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Trabajo por Uruguay, una de las "patas" del Plan de Emergencia

El 7 de setiembre de 2005 comenzó a funcionar el programa Trabajo por Uruguay, una de las "patas" del Plan de Emergencia. Arreglando bancos de escuela, pintando locales públicos, mejorando veredas o barriendo calles y plazas, 1.425 beneficiarios del Panes están teniendo la primera experiencia laboral de su vida o volviendo a trabajar tras muchos años de desocupación. Ahora, el Ministerio de Desarrollo Social se dispone a lanzar el segundo llamado a aspirantes para cubrir más de 2.000 puestos laborales. Informe de Mauricio Erramuspe.

La evaluación ministerial y técnica del funcionamiento de este programa es positiva, con más de un 90% de presentismo y cumplimiento de las tareas. De todos modos, se abren algunas interrogantes en los beneficiarios que no tienen claro cómo vivirán después del 31 de diciembre. A muchos les preocupa la posibilidad de volver a la calle, perdiendo los progresos alcanzados hasta ahora. En Perspectiva conversó con beneficiaros, técnicos y responsables del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) para conocer la marcha y el futuro de Trabajo por Uruguay.

Comencemos por explicar qué es Trabajo por Uruguay. A fines de agosto de este año se llamó a las poco más de 7.000 personas que por entonces cobraban el Ingreso Ciudadano a inscribirse en un sorteo para cubrir 1.425 plazas de trabajo. De salir sorteados, comenzarían a realizar tareas comunitarias por cuatro meses, cobrando dos Ingresos Ciudadanos, es decir, 2.726 pesos de salario líquido. Se anotaron 3.925 personas.

Aquel llamado era para cubrir 1.200 puestos en Montevideo y 225 en el interior del país, llegando a las ciudades de Salto, Paysandú, Rivera Tacuarembó, Florida, Maldonado y las localidades canarias de Las Piedras y Toledo.

Dos meses después, en varias zonas de Montevideo ha sido notoria la presencia de estos trabajadores identificados con el logo del MDS.

En la Plaza Zabala se pintó la reja que la circunda y ahora se están arreglando 60 metros de vereda. Allí encontramos a Luis, que tiene 54 años. "Es como nacer de vuelta porque en la situación, al menos la mía, que estábamos en la calle, ya estábamos como entregados, no había salida para uno. Al darnos la oportunidad esta nos encontramos con que sos como una criatura chica entrás a caminar de vuelta, a aprender todo de vuelta y te estás reinsertando de vuelta en la sociedad que es lo que más precisamos nosotros. Volver a ser gente".

Luis vivió durante más de año en la calle. Había quedado sin trabajo, su familia se desintegró, perdió su casa... Cuando se enteró del Plan de Emergencia se acercó a un refugio y allí se integró al programa. En este caso trabaja con la coordinación de la Iglesia Anglicana que tiene un grupo de 55 personas en Ciudad Vieja y otras 40 en Malvín Norte.

Olga trabaja con él. El año pasado debió regresar de Estados Unidos y vive junto a su hijo, su nuera y su nieto de nueve meses. "Estupendo", es el adjetivo que utiliza al describir cómo quedaron los lugares donde ellos trabajaron.

"Empezamos en el Cementerio Central, fue estupendo. Te acordás que vino el temporal aquel, estaba destrozado. Ahora me encantaría que fuera la gente a verlo, a mí me pasaron para otro lado para la obra allá en Rondeau y La Paz que también era un desastre, ahora está quedando estupendo. Me gustaría que todo el mundo fuera al Cementerio cómo quedó y cómo está quedando porque la verdad es que están compañeros trabajando allá. La casa lo mismo. Ahora me pasaron para acá. Esta plaza también, se pintó todita", dijo Olga. 

Como decíamos, Trabajo por Uruguay emplea a quienes cobran el Ingreso Ciudadano en tareas comunitarias que el MDS acuerda con organismos públicos que plantean distintas necesidades. Luego se llama a licitación a las organizaciones no gubernamentales que quieran gestionar las distintas cuadrillas. Son 30 horas de trabajo semanal y seis de capacitación.

Se ha trabajado con Primaria y Secundaria en la limpieza profunda de los locales educativos, mantenimiento edilicio, cuidado de áreas verdes, sanitaria y electricidad. Además se reparan pupitres. También hay convenios con Salud Pública para reparaciones en distintos centros asistenciales, por ejemplo, la vereda del Hospital Pereira Rossell. Con AFE se están desmalezando vías férreas y arreglando galpones. La Intendencia de Montevideo demandó la reparación de veredas, limpieza de áreas verdes tras el temporal y recuperación de basurales.

La evaluación que están haciendo de esas tareas revela que la satisfacción del MDS los organismos públicos y las ONG es alta. Mariela Mazzotti, directora de Desarrollo Ciudadano del MDS afirmó que el cumplimiento supera el 90% en todos los casos. Una realidad inesperada para algunos.

"Una excelente evaluación que te digo más allá de que como en todo programa y en toda circunstancia donde participan personas hay dificultades y hay problemas. El balance es excelente. ¿En qué sentido? Por un lado te quiero destacar el presentismo, la capacidad de trabajo de las personas. Son tareas que en algún momento habían digamos nosotros estábamos muy interesados en que se sostuvieran en el correr del tiempo las tareas. En términos del nivel del rendimiento es mucho más alto que lo que los organismos públicos preveían. Hay un nivel alto de presentismo, es decir, a pesar de que son personas que tienen situaciones familiares complejas, difíciles, que muchas de ellas nunca habían tenido la responsabilidad de un trabajo formal han sostenido en porcentajes muy altos, superior a un 90%, un nivel de asistencia alto con un compromiso importante en la tarea", sostuvo Mazzotti.

El Ciedur (Centro Interdisciplinario de Estudios Sobre Desarrollo del Uruguay) está trabajando en tres Centros Comunales Zonales de Montevideo, en el marco de este programa. Al visitar al equipo que trabaja en la zona de Cordón con 44 personas, la evaluación coincidió con la de Mazzotti. De los 50 trabajadores que tenían inicialmente, a dos se les rescindió el contrato por incumplimiento. Otros cuatro lo dejaron porque consiguieron otro trabajo o se jubilaron. Al principio hubo problemas de relacionamiento, a veces cuesta llegar en hora y en algunos casos, directamente cuesta asistir, según dijeron las coordinadores de ese grupo.

Adriana García es una de ellas y aportó su evaluación tras dos meses de la ejecución del programa: "Dos personas rescindimos el contrato y después las otras han conseguido otro trabajo, otra persona porque se jubiló. Problemas fueron dos, lo demás va bien. Al principio distante como todo, después hemos visto los cambios (...) Todos los días los visitamos en sus lugares de trabajo, nos cuentan sus cosas, quieren que los escuchemos, te das cuenta de que te quieren contar, que quieren que los escuches. Otros cambios en su aspecto físico, cortarse el cabello, teñirse el pelo".

Desde la Iglesia Anglicana que, recordemos, trabaja en Ciudad Vieja y Malvín Norte, Fernando Rodríguez también dio una evaluación positiva del trabajo hasta ahora. Claro, también hay dificultades y dudas hacia el futuro.

"Si pasamos raya hoy, esto es muy positivo, esto realmente le está aportando posibilidades de empezar a construir una ruta de salida, que falta mucho, falta mucho. Nosotros afirmamos que si después de Trabajo por Uruguay si la gente no tiene otra propuesta es bastante riesgoso que se pierda lo que se le ha aportado en Trabajo por Uruguay. Nosotros pensamos en propuestas encadenadas, digamos, ¿no? En realidad si nosotros tuviéramos que presentar lo que hoy tiene el Plan de Emergencia con una secuencia lógica diríamos Ingreso Ciudadano, Rutas de Salida -con estas seis o diez horas de trabajo comunitario- de ahí a Trabajo por Uruguay donde ya son 30 horas de compromiso, es el doble de ingreso, hay más componente educativo y de taller y después alguna cuestión más de puente entre Trabajo por Uruguay y el mercado del empleo", dijo Rodríguez.

Todos los beneficiarios con los que hablamos plantearon su incertidumbre respecto a qué pasará después del 31 de diciembre, fecha en la que terminan los primeros 1.425 contratos de cuatro meses. Recordemos que Trabajo por Uruguay pretende ser una primera experiencia laboral en un empleo transitorio. Esa característica es decisiva. Según el MDS, renovar los contratos atentaría contra la metodología de trabajo. En dos años y medio, se intenta que al menos 15.000 personas puedan tener esta experiencia y comenzar así su reinserción en la sociedad. Sin embargo, quienes ya están trabajando temen perder lo conseguido hasta el momento. Una vez concluido el contrato, los beneficiarios volverían a cobrar el Ingreso Ciudadano, de 1.363 pesos, la mitad de lo que perciben dentro de Trabajo por Uruguay.

Luis, uno de los trabajadores de este plan, teme que al concluir el contrato no pueda pagar la pensión en la que está viviendo, tras más de un año de dormir en la calle. "Date cuenta que para nosotros eso sería un bajón porque una pensión nomás a nosotros nos está cobrando ahora 2.000 pesos. Y si cobramos el Ingreso Ciudadano sería menos de lo que estamos cobrando ahora y ya volveríamos a una situación difícil para nosotros", sostuvo.

Luis y algunos de quienes trabajan con él están tratando de agruparse para comenzar un proyecto laboral estable: "Lo que queremos es agruparnos y poder reubicarnos otra vez al trabajo por intermedio de la Iglesia Anglicana, de la Intendencia, de quienes puedan ayudarnos y seguir en el trabajo constante. Y abrirle además las puertas a la demás gente que va a venir después otra vez a trabajar en lo mismo que estamos nosotros".

Daniel tiene 32 años y trabaja en una de las cuadrillas coordinadas por Ciedur. Antes del Plan de Emergencia, dormía en el Cine Plaza. Luego pasó a un refugio y finalmente salió sorteado para Trabajo por Uruguay. Al hablar con En Perspectiva recordó las dificultades que tenía para conseguir empleo. Dijo que fue a varias entrevistas sin nunca lograr que lo llamaran. Si bien está satisfecho con estos dos meses de trabajo, tiene reparos.

"No es lo ideal porque a nosotros ahora en diciembre el 31 ya se termina el contrato (...) Ese es el gran problema. Yo me estoy moviendo pero la verdad es que es complicado. (...) No me conforma a mi eso porque con 1.300 pesos no se puede vivir. La veo complicada", explicó Daniel.

Y Washington, de 56 años, también trabaja en esa cuadrilla y tiene las mismas dudas para el futuro: "El trabajo es el trabajo, que le cambia la calidad de vida a la persona, todos los que se quieran superar, digo yo, que quieran salir para adelante... Ahora seguimos hasta el 31 de diciembre y la expectativa de todos es qué es lo que va a pasar. (...) Todos quieren seguir, pero no se sabe, esa es la expectativa, qué es lo que va a pasar..."

Está claro que este es un problema para los beneficiarios de Trabajo por Uruguay. Por parte del MDS se está trabajando en algunas alternativas. La cartera evalúa distintas soluciones para esto. Según Mariela Mazzotti, la directora de Desarrollo Ciudadano, se está analizando qué medidas tomar con quienes egresen de Trabajo por Uruguay, junto a la Dirección Nacional de Empleo.

"Uno sabe que en cuatro meses no se culmina pero sí sabemos que es un proceso que marca con mucha fuerza a las personas, establecen relaciones sociales y entonces es como un punto de partida para continuar con otros procesos en otros programas. (...) Actualmente las personas al terminar vuelven al programa de Ingreso Ciudadano, vuelven a recibir el Ingreso Ciudadano, por lo tanto sus ingresos no quedan en cero. Y estamos en coordinación con la Dirección Nacional de Empleo diseñando un programa en coordinación con la Junta Nacional de Empleo para que estas personas al terminar Trabajo Por Uruguay puedan ser orientados a otros programas de capacitación laboral, de apoyo a estas iniciativas que pueden estar surgiendo", dijo Mazzotti.

Otros técnicos también han propuesto la posibilidad de que se renueve por única vez el contrato. Fernando Rodríguez, de la Iglesia Anglicana, opinó que uno de los problemas es que la secuencia de abordaje a la realidad de estas personas no se ha terminado de coordinar. Entonces pueden aparecer algunas dificultades que se resolverían renovando el contrato por única vez.

"Si la cadena de secuencias está bien armada, te diría que sí, que estamos de acuerdo con que no repita. Ahora, yo creo que como alternativa hasta que la cadena esté armada de buena manera, no sería una mala opción que la gente pudiera repetir cuatro meses más en el entendido en que es alternativo a algo que todavía no está suficientemente armado. Lo ideal no es eso pero como lo ideal no ha sido muchas de las cosas y hemos ido subsanando digamos, por ahí no es una mala opción que la gente repita cuatro meses. No está planteado formalmente como propuesta, es de los temas que estamos analizando", explicó Rodríguez.

A esto se suma que el mercado de trabajo aún no puede absorber a estas personas y además, se piensa que demorará mucho en hacerlo. Entonces, más allá de que se aclara que Trabajo por Uruguay es un programa bien articulado y se reconoce el trabajo de los responsables del MDS, desde las organizaciones no gubernamentales se afirma que habría que analizar más las vías de egreso.

Por ejemplo se piensa en la organización de los beneficiarios para continuar en tareas comunitarias, ya en una condición de mayor independencia aunque acompañados por el Plan de Emergencia y las ONGs. En Ciudad Vieja varios de los que trabajan junto a Luis piensan en formar una cooperativa de vivienda y en proponer trabajos en el Cementerio Central, donde ya estuvieron. Otros, como Daniel, empezaron a buscar trabajo pero esa no parece la opción más fácil en este momento.

Rodríguez contó que todos los días reciben estas inquietudes e iniciativas. Incluso, algunas cuadrillas tienen delegados que se reúnen con él para conversar de estos temas y hacerle sus planteamientos: "Nosotros solución como Iglesia Anglicana no tenemos. Lo que sí tenemos la voluntad de acompañar todo aquel proceso que le permita a ustedes el 2 de enero estar en una propuesta distinta. Ahí vamos a acompañarlos. Inclusive yo le pedí a algunos de ellos que tenían algunas ideas en la cabeza, que las escribieran. Que le pidieran apoyo a los educadores para sentarse en una máquina y escribir la propuesta. Un señor que es galponero y que con pocas herramientas podemos empezar (...). Tres, cuatro propuestas, escribir eso y el 10 de diciembre se la presentamos al Ministerio y decimos acá hay un posible acompañamiento a esta gente. Se podrá hacer por rutas de salida, se podrá hacer por la Junae, por donde sea pero hay voluntad humana concreta de los tipos no volver ni al refugio, ni a la calle, ni a otra cosa".

Mientras estas cosas se van definiendo, en pocos días se hará el segundo llamado a inscripción. Serán unas 2.100 plazas laborales, fundamentalmente en el interior del país. El tipo de tareas es el mismo que hasta ahora, mientras se suma una colaboración con el Ministerio de Salud Pública en la campaña contra el dengue, por ejemplo con la sustitución del agua de los floreros de los cementerios por arena.