiples abandonos, abandono de su núcleo familiar, de su pareja, abandono de la sociedad... abandono de todo tipo. Hay madres que ni siquiera existen legalmente. Ese el peor de los abandonos. Es un ser humano que está en esta sociedad y no existe y de repente ha pasado por 20 instituciones y jamás logró saber quién es".

La pobreza, entonces, no es la principal explicación para el abandono. Si lo fuera, la cifra sería mucho más significativa ya que, justamente, es en las capas sociales más bajas donde más niños nacen.

Además del abandono del 0,7% de los niños que nacen en el Pereira Rossell –estadística que, recordemos, estaría bajando- podemos manejar otra. En seis años, el Centro 4 del INAU –que es la puerta de entrada de ese instituto para los niños abandonados - 2 - ha atendido tres abandonos en la calle.

"Estadísticamente no es significativo. Es significativo emocionalmente para la sociedad por lo que implica (...) La madre que abandona es una lacra social para la sociedad. El imaginario la ubica como la peor de las personas porque hay un mito. En la acera contraria está el que quiere adoptar que es la mejor de las personas, que también es un mito", sostuvo Canavessi.

A esto que decía Canavessi se suman otros mitos que rodean esta problemática, según los técnicos del Pereira. Se trata de preconceptos que no se confirman en la realidad. Por ejemplo, las madres adolescentes son las que menos abandonan, ya que en la mayoría de los casos hay otras figuras en el núcleo familiar que se hacen cargo de ese nuevo integrante. Generalmente, las abuelas toman el rol de mamá.

Otra idea social que no se confirma es que el primer hijo es el abandonado. Esos son los menos. Estadísticamente se trata de mujeres que ya tienen otros hijos y desisten de tener con ellas otro más.

La doctora Ima León, directora del Hospital de la Mujer del Pereira Rossell explicó: "Otro mito que a mí me sorprendió cuando entré al hospital fue que no es el primer hijo el que se abandona. Uno tiene en el imaginario, por las películas o las comedias, que es el primer hijo no deseado el que se abandona. Y acá en el hospital una de las cosas que se ha demostrado estadísticamente es que no es el primer hijo el que se abandona. Por lo general, si bien es muy relativo y en cada uno de los casos hay que analizarlo como tal, hemos visto que más que el problema económico lo que está es un período interginésico muy corto, en el cual la madre queda embarazada de otro hijo y tiene que de alguna manera establecer una estrategia de supervivencia en la que llevar otro hijo al hogar implicaría no seguir con el tratamiento que le venía dando a los anteriores o con la calidad de núcleo familiar que se espera para su familia".

Para los técnicos del Pereira Rossell ese abandono puede ser un acto de amor. Y allí hablan de respetar el autodiagnóstico que hace la madre acerca de su imposibilidad de tener ese otro hijo. No aborta, continúa con el embarazo pero dejando claro que luego dará ese hijo en adopción.

"Yo considero que este abandono que se hace, que es el consensuado, el meditado, el pensado, en definitiva, es un acto de amor por ese hijo aunque no lo pueda entender la sociedad en su conjunto. Es un acto de amor. Yo tengo estas incapacidades, mi núcleo familiar tiene estas incapacidades... No nos podemos hacer cargo de este niño para seguir todo su desarrollo. Por eso yo te hablaba de la importancia del autodiagnóstico, es fundamental en esto. (...) Que no lo quiere a ese niño, que no lo puede asumir directamente por equis factores, no económicos exclusivamente y que decide que lo va a tener y que el mejor lugar para ese niño es otra familia", explicó Canavessi.

Una vez que la madre comunica esa decisión comienza todo un periplo para el bebé. Sin embargo, no siempre el abandono se hace en el ámbito formal. Cuando esa decisión se da y se comunica en el ámbito institucional, comienza para ese niño una serie de pasos que, como decíamos al principio, se espera que termine en una adopción con alguna de las parejas anotadas en el Ilaya. Esto si se sigue la vía formal que es la que estamos describiendo en este informe. Los técnicos como todos nosotros saben de la existencia de otros mecanismos, no formales. La doctora León y Canavessi hablaron de esas "listas paralelas".

"Es algo contra lo que hemos luchado mucho en este hospital y nos hemos visto enfrentadas muchas veces: las listas paralelas (...)  Las listas paralelas son personas que por un prestigio social o un prestigio académico también tiene listas de padres que están deseosos de adoptar hijos y que por el Ilaya estarían en un lugar mucho más abajo. Existen otros mecanismos en los cuales durante el embarazo se puede contactar a la madre, entonces ya se le dice que no se produzca el abandono institucional en el Pareira, la madre sale con el niño y afuera se hace la adopción", sostuvo León. Canavessi agregó: "No... se hace un papel en donde se le da tenencia".

Las instituciones referentes de esta problemática son: el Centro de Observación Nº 4, que es lo que podríamos denominar como la "puerta de entrada" del INAU para los niños abandonados. El otro, más conocido para la audiencia de la radio, sobre todo a partir de varios móviles de Rosario Castellanos, es el Hogar Retoño.

Al comienzo del informe la encargada del Ilaya, Ana María Brisco, contaba que eran los distintos hogares del Inau o con convenio con ese organismo los que deben realizar la investigación para ver si hay un vínculo familiar que se pueda rescatar o decidir recomendar el pase de ese niño en adopción. En esa línea, fui al Centro de Observación Nº 4 o "Centro 4", como se lo conoce. Allí actualmente viven 40 chicos, entre cero y cinco años. Por año pasan por este centro entre 100 y 150 niños y poco más del 50% de ellos regresa con su familia biológica.

Este es un hogar de ingreso donde los niños, idealmente, no deberían permanecer mucho más de un mes. Sin embargo, muchas veces permanecen allí más tiempo antes de ser derivados a otros hogares, ya sean institucionales o familiares.

La encargada de este servicio, Mónica Nicolassi, explicó cuál es la finalidad del Centro 4: "Nuestra finalidad es hacer el diagnóstico integral de vulnerabilidades para estudiar la situación en forma global. Con la intervención de educadores y técnicos estudiamos la situación y nuestra prioridad, una vez que tenemos el estudio, es retornar ese niño a su núcleo natural que es la familia si en el momento de nuestra intervención están dadas las condiciones. Si no puede hacerse cargo la familia en el momento que el chico está con nosotros, lo que hacemos son los informes técnicos derivados a la división a la que pertenecemos que es Protección Integral de Tiempo Completo -porque los niños viven las 24 horas con nosotros- para buscarle un hogar de acuerdo a sus características que puede ser oficial o por convenio".

El Código de la Niñez y la Adolescencia fija que el objetivo inicial de cualquier intervención en un abandono es buscar los mecanismos para restituir a ese niño a su familia biológica, preservando lo que se llama "el interés superior del niño". Es decir, el niño es el centro de las acciones y se busca restablecer esos lazos familiares ya que la mejor de las opciones es que el niño crezca en su núcleo original. Esto muchas veces no es posible dado que esa familia no puede apoyar su desarrollo por distintas causas, según nos lo explicó Nicolassi.

"Acá nosotros no somos quienes para juzgar sino que tenemos que ser un puente para reconstruir eso vínculos e ir restituyendo esos derechos que han sido violados por alguna razón. En caso de que tendemos todos esos lazos, no se puedan hacer esos encuentros, evidentemente que el sujeto de derechos acá es el niño. Lo que importa, por supuesto que nos importa la familia, pero el niño es el epicentro de todo el trabajo y de las soluciones dignas para que ese niño pueda criarse en una familia, aceptado, querido y para eso trabajamos", indicó Nicolassi.

Esa definición también está presente en el trabajo del Hogar Retoño. La asistente social de esa institución, Anabel Saucedo, llamó la atención sobre lo difícil que a veces es para los padres entender que pese a las excelentes condiciones que tienen el hogar, para el niño sería mejor estar con su familia.

"A veces que las condiciones acá sean casi excelentes en cuanto a que no tienen carencias ni de alimentación ni de vestimenta ni de socialización porque se los lleva a pasear, hay mucha gente que colabora y que hace posible todo esto, a veces ellos piensan y hay que explicarles que... Porque creen que acá está mejor. Ellos te dicen: `yo no voy a poder darle todo esto´. Entonces les decís que no es así porque el niño realmente lo que quiere estar es con su madre o su padre. Ojo cuando esto es posible. Si tu tenés una situación de maltrato o de abuso sexual no vas a estar fomentando que se los lleven. Es cuando tu ves que es gente que tiene esa limitación. A veces ves mamás que vienen llorando o se van llorando, que el niño queda mal en el momento de la separación. Lamentablemente son los mínimos de los casos, lo que hay es exactamente lo contrario", explicó Saucedo.

Saucedo sostenía que esos casos de presencia de los padres son los menos en las intervenciones que hacen en ese hogar. Al hablar de otras formas de ingreso de los niños a la institución, afirmó que desde la crisis de 2002 cambió el perfil de atención pero no aumentó significativamente el número de casos. Sí, comenzaron a verse realidades nuevas, más problemas psiquiátricos y adicciones. Aquí aparece una sustancia mencionada en cada uno de los informes sobre alguna problemática social: la pasta base.

"Nosotros pensábamos que iba a aumentar más. No en relación a lo económico. No creo que haya una familia que por una razón económica se pueda desvincular de su hijo. Tu ves gurises arriba de los carros, ves en un ranchito de dos por dos toda una familia entera como pueden salir adelante. Lo que sí, a partir de la crisis y de todo eso asociado que trajo, sí de pronto gurisas o mujeres más en calle y asociado a toda esa problemática. Acá lo que más está incidiendo es el consumo de pasta base", explicó Saucedo.

Actualmente en Retoño viven 70 niños. Desde que comenzó a trabajar en junio de 1999, han pasado por allí 235. 102, es decir el 43%, fueron adoptados, mientras 52, el 22%, volvieron con su familia original.

Si se analizan las fichas con las historias familiares de los niños internados en el Hogar Retoño, que Saucedo proporcionó sin los nombre de los niños, la palabra que más se repite es "ausente". En los casos en los que se ha logrado algún contacto con la madre o el padre, se describen situaciones de consumo de distintas drogas, problemas psiquiátricos, personas portadoras de VIH sin atención, violencia doméstica. Últimamente, dijo Saucedo, una de las situaciones que más se repite es la fuga de la madre del hospital sin que quede ninguna referencia.

En esas situaciones puede llegar a configurarse la desvinculación definitiva del niño de su familia biológica y, en definitiva, concretar una adopción. Ahora aunque se insiste mucho en la búsqueda de recomponer los lazos biológicos, se intenta que se aceleren los trámites de adopción. Una resolución del INAU tomó los 30 días que marca el nuevo código para que los recién nacidos sean dados en adopción. Allí el organismo toma la decisión de derivarlo a una familia sustituta, mientras siguen corriendo los trámites judiciales. Es importante que se actúe rápido una vez configurado el abandono para que ese niño pase el menor tiempo posible institucionalizado. Por más excelentes que sean las condiciones de un hogar nunca igualarán el trato de una familia deseosa de tener hijos y comprometida con ellos.

Saucedo contó un caso de una demora de más de nueve meses pese a la expresa voluntad de la madre de dar a su hija en adopción: "El jueves pasado fui a una audiencia con una mamá que el niño nació en noviembre. Yo no la conocía a la mamá. Estaba citada ella y nosotros. Y me imaginé que era ella y le digo: ‘tu sos ...?’. Me dice: ‘sí’. Llorando la gurisa y le digo: ‘Nunca te imaginaste que a esta altura seguías en vueltas y que la niña no estuviera...’ Me dice: ‘Yo firmé para que se entregara a una familia y no puedo creer que a nueve meses, diez meses la niña siguiera internada’. La jueza le preguntaba: ¿Tu no lo querés?. "No". "Qué querés?" "Que esté en una familia y que le dé lo que yo no le puedo dar".

Esos problemas ahora se terminarían ya que el INAU busca acelerar los procesos. En tal sentido, el Pereira Rossell, el INAU y el Poder Judicial están elaborando un protocolo que permita ordenar las acciones y acelerar los procesos para que el niño que se haya comprobado que fue abandonado pase el menor tiempo posible en las instituciones. Las parejas que quieren adoptar en general pretenden que se les dé un bebé y si los niños permanecen mucho tiempo institucionalizados corren el riesgo de no ser adoptados.

Canavessi, la jefa del servicio Social del Pereira Rossell es bien clara en cuanto a qué debe primar en estas acciones: "El interés superior del niño es lo que debe primar en esto. Acá lo principal es el interés superior del niño y hay artículos en el Código del Niño que lo resaltan, que frente a determinadas cosas lo que prima es eso. Bueno, no manipulemos con el interés superior del niño. Realmente el interés superior del niño es criarse en una familia, recibir afecto, tener un nombre y un apellido, estar incluido en la sociedad y no estar excluido".

Finalmente, cerramos con los números de teléfono de los hogares. Advertimos que ninguno de ellos hacen adopciones directa, porque muchos me dijeron que cuando escuchan estos informes las parejas van pidiendo niños. Los teléfonos del Hogar Retoño son:  304 71 01 y 336 77 83. El del Centro 4 es: 200 34 43.