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"Uruguay 2030. Tiempo de crecer"

¿Del átomo al bit? Esa podría ser una de las tantas preguntas que tiene Uruguay por delante. ¿El modelo es el agropecuario o hay que ir hacia uno tecnológico? ¿Se puede lograr que ambos confluyan? Cofac viene organizando un ciclo de debates que esta semana tuvo su reflejo en modo de Tertulia Abierta. Nicolás Jodal, Daniel Pagliano, Juan Grompone y José Luis Blanco debatieron sobre el futuro.

EMILIANO COTELO:
¿Uruguay natural o Uruguay tecnológico? ¿Qué camino es el que dará a nuestro país una mayor probabilidad de éxito? ¿La vaca y el agro o la ciencia y la innovación? ¿Cuál es la visión dominante sobre el Uruguay del futuro?

Pero, antes de eso, ¿existe este dilema? ¿Tenemos efectivamente que elegir o son modelos compatibles?

Algunas de estas preguntas pautaron el debate en la primera mesa del ciclo "Uruguay 2030. Tiempo de crecer", que viene organizando Cofac y en el que están participando referentes de la academia, de las ciencias, las artes y el mundo empresarial.

Como quienes siguieron esa discusión dicen que resultó muy estimulante, hoy les proponemos retomar algunos de esos puntos en nuestra Tertulia Abierta.

Para eso convocamos a cuatro de los participantes de esta mesa: el ingeniero industrial Juan Grompone (un conocido de la casa, ex integrante de nuestras Tertulias); Juan está especializado en telecomunicaciones e informática, y es director de Interfase SA; el ingeniero de sistemas Nicolás Jodal, experto en bases de datos, inteligencia artificial, e interacción entre informática y empresas. Es socio fundador y director de Artech y Genexus Consulting. También está con nosotros el ingeniero agrónomo Daniel Pagliano, Master en Biología Molecular de la Universidad Libre de Bruselas y que – entre otras cosas – es director de las empresas Nideplant S.A. y Nidevital S.A., dedicadas a la biotecnología y Genética, y de Vitalia Consulting Latinoamérica, focalizada en el desarrollo de bionegocios y consultoría, con presencia en España y Uruguay; y por último, uno de los promotores de este encuentro: al ingeniero industrial José Luis Blanco, que tiene además un Master en Administración en la Universidad de Sherbrooke (en Quebec, Canadá) y que es gerente general de Cofac.

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La primera pregunta, para ir situando el debate, va para el ingeniero José Luis Blanco. En este foro, ¿cuál era concretamente el eje de la discusión? ¿Qué debate se proponían cuando lo organizaron?

JOSÉ LUIS BLANCO:
La idea fue invitar a la comunidad en general, al país como un todo a reflexionar sobre el futuro. Definitivamente pensar el futuro es la premisa para poder construirlo y quisimos hacer coincidir un momento importante para Cofac, que era el lanzamiento de la empresa, con la oportunidad de que tanto profesionales como académicos y gente de la clase política converja para reflexionar sobre qué debe hacer el país en los próximos 25 años.

EC - ¿Y los demás? ¿Qué dicen los otros invitados?, ¿por qué les parece importante discutir la visión de país, esto de proyectarnos por ejemplo al año 2030? Pagliano...

DANIEL PAGLIANO:
Porque estamos presos de un statu quo de presente sin horizonte hacia adelante, las noticias y los comentarios siempre refieren a aspectos que no van más allá de un quinquenio, la ley de presupuesto y otras cosas. Nosotros pensamos que un vector tiene dos puntos, un punto que está en el presente y otro que está en el futuro. El tamaño de ese vector y el sentido y la dirección son muy importantes, porque no nos podemos equivocar. Esto es como una gran autorruta que si uno se equivoca en la salida volver a entrar lleva mucho tiempo y dinero. Entonces creemos que esta invitación, este desafío que nos planteó Cofac a todos es muy importante porque necesitamos visualizar estos 25 años que nos llevan al bicentenario de Uruguay.

EC – A ti, Juan, esa fecha 2030 que se plantea como horizonte, ¿cómo te resulta?

JUAN GROMPONE:
Yo tengo el vicio de pensar en el futuro, es uno de mis pasatiempos favoritos, y creo que para el bicentenario ya se está planteando organizar el Campeonato Mundial de fútbol, es la única acción que se está planteando para 2030 en forma más o menos colectiva. Es un punto de reflexión simplemente, es tomar una referencia distante. Pero creo que es absolutamente necesario pensar en el futuro, si no no hay manera de construirlo, hay que pensar que el equipo de gobierno que va a gobernar, que va a presidir los festejos del bicentenario, en este momento está posiblemente terminando la enseñanza media, es decir que ya está recibiendo la información, tal vez esté escuchando esta tertulia, el futuro presidente de la República, sus futuros ministros, de modo que es urgentísimo el problema.

EC – Ese factor, el factor tiempo, estuvo presente en esta primera discusión y todos coincidían en eso que decía Juan, que es discusión debe ser hoy y no mañana. Tú, Nicolás, cómo ves este aspecto de la cosa?

NICOLÁS JODAL:
Me resultó sumamente estimulante, yo no me había puesto a pensar ni siquiera qué edad iba a tener en 2030, cuando supe que tendría 70 años me empecé a preocupar. Es interesante que alguien proponga un ejercicio para pensar tan de lejos.

EC – Aclaremos que también participaron en esa mesa el sociólogo César Aguiar y el ingeniero Enrique Baliño que, por distintas razones no han podido acompañarnos hoy.

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EC – Vamos a meternos en algunos de los temas que creo vale la pena tener en cuenta. Uno de los puntos que recalentaron la polémica ese día vino planteado por Juan Grompone, quien se mostró muy escéptico respecto de las posibilidades de supervivencia de este Uruguay de base ganadero – agropecuaria. Juan decía, entre otras cosas:  "No me gusta la idea de que Uruguay lo que va a hacer es producir buenas costillas de carne de vaca. Si el Uruguay del 2030 va a ser un país productor de alimentos de lujo, conmigo no cuenten". Te vas.

JG – Yo voy a tener un poco más de 70, de modo que posiblemente me haya ido.

EC – De esto ya hemos hablado contigo aquí EN PERSPECTIVA. Por lo visto no te has bajado de esa posición tan firme, tan radical.

JG – Creo que hay que ser un poco radical para contrarrestar el peso que tiene la historia. Uruguay es un país ganadero desde 1600, cuando en 1600 se introdujeron los primeros ganados europeos acá por parte de los jesuitas y se convirtió en una estancia jesuítica, ahí empezó la historia ganadera de Uruguay, de modo que estamos contrarrestando 400 años de ganadería. Hay que ser bastante contundente para poder revertir ese peso histórico. Yo creo que el tema es importante, es el tema central de discusión: qué va a hacer este país en el futuro. Y creo que la apuesta de dedicarse al sector alimentos, aun al sector alimentos de lujo, es una apuesta temible, porque el sector alimentos en el mundo desarrollado posiblemente en 2030 no supere el 5 por ciento de la economía, de modo que va a ser un país que se va a dedicar a una parte absolutamente marginal de la economía mundial, sin ningún crecimiento, sin ningún interés, más bien disminuyendo.

EC – No te estimuló nada –parecería que todo lo contrario– lo que dijo en esa misma ocasión el contador Enrique Iglesias, que habló a través de videoconferencia. Dijo: "yo creo que nosotros tenemos una cantidad de elementos en los cuales basarnos para ser optimistas respecto al futuro. El país tiene una especial dotación de recursos naturales que lo hacen particularmente privilegiado al contexto regional y mundial. Esos recursos naturales, en un momento donde el mundo está ansioso por tener alimentos, recursos básicos para una población que demandará cada vez más materias primas, sobre todo aquellas que provienen como en nuestro caso de la base agraria".

JG – Con el debido respeto, el contador Enrique Iglesias atrasa, la materia más importante que demanda el universo no son los alimentos sino la materia gris, ése es el centro de la economía en este momento y el centro del futuro.

EC – Pero, por ejemplo, el potencial del mercado chino, del cual se ha hablado a propósito de este nicho que Uruguay tendría, ¿cómo lo ves?

JG – Por supuesto, todo eso es para el corto plazo. No creo que en 2030 China le compre carne a Uruguay, no creo que en 2030 China no sea autosuficiente en alimentos, creo que la carne de vaca que pueda comprar China es marginal, ni siquiera está dentro de sus tradiciones, miren los recetarios de cocina china y van a ver que la carne de vaca prácticamente no existe, no figura. Va a ser supermarginal ese problema, si es que además China no es autosuficiente en ese momento.

EC – Tú estás entre los que sostienen que el dilema efectivamente existe, es o el país natural o el país tecnológico.

JG – Sí, porque permanentemente se plantea la alternativa. Se han planteado alternativas en el pasado, se plantean alternativas en el presente y se van a seguir planteando en el futuro en muchos aspectos. Este va a ser un punto al que vamos a volver más de una vez, de modo que lo dejo aquí.

EC - ¿Qué dice el ingeniero agrónomo Daniel Pagliano, un hombre que está especializado en biotecnología?

DP – Además soy ingeniero agrónomo. Yo comparto un poco la visión que tiene Juan, con algunos matices o algunas particularidades.

EC - ¿Tú también lo planteas en términos de una cosa o la otra?

DP – No, primero, es evidente que en 2030 el agro, tal cual lo tenemos hoy concebido no va a ser, eso fue objeto de grandes discusiones a nivel global, el rol de los productores en la producción en el año 2030 va a ser completamente distinto. Hoy en Uruguay vemos las primeras puntas de iceberg, por ejemplo los productores participando en lo que es el mercado de la energía a través del biodiesel y otras cosas, los productores van a producir no sólo alimentos sino también bioplásticos, sustancias nuevas, farmacéuticas. Hay una explosión del conocimiento, que es esa materia gris que Juan dice, que va a ser la materia comercial más preciada en 2030, en lo cual el agro va a ser no sólo un suministrador de alimentos per se, tal cual lo concebimos hoy, o sea una apertura para exportar carne a China, eso es un reduccionismo, porque el agro en 2030 va a multiplicar los roles, los panes en términos económicos y de alguna forma involucrar mucho más conocimiento, una cosa mucho más inteligente.

Esto se ha discutido tanto en Europa como en Estados Unidos, no en vano 21 rectores de las principales landground universities de Estados Unidos, donde están todos los grandes productores de conocimiento para el agro, tomaron la decisión de que el Siglo XXI va a ser el cambio del concepto de agricultura, entramos en una nueva cultura del agro. Estamos viendo que los avances en todo lo que es las tecnologías de información, hoy un tractor uno se sienta y los caballos de fuerza son los mismos, pero la persona que va allí va monitoreando por metro cuadrado cómo va su siembra, cómo va su cosecha, etcétera, y cuando llega a su casa y su señora lo llama para almorzar, ya tiene printeado cómo le fue ese día y cuánto ganó o perdió por metro cuadrado.

Eso es lo que está sucediendo, va a ser completamente distinto y creo que lo que tenemos que hacer es zambullirnos en un modelo de un agro mucho más inteligente, que no sea solamente –en eso coincido con Juan– ese reduccionismo de ver que solamente van a ser alimentos.

EC – Los demás también quieren hablar y me interesa escuchar a los otros dos integrantes de la mesa, pero antes me gustaría tener a propósito del comentario de Pagliano una primera réplica de Juan Grompone.

JG – Si la vaca sirve para producir hormonas, medicamentos y productos de alta tecnología, por supuesto, es un mecanismo, pero ahí está el problema, que la biotecnología en general es una mala palabra en Uruguay, en general cada vez que se habla de un producto biotecnológico todo el mundo pone el grito en el cielo, las organizaciones ambientalistas gritan por todos lados y lo consideran como el enemigo "¡acá está el diablo!" Precisamente, ahí se muestra el conflicto.

EC – Tú vas a: "está bien, sí, un buen apoyo en el agro para el desarrollo de ese Uruguay tecnológico, pero entonces no vamos a poder esgrimir el eslogan de Uruguay natural".

JG – Exactamente.

DP - Es un tema que hay que discutir.

EC - ¿Qué es eso? Cuando tú decís que no será posible mantener el estatus o el emblema de Uruguay natural, ¿qué estás queriendo decir? ¿Qué es lo que se habrá caído si vamos por ese camino?

JG – Más que discutir el tema de Uruguay natural, creo que tenemos que esgrimir el emblema de Uruguay tecnológico, porque si queremos vender insulina fabricada por una vaca no vamos a decir "éste es el Uruguay natural", tenemos que decir "es el Uruguay tecnológico", si queremos vender el software que hace Nicolás tenemos que esgrimir el eslogan "el Uruguay tecnológico".

EC - ¿Pagliano?

DP – Coincido con él, natural es solamente algo folclórico, turístico, pero lo que tenemos que hacer es generar prosperidad y eso necesita recursos y traer dinero, y eso va a ser dado porque la industria farmacéutica va a cambiar, el agro va a cambiar y si nos planteamos 2030 o un espacio hacia adelante en la historia de este país nos va a encontrar con otros paradigmas que ya están instalados en el mundo.

EC – Nicolás Jodal, desde la informática pura, ¿cómo ves esta parte del debate?

NJ – Yo puedo hablar por el Uruguay tecnológico, no por el Uruguay natural porque no tengo idea.

EC - ¿Viste una vaca alguna vez?

NJ – Exacto, salgo fuera de la ciudad y me mareo porque hay mucho oxígeno. Es claro que hay una tendencia general a sustituir átomos por bits.

EC – Traduzcamos eso en lenguaje sencillo.

NJ – Parece medio raro, pero quiere decir esto: supongamos un auto en la década de los cincuenta; ¿era más pesado o menos pesado que un auto de ahora? Los autos pesaban mucho más, podemos decir que tenían muchos más átomos, eran mucho más grandes. ¿Eran más seguros? Sin duda que no, ahora hay airbag, hay un montón de cosas, así que la cantidad de átomos no quería decir que fueran mejores. Lo que ha pasado en ese proceso es que hemos aprendido cómo fabricar mejores autos, la forma de fabricar mejores autos terminó sacando átomos y poniendo bits. Quiere decir sacando peso y poniendo conocimiento. Hoy un auto pesa mucho menos pero un auto con airbag es mucho más seguro que un Chevrolet del año 54, por más que teníamos aquella idea de que era fuerte y demás.

Ese mismo proceso se va dando en todas las áreas, a largo plazo todas las cosas que el hombre fabrica van a tender por lo menos adherirles bits a esos átomos. ¿Cómo le puedo adherir un bit a una vaca? Por ejemplo con la trazabilidad, si me piden saber de qué parte de la vaca es una carne y en qué lugar comía esa vaca, le adherí algún tipo de bit.

JG - Y en el código genético.

NJ – Claro, probablemente en el año 2030 se sepa mucho más, se pida mucho más, por ejemplo dónde comía el bisabuelo de la pobre vaca.

EC – Retomando un poco eso, voy en busca de una carta de un lector de Ultimas Noticias, que a raíz de las síntesis de prensa que se habían publicado de esta discusión discrepó muy frontalmente contigo, Juan. Entre otras cosas dijo: "Grompone plantea la falsa oposición entre agropecuaria y tecnología, como si la tecnología no estuviera aplicándose en el campo desde hace rato, con esfuerzo y plata de muchos productores que, en vez de teorizar en simposios futuristas, trabajan todos los días para sí y para los demás".

¿Cómo responden ustedes a esto? ¿De hecho no estamos ya con un avance tecnológico importante en el agro uruguayo?

DP – Lo digo con la tranquilidad de 11 años de docente de la Facultad de Agronomía y 11 años de investigador en el Instituto de Investigación y Agropecuaria. Hemos construido una realidad, la gente como bien usted dice y también en mi empresa estamos multiplicando todo lo que es el tema productivo de este país, estamos trabajando todos, y esto es muy importante, no podemos renegar de esa realidad. Pero lo importante es ver el sentido de nuestros pasos, la dirección que tomamos, porque lo que está sucediendo en la región, si uno mira del otro lado del charco, se da cuenta de que la soja que hoy en Uruguay está siendo uno de los principales anclas de la agricultura y el soporte de todo el desarrollo agrícola del país en este momento, vino de Argentina, porque los argentinos hace 20 años que comenzaron y se dieron cuenta de que tenían que ir al valor agregado que tenían algunos productos agrícolas. Los argentinos se dieron cuenta de que hace 40 años los americanos ya habían empezado con esto. Entonces yo digo que nos falta un poco de prospectiva hacia adelante de cuál van a ser los elementos que van a contribuir a esa realidad, dónde están las otras sojas, dónde están esas vacas con los nuevos chips.

EC – En tu intervención en el simposio mencionaste más ejemplos, el caso del biodiesel, con respecto al cual todavía estamos por animarnos y sin embargo en Estados Unidos mismo, que se supone que es la cuna del petróleo o del uso desmedido del petróleo y sus derivados, ¿cuántos años hace que se funciona en distintos transportes con base en biodiesel?

DP – Los primeros motores de explosión del mundo fueron con biodiesel, o sea aceite de maíz.

EC - ¿Pero se ha extendido su uso, por ejemplo a transporte escolar?

DP – Sí, hoy todo el departamento de Agricultura de Estados Unidos, como si el Ministerio de Agricultura acá, toda su flota de vehículos, fuera a biodiesel.

EC - ¿Qué nos está faltando, si bien algunos pasos hemos dado en el tema de asociación entre agro y tecnología?

DP – Una cosa muy importante que nos falta es un concepto del tiempo, estamos como suspendidos en un tiempo y no nos damos cuenta de que, como dijo Nicolás muy bien el otro día, la historia acelera. No podemos seguir poniendo tímidamente un ómnibus de Cutcsa a andar por las calles de Montevideo con biodiesel, cuando toda la flota de los ómnibus escolares de Estados Unidos se mueve a biodiesel y toda la flota del Departamento de Agricultura se mueve a biodiesel y cuando los productores en el cinturón maicero de Estados Unidos están en este momento discutiendo si mandan el grano para la alimentación animal o para las plantas de alcohol que van a ir al 40 por ciento de los combustibles que hoy se consumen en California. Estamos frente a realidades, es como si estuviéramos discutiendo si tenemos que usar un PC.

JG - Sólo recordar una anécdota: la fabricación de alcohol de Ancap proviene de un proyecto de 1915 de Eduardo Acevedo, que para mí fue uno de los más grandes visionarios de este país, que planteaba usar el alcohol como combustible. Ese era el proyecto de 1915, abandonado, y es la razón por la cual el Instituto de Química Industrial fabricaba alcohol y eso finalmente terminó convirtiéndose en Ancap. Es decir que Uruguay tuvo proyectos en 1915 cuando era un país con empuje, con ideas y con visión, que después abandonó. Ahí se ve claramente la contradicción entre una y otra.

EC – Ingeniero Blanco.

JLB – Yo quisiera abrir otra ventana del tema, porque más allá de si me parece que el Uruguay de 2030 va a ser un Uruguay agrícola o productivo o tecnológico, y suponiendo la imagen de Baliño, de un Uruguay próspero, exitoso, etcétera, se ganaría muy poco si ese Uruguay no es también un Uruguay justo también. Lo que sea que logre Uruguay desde el punto de vista de su desarrollo económico debería ir acompañado de una sociedad donde la gente común, no unos pocos, tenga acceso a esa riqueza que se genera. En ese sentido vemos la perspectiva de los servicios financieros y de una economía que tenga valores y no únicamente chips o átomos.

EC - ¿Qué importancia le adjudican los demás a este factor que Blanco introduce?

DP – Es fundamental, necesitamos una nueva ética, recuperar los valores de esos Eduardo Acevedo y construir los líderes, los Eduardo Acevedo actuales que van a llevar al país en los próximos 100 años. Lo que plantea Blanco es extremadamente importante, fue muy explicado por el movimiento cooperativo, porque también necesitamos una nueva ética de la cooperación, en Uruguay estamos todos trabajando en compartimentos estancos.

EC – Hay una pregunta que inmediatamente cae: ¿el cooperativismo es compatible con un desarrollo acelerado y del nivel y las características que estamos comentando? ¿El cooperativismo puede ser eficiente como para bancar proyectos de ese porte? ¿Qué contesta Blanco y qué dicen los demás?

JCB – Es bien conocido que los países desarrollados la mayoría o buena parte de las instituciones financieras exitosas son entidades de tipo solidario, de tipo cooperativo, en Europa, en Estados Unidos, en Canadá, en Japón, etcétera. Pero yo quisiera volver sobre el planteamiento anterior. Si uno se ubica en 1920, Canadá y Argentina eran dos países prácticamente idénticos, con la misma población, el mismo Producto Interno Bruto, eran los países productores de materia prima. 80 años después Canadá está entre los primeros siete países del mundo y Argentina no. Algo pasó. Del otro lado, dos países exitosos, como Estado unidos y Canadá, y sin embargo cuando se hace la lista los mejores países para vivir Canadá está entre los primeros y Estados Unidos no. A eso me refería, generar riqueza para quién, porque de nada vale la prosperidad si no puedes vivir en tu país, no puedes estar seguro, no puedes disfrutar, no puedes caminar por la calle tranquilo, tus hijos no tienen una oportunidad para estudiar, etcétera.

EC – Nicolás.

NJ – Vamos de hecho a formas de colaboración cada vez más sofisticadas, la tecnología nos ayuda a cooperar de otra manera, y eso es el movimiento cooperativo también, antes era alrededor de locales geográficos, se armaba una cooperativa en un pueblo, por ejemplo, ahora pueden tomar dimensiones planetarias. De hecho se están dando grandes proyectos a nivel mundial alrededor de cooperación espontánea de gente y eso lo está permitiendo la conexión de la gente.

JCB – Linux.

NJ – Linux, el propio Internet, proyectos sin una cabeza real, no hay un plan maestro, sino que la cooperación espontánea de millones de gente crea cosas maravillosas.

EC – Juan.

JG – Yo quisiera recordar que la primera y más grande organización cooperativa de la humanidad es la ciencia, la ciencia es típicamente una organización cooperativa que se basa en producir el conocimiento e inmediatamente ponerlo a disposición de los demás.

NJ - Y no hay un jefe.

JG – Si hay algo cooperativo en la historia de la humanidad es la ciencia, de modo que no hay ningún conflicto entre ciencia y cooperativismo.

EC - ¿Cómo dices, Nicolás, que no hay un jefe?

NJ – No hay un presidente de la ciencia del mundo. ¿Quién es el presidente? No hay nadie, es un conjunto de pares que colabora y crea conocimiento, de forma espontánea, la mayor parte de las reglas no escrita y que viene funcionando desde hace siglos.

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EC – Me gustaría pasar a otro de los puntos que estuvieron en debate en el primer foro de la serie "Uruguay 2030. Tiempo de crecer". Me refiero a las industrias culturales. Grompone introducía un llamador de atención adicional. ¿Cuánto tiene que ver con la tecnología y con este modelo de país del que decías que Uruguay tiene que aprovechar? Hablaste de las industrias culturales, "un sector que no tenemos que despreciar". Y lo fundamentaste de este modo: Uruguay tiene una larga tradición de producción de entretenimientos y contenidos. Uruguay tiene una enorme cantidad de creadores, artistas plásticos y escritores en proporción a su población. No sólo somos inteligentes sino que somos creadores de contenidos desde siempre. Y la industria audiovisual, la industria del entretenimiento, es una de las industrias de más futuro del mundo por la simple razón de que en el mundo desarrollado el tiempo libre aumenta". ¿En qué te basás para decir que en el mundo desarrollado el tiempo libre aumenta?

JG – Que el tiempo libre está aumentando es obvio, la jornada de trabajo en Europa ha venido bajando sistemáticamente. Es una cuestión que no necesita demostración. El número de canales de televisión, de canales de radio, la difusión de la Internet con la globalización de los medios de comunicación es obvio que genera necesidad de contenidos. Pero una cifra que acabo de leer en una revista es que la estimación de ventas de videojuegos en el mundo es 20.000 millones de dólares por año. Es la cifra que se está manejando hoy de videojuegos solamente, no incluye ninguna otra cosa.

EC – Es una de las variantes del entretenimiento, una nueva, porque hay otras más convencionales.

JG – Por ejemplo ya ha superado la venta de boletos de cine, la venta de obras de videojuego o de arriendo de videojuegos ya ha superado al cine. Uruguay está trabajando desde hace tiempo en eso, los videojuegos son uno de los motores de la tecnología, el artículo decía: miren que las computadoras más grandes del mundo, hay supercomputadoras para el tiempo, para usos militares, pero una de las más grandes la tiene Sony para soportar la infraestructura de juegos, una de las computadoras gigantes más grandes del planeta. Allí hay centenares de ingenieros trabajando permanentemente con la sola finalidad de mantener activo uno de los sistemas de juego que están marchando en este momento y que dan ese dinero.

EC – No entendí, ¿cómo es que hay que mantener activo?

NJ – La idea de los juegos modernos es que se juegan online, no juegas en tu máquina sino que están jugando varios contra varios. De hecho se ha formado una especie de mercado, tú quieres un personaje para jugar ese juego, pero te lleva mucho tiempo crearlo, entonces otro te lo vende, entonces hay un mercado de gente que ha jugado horas, cuanto más horas de juego y tú me compras el personaje, yo puedo jugar con el personaje de Emiliano Cotelo, por ejemplo, entonces alguien me lo tiene que vender. O solamente con la espada que diseñó Emiliano Cotelo, que tiene propiedades mágicas. Eso se vende, puede costar miles de dólares, se vende en e-Bay por ejemplo, en Internet. Es decir que es un mundo nuevo que está produciendo contenidos y ese contenido es básicamente tecnológico, es software, es programación. El entretenimiento hoy dejó de ser la cámara con el celuloide, con los sets, con los actores, el starsystem, para pasar a ser algo esencialmente tecnológico.

EC – En esas condiciones es que Uruguay tiene mayores posibilidades aun de subir a ese carro.

NJ – Tiene posibilidades porque tiene un muy buen posicionamiento en la región, en el desarrollo de tecnología y no tiene los inconvenientes que tenía antes, no podemos hacer una película con miles de extras porque no los tenemos, pero ahora se puede porque son artificiales.

EC - ¿Qué dice el ingeniero agrónomo a propósito de este otro flanco de debate?

DP – Como ciudadano me encanta la idea, porque creo también que Uruguay tiene muchas capacidades, el carnaval más largo del mundo nos muestra que la gente quiere salir a escena, y todo el espacio cultural que abrió el Solís y otros elementos que hacen a otro tipo de cultura también. Uruguay es bastante pródigo en generar esos talentos que son muy genuinos y que unidos en una capacidad nos pueden llevar a tener el Hollywood del sur aquí. Tenemos 100 por ciento de líneas digitales, podemos estar trasmitiendo a cualquier parte del mundo, tenemos talento y mano, tenemos algo que también es importante, que es la viveza criolla, no en el mal sentido sino en el bueno, para encontrar aquellos elementos que puedan estar incidiendo en ese valor agregado que percibe un consumidor de este tipo de cosas.

EC – Todo eso lo tenemos, la pregunta entonces es qué nos falta.

NJ – Nosotros donde haya innovaciones es donde tenemos las oportunidades, donde se cree un mercado nuevo el Uruguay del futuro tiene oportunidades, es muy difícil penetrar un mercado que ya está tomado por grandes jugadores internacionales y muy estables. Tenemos que aprovechar las olas de innovación, una de las cuales dentro del contenido son los videojuegos, eso es lo que tenemos que tomar, donde todavía no hay nadie, todavía no hay grandes líderes. Creo que es el carácter general, que se aplica para contenidos como para otras cosas.

EC – He visto que ya se han abierto algunas carreras universitarias especializadas en videojuegos, da la impresión de que allí hubo quien estuvo alerta ante este nicho de innovación, una ola de innovación y se dispuso a formar recursos humanos para aprovecharla.

JG –Tenemos un líder mundial en el tema, que es Gonzalo Frasca, que está trabajando en eso.

EC – Es quien ha impulsado esta carrera que se da en la Universidad ORT en particular.

NJ – Es superinteresante desde el punto de vista técnico de programación. Ojalá me pueda dedicar a eso.

JCB – Sin embargo es un tema de estructura también, no únicamente de deseo.

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EC – Aclaremos que José Luis Blanco es costarricense, habiendo residido en Canadá...

JCB – Unos 17 años.

EC – Y habiendo llegado a Uruguay...

JCB – Hace cuatro meses.

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EC – Volvamos al tema.

JCB – Mencionaba que casi la mitad de la producción cinematográfica de Hollywood se hace en Canadá, en Montreal, en Vancouver. Eso no era así hace diez años, hoy día Montreal es uno de los líderes mundiales en la producción de videojuegos. Hace ocho años no era así, eso se logra porque aparte de una visión determinada hay decisiones concretas para crear infraestructura, para hacer incentivos, para formar gente.

DP - Hay un tema muy importante, Uruguay tiene en el mundo mucha gente de gran talento que está haciendo aportes significativos al desarrollo de esta civilización, en distintos temas, videojuegos, el doctor Alejandro Zaffaroni inventó el chip de ADN y aceleró el genoma humano casi diez años. Si uno empieza a recorrer el espinel se encuentra con que en distintos lugares hay uruguayos que realmente han hecho aportes significativos. Lo que pasa es que esa energía la liberan en otras sociedades que están más preparadas.

EC – La liberan en un ambiente más propicio, más estimulante. Tenemos un problema de ambiente.

DP - Es un problema de ambiente, porque la genética está, cuando uno ve una espiga de trigo eso es genética más ambiente, yo puedo tener una espiga con un alto contenido de genética, pero si no la hago crecer y no le pongo fertilizante va a quedar raquítica. Tenemos los genes, el talento, pero están como dormidos, en la medida que generemos políticas activas para generar ese ambiente bien explícito, el ejemplo del software es un caso claro, se desarrolla casi sin ninguna política de desarrollo.

EC – Tomo el ejemplo para discutir lo que planteaba Pagliano. La industria del software de las ingenió, logró desarrollarse sin que desde el Estado concretamente hubiera una política específica. ¿Tiene que haber políticas?

DP – Yo pienso que sí, que tiene que haber un poco, sobre todo en temas de liderazgo de la visión, de lo que se tiene que pretender del futuro. Hoy uno siente que hay una carencia de ver un horizonte hacia adelante, todas las discusiones se agotan en el corto plazo, parecemos animales domésticos en el statu quo, cuando en realidad tenemos que tener líderes que nos digan "el mundo vamos para allá y nosotros vamos para allá".

JCB – Sin embargo sí y no me parece que tiene que haber políticas, siempre hay casos de excepción, pienso que los que ha logrado hacerse aquí en materia tecnológica mucho ha sido impulso de voluntades individuales. La diferencia es si lo que logre un país o una sociedad va a beneficiar a unos pocos o a toda la sociedad, para que beneficie a todo el país tiene que haber una estructura que apoye.

JG –Tiene que haber políticas, lo que no tiene que haber es dictadura. Un ejemplo, de una de las mejores políticas que ha tenido el país, el Fona, todo este cine que estamos viendo ahora, esto que acabamos de mencionar, una actriz que ha sido premiada, otras películas que han sido muy exitosas, son directa o indirectamente del programa más exitoso de desarrollo tecnológico del país, que es el Fona.

EC – El Fondo Nacional del Audiovisual.

JG – Que tenía una miseria de dinero, algo así como 300.000 dólares por año y que además había que mendigar esos recursos porque se los negaban. Estamos hablando de lo que hizo una política que gastó 300.000 dólares por año, nada más, y que sin embargo tuvo todos esos resultados y que este año corrió peligro de cortarse, porque no sé qué pasaba, había un problema de una cuotita del orden de 100.000 dólares que no se pagaba. Tiene que haber una política y la política tiene que decir la industria cultural es prioridad, el desarrollo tecnológico en biotecnología es prioridad, desarrollo tecnológico en informática es prioridad. Eso tiene que ser porque es lo que decide si tengo que invertir un millón de dólares aquí o allá, van para el lugar que corresponde y no en el sentido contrario.

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EC – Yo me preguntaba mientras los escuchaba lo siguiente: además de esas políticas sectoriales, que da la impresión de que son muy convenientes y necesarias, ¿no estamos necesitando desde el Estado otro tipo de políticas, políticas que cambien la cultura, que vayan a la transformación de la cabeza? Porque da la impresión de que nos faltan uruguayos con capacidad de tomar riesgos, de innovar, de dar esos saltos que algunos de nosotros en otros ambientes sí dan.

NJ – Yo voy a esto. Antes que una política lo que hay que entender es cómo funciona el mundo nuevo. Hoy estamos en un mundo nuevo que funciona de una forma diferente, si entendemos ese nuevo funcionamiento vamos a entender qué políticas y qué cosas vamos a hacer. En particular vivimos en un mundo basado en la innovación, recibimos innovaciones tecnológicas constantes cada vez más rápido, por eso se dice que la historia acelera, yo hasta ayer tenía un celular y estaba muy contento, ahora Ancel me dio de préstamo un celular que puede hacer videoconferencia y ya no quiero usar más un celular común, quiero usar uno donde le pueda ver la cara al otro. No sólo eso, sino que como puedo llamar a un solo amigo lo que necesito es convencer a otros para que tenga ese celular para poder hacerlo. Así que esta idea de cooperación en red y de necesitar expandir loa tecnología, así funciona el mundo, si entendemos eso después van a venir naturalmente las politicas y demás.

El otro punto importante, que creo que es lo que más choca en Uruguay, es que un innovador básicamente va contra el consenso. El innovador está diciendo una cosa que no es obvia y todo el mundo le va a decir que está loco. Si no no sería una innovación, si yo digo una cosa obvia no estoy innovando. A veces esa necesidad de construir consensos que tenemos en Uruguay mata el espíritu de innovación, el innovador necesariamente va a ir contra la corriente, si no no sería innovación. Tenemos que aprender a manejarnos con esa situación, con gente que opina diferente de nosotros en cosas no obvias.

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EC – De la audiencia llega una cantidad de mensajes. De todos ellos elijo uno, el de Alberto, que nos escribe desde Miami y dice: "En nuestro país lo que hace falta es que los políticos se metan en la cabeza que hay que crear la marca Uruguay tecnológico, así como a alguien en su momento se le ocurrió crear la marca Uruguay natural. Los políticos no se han enterado de la tecnología". ¿Les parece bien este camino, esa posibilidad?

JG - Creo que los políticos no se han enterado de lo que es la tecnología y creo que eso es la idea, reemplazar la marca por la otra.

DP – Yo creo que de cualquier manera en este gobierno hay una receptividad mucho mayor hacia la tecnología, soy optimista en ese sentido.

NJ – Fue el congreso más grande de biología del mundo, que fue en Filadelfia, y la delegación de Chile estaba encabezada por el subsecretario de Economía. La región también está despertando a esto y lo está haciendo con mucha fuerza.

EC – No quiero preguntar cómo estuvo integrada la delegación uruguaya.

NJ – Por una persona. Tenemos que cambiar las prioridades, eso es importante para entendernos a nosotros mismos.

EC – A propósito de este Uruguay tecnológico o innovador, me gustaría cerrar la charla con un par de obstáculos o inconvenientes o trabas que ustedes anotaron en esta primera mesa Uruguay 2030. Por ejemplo, Nicolás Jodal habló de la legislación laboral, señaló: "Muchas de las leyes laborales de este país están basadas en un modelo de la fábrica del siglo XIX, donde básicamente había un patrón, un ingeniero y muchos obreros que fabricaban átomos. Hoy muchas veces ya no hay patrón ni obreros; la relación es entre ingenieros para generar bytes, ideas". ¿Cómo estás viendo este aspecto, Nicolás?

NJ – Creo que así como se hablaba de la cooperación en la ciencia y el movimiento cooperativista, así funcionan las empresas que no fabrican átomos sino ideas, que fabrican lo que yo llamaba bits, que es un conjunto entre pares, personas iguales, que se asocian más o menos espontáneamente para realizar una serie de tareas. Normalmente alrededor de proyectos o cosas por el estilo. Yo quisiera que en el futuro fuera contemplado ese modelo de empresa. En última instancia una ley siempre refleja un modelo de empresa o un modelo de funcionamiento, una realidad. Hoy hay una realidad diferente y debería haber algo que la refleje.

EC - ¿A los demás este punto les parece importante?

DP – Es esencial. No sólo eso sino que además se trabaja a distancia, por ejemplo, una persona puede estar trabajando para otro país, puede estar trabajando tres meses en un país, tres meses en otro, ha cambiado la manera de trabajar.

JCB – A mí que vengo de afuera me ha impresionado la cultura del trabajo uruguayo. Definitivamente cualquier innovador que quiera hacer algo en este país en un momento u otro va a chocar contra una cierta manera de pensar o de idiosincrasia de la gente que a lo mejor no está preparada para darse cuenta de que le mundo cambió.

NJ - Lo vemos particularmente cuando tenemos nuevos proyectos que necesitan ser financiados.

EC – Allí estamos con otro de los puntos críticos, de los cuellos de botella.

NJ – El tema del capital de riesgo y otros elementos en Uruguay no existe y son justamente motor de otras economías. Yo digo que en Uruguay no hay capital, es más fácil poner una pizzería que una empresa de biotecnología, porque la gente entiende lo que es una pizzería, pero decirle que hay una posibilidad de generar un nuevo kit diagnóstico que va a tener en el mercado europeo un recibo comercial importante es bastante difícil, no tenemos esa cultura. Tenemos que ponernos todos en la misma línea e ir agregando ese valor, porque cuando se va a ese kit diagnóstico o a esa vacuna, no va una ampolla, la ampolla son los átomos, atrás va de eso va conocimiento, valor agregado de tecnología, los servicios financieros, el sistema educativo del país, ene cosas, que termina en que alguien en algún lugar dice "yo quiero vacunarme con esa vacuna uruguaya". Todavía no entendemos que esto es algo sistémico, que el valor se construye entre varios.

EC – Más de uno en esta mesa en otras ocasiones se ha detenido en este aspecto, en este recurso, el financiamiento. ¿Tienen alguna propuesta para formular?

JG –Eduardo Acevedo en 1951, para citar nuevamente a nuestro gran precursor, había ideado el banco de fomento que se llama hoy Banco República y que se convirtió en un banco comercial común y corriente. Pero la idea original era un banco para fomentar la innovación. Lástima que perdió la batalla.

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Transcripción: María Lila Ltaif
Edición: Mauricio Erramuspe