El aporte de los médicos premiados con el Nóbel
El Premio Nóbel de Medicina 2005 recayó en los australianos Berry Marshan y Robin Warren, por el descubrimiento de la bacteria que es la principal causa de las úlceras de estómago e intestino. Cristina Dacoll, presidente de la Sociedad de Gastroenterología del Uruguay, explicó la dimensión de aquel descubrimiento de inicios de la década de los 80.
(Emitido a las 8.45)
EMILIANO COTELO:
Los australianos Berry Marshan y Robin Warren ganaron el Premio Nóbel de Medicina 2005 por haber descubierto que una bacteria, y no la tensión nerviosa, es la principal causa de úlceras del estómago y del intestino.
Se trata de un descubrimiento del año 1982 que hizo que la úlcera péptica sea considerada no una afección crónica causante de discapacidad, sino una curable con antibióticos, según destacó el comité del Premio Nóbel.
Para tratar de entender un poco más la importancia de estos trabajos científicos, estamos en diálogo con la doctora Cristina Dacoll, que es presidenta de la Sociedad de Gastroenterología del Uruguay.
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Doctora Dacoll, ¿puede contarles a los oyentes la relevancia de estas investigaciones que ahora han sido premiadas?
CRISTINA DACOLL:
Sí; en primer lugar quiero decir que es un placer conversar con usted esta mañana. En representación de la Sociedad de Gastroenterología del Uruguay les quería comentar un poquito sobre este premio del cual una vez tomado conocimiento nos ha llenado de una enorme alegría, una satisfacción por este reconocimiento a los doctores Marshan y Warren por este descubrimiento que realmente ha sido trascendente dentro de nuestra especialidad porque ha cambiado el manejo tanto diagnóstico como terapéutico de una gran población de pacientes gastroenterológicos. Como usted dijo, antes se pensaba que diferentes factores eran causa de la gastritis, de las úlceras, motivos muy frecuentes de consulta, y esto cambió porque se descubrió que la causa más frecuente de estas afecciones era una bacteria. Esto llevó al cambio del manejo diagnóstico porque una vez diagnosticados los pacientes se investiga esta bacteria y además tenemos cómo tratarlos. Antes era un tratamiento más bien sintomático, algo fisiopatológico; ahora estamos tratando la etiología, la causa. Esto es muy importante.
EC - ¿Desde cuándo los gastroenterólogos uruguayos aprovechan los resultados de aquellas investigaciones? Está claro que no es algo nuevo para ustedes.
CD Exactamente, esto fue publicado en el año 1983, se descubrió en 1982 y finalizando la década de los ochenta ya se empieza a investigar esta bacteria. En 1990 ya toma un gran auge en nuestro medio y se empieza a investigar en los pacientes que merecen ser investigados por la patología que presentan, determinados tipos de gastritis, de úlcera tanto del estómago como del duodeno. Estas son patologías benignas, pero esta bacteria también se vincula a patologías maligna, no como un factor único sino como un factor agregado para un tipo de cáncer del estómago y también para un tipo de linfoma.
EC Nunca me tocó consultar por una úlcera, entonces no conozco demasiado del tema, pero esa hipótesis que tantas veces se ha manejado, la de que una úlcera puede tener que ver con los nervios o con el estrés, ¿termina existiendo, algunas veces sí?
CD El estrés algo tiene que ver en cuanto a que la situación de estrés puede aumentar la secreción de ácido y ser un cofactor más; puede dar síntomas de hiperacidez, pero a veces no se comprueba una lesión. Cuando hay lesión tipo gastritis, duodenitis o úlcera, ahí está en juego esta bacteria.
EC Y esa bacteria, a su vez, ¿de dónde viene? ¿Por qué aparece en el organismo de una determinada persona?
CD Se piensa que se puede adquirir en tempranas edades de la vida, ya en la niñez, y se aloja en el estómago. Uno puede convivir todo el resto de su vida con ella sin que produzca ningún tipo de lesión ni síntoma, pero en algunos pacientes puede ocasionar estas gastritis, estas úlceras y, junto con otros factores, las lesiones malignas del estómago.
EC - ¿Pero hay algún factor que propicie que a uno se le instale esta bacteria en su cuerpo?
CD Hay factores, porque hay una entrada por la vía oral, las poblaciones o países en desarrollo tienen una mayor prevalencia; estarían en juego las personas de menor nivel socioeconómico, que podrían tener una mayor prevalencia. En el mundo los países en desarrollo tienen una mayor prevalencia que los países desarrollados. Para hablar de cifras, alrededor del 50 por ciento de la población está contaminada con esta bacteria.
EC Lo que no quiere decir que a todos se les active.
CD Exactamente.
EC Eso en cuanto a los orígenes. Y en cuanto a la posibilidad de tratamiento de una gastritis o de una úlcera con esta causa, ¿hoy los métodos son suficientemente efectivos?
CD Sí, hay tratamientos, hay un esquema terapéutico de primera línea basado en dos antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones, que es lo que bloquea la acidez en el estómago. Ese es el tratamiento de primera línea que se hace por un período aproximado de diez días, es todo por vía oral, es una serie de comprimidos que hay que tomar, y posteriormente, dependiendo de la patología del paciente, antes o después de los dos meses, un control para ver si la bacteria fue erradicada o no. En caso de que no hay otro plan que se puede hacer cuando falla el primero. O sea que tenemos tratamientos eficaces y seguros.
Además permanentemente en medicina se investiga y siempre se están probando drogas nuevas. Están saliendo algunos nuevos esquemas terapéuticos para esta infección.
EC En definitiva la curación puede producirse en un plazo relativamente breve.
CD Sí, por supuesto, eso se logra en la mayoría de los pacientes.
EC - ¿En cuánto tiempo, como máximo?
CD Con diez días de tratamiento podemos erradicarlo.
EC En la mayoría de los casos.
CD Sí, sí.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe