Durante la noche, unas 500 personas sin papeles trataron de saltar la valla de metal y alambre que separa los territorios.

Es la cuarta vez en una semana que pasa lo mismo. Ayer, al menos 70 personas pudieron entrar a territorio español. En esta oportunidad no hubo muertos, pero sí varios heridos. En la última semana, fallecieron cinco personas en estos intentos.

Los africanos tratan de saltar un vallado de tres metros de altura de alambre de púa. A pesar que ponen su propia ropa o telas, la mayoría se cortan y lastiman en el intento.

Los 70 que pasaron están en la comisaría de Melilla. Allí les emiten una orden de expulsión que nunca se concreta, porque los africanos no declaran su país de origen. Y a los 40 días, legalmente, quedan en libertad (pero sin papeles para trabajar).

Este fenómeno viene sucediendo desde 1998, pero este año la práctica se disparó a niveles alarmantes (en nueve meses hubo 25 avalanchas).

El gobierno español está reforzando medidas, pero sin mucho resultado: desplegó al Ejército en el perímetro de la frontera, aunque no usan las armas. Sí material "anti disturbios".

También aumentaron la valla a seis metros en algunas zonas e instalarán cámaras de vídeo y sensores.

Esta tarde el tema será discutido el tema a nivel de gobierno.