Entrevistas

Investigaron en Montevideo atentado contra la AMIA

Los servicios de inteligencia argentinos y estadounidenses trabajaron en Montevideo para identificar al autor del atentado que en 1994 voló la AMIA en Buenos Aires. Contacto con el corresponsal en Maldonado, Marcelo Gallardo.

(Emitido a las 8.41)

EMILIANO COTELO:
La noticia tuvo un gran impacto en la República Argentina la semana pasada: se logró avanzar en la confirmación del nexo de la organización Hezbollah con el atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita-Argentina (AMIA), incluso identificando a quien fue el atacante suicida que llevó adelante la detonación.

¿Cuál es la novedad hoy? ¿Qué es lo que llama la atención en la prensa uruguaya a propósito de este caso? Este título del diario El País: "Ataque a la AMIA se investigó acá en Montevideo".

La crónica empieza diciendo: "Era el mediodía del 8 de junio de 2001. En una habitación del hotel Hermitage, de Pocitos, un libanés ex integrante de Hezbollah, Bassan Chamás, conversaba con su primo, Issa Chamás. Había venido a Uruguay tentado a concretar un negocio, pero la oferta de su pariente fue algo que tal vez no esperaba: colaborar con los servicios secretos de Argentina y del FBI en la identificación de los responsables del atentado del año 1994 a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). En el cuarto contiguo del hotel oficiales de inteligencia de Argentina y Estados Unidos escuchaban la conversación; ni bien percibieron indicios de que Bassan Chamás, a quien apodaban ‘Caimán’, iba a cooperar, esos agentes irrumpieron en el cuarto.

Durante los dos días siguientes le tomaron declaraciones en las que este hombre apodado ‘Caimán’ identificó a Hussein Berro –en realidad su apellido original es Brru–, como autor material del ataque a la AMIA. La semana pasada los fiscales argentinos que investigan la causa también señalaron a Hussein Berro, un joven de 21 años que militaba en Hezbollah, como suicida responsable de aquel atentado".

Marcelo Gallardo, nuestro corresponsal en el departamento de Maldonado, había estado trabajando en esta pista. Marcelo también es corresponsal del diario El País.

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Marcelo, ¿cómo se llega a este dato, que buena parte de este enigma empezó a aclararse acá en Uruguay?

MARCELO GALLARDO:
Comienza a raíz de la confirmación que hubo la semana pasada en Buenos Aires de lo que tú decías de que este señor Berro, como le llegaron a poner en Argentina,  había sido el autor material del atentado que voló la AMIA. En realidad, una vez que se conoció la historia comenzó a aflojarse por parte de algunas personas que habían trabajado, o por lo menos se había permitido que en Montevideo, que al parecer es un lugar para hacer negocios, al ser una plaza interesante y tranquila, fuera el lugar elegido por varios servicios de inteligencia extranjeros para poder infiltrar a estos dos sujetos que forman parte del Hezbollah. Sobre todo uno de ellos, Bassan Chamás, apodado Caimán, que es muy cercano al sheik Nazim Kasen, que es una de las principales figuras de Hezbollah y que vive en Beirut, fue miembro de la custodia de estas altas figuras de la organización que opera sobre todo en la frontera con Israel.

Hay otra información que está circulando que dice que junto a ellos habrían venido otros elementos del Hezbollah que habían sido infiltrados o seducidos por la posibilidad de poder abrir algunos negocios y resulta que en realidad fue una especie de celada organizada por el FBI, la CIA y un sector de la Secretaría de Información e Inteligencia del Estado argentino –la famosa sala patria–, que está dividida en varios compartimentos de acuerdo con la ubicación o el local que tienen en la ciudad de Buenos Aires. Muchos de estos centauros, como se les decía, fueron purgados por Kirchner, muchos de estos agentes que intervinieron en la operación luego fueron despedidos de la SIDE, es gente que está trabajando por fuera, creo que incluso alguno de ellos está armando una página en Internet de tipo informativo en Buenos Aires donde se da abundante información, que si uno la mira no tiene una redacción periodística sino también de tipo servicio de inteligencia.

EC – La nota de El País cuenta que "personal de inteligencia argentino y estadounidense trabaja en los primeros meses de 2000 en forma conjunta en un grupo denominado Centauro para intentar ubicar alguna pista que lo llevara a los responsables de los atentados a la AMIA. Estaban atrás de una persona que creían que podía brindar algún dato clave, una persona a la que denominaron Yacaré, que vivía en Ciudad del Este, era el apodo de Issa Chamás. A él, que aceptó colaborar, lo sometieron a pruebas caligráficas para detectar mentiras en su relato, las superó todas. Yacaré tenía un primo viviendo en Líbano, Bassan Chamás, al que llamaron Caimán; los servicios dispusieron una estricta vigilancia de Caimán en Beirut, se seguían todos sus desplazamientos. En febrero de 2001 Yacaré fue trasladado desde Ciudad del Este a Buenos, su hijo mayor había sido enviado a Líbano a tomar contacto con Caimán, una vez allí le hizo una oferta comercial que Caimán aceptó en abril. Con ese motivo fue que ambos emprenderían un viaje a Sudamérica".

MG – En la Embajada Argentina aquí en Montevideo hay un centauro –ahora tienen otro nombre, se lo han cambiado porque fueron todos purgados por Kirchner–, es un espía de la SIDE, que hizo contacto con las autoridades de Inteligencia de Uruguay. Se necesitaba un lugar que no fuera Argentina, porque traerlos a Buenos Aires implicaba sellarles el pasaporte y, obviamente, no sólo están los servicios de inteligencia involucrados en este servicio, había otros que también podían detectar la presencia de esta gente del Hezbollah en Buenos Aires. Entonces, se eligió Montevideo porque es un lugar tranquilo, la gente no se preocupa mucho y dos libaneses con esos apodos, Caimán y Yacaré, no despertarían la sorpresa de nadie en el Hotel Hermitage. Allí fue que se realizaron los encuentros, además de en una casa en Juan Lindolfo Cuestas, que fue empleada por los agentes del FBI y de la SIDE para la infiltración o captación de esta gente para lograr información no sólo de la voladura de la AMIA sino también del secuestro de un avión de la TWA que había ocurrido durante el gobierno de Ronald Reagan. Esto era lo que preocupaba a las autoridades de Estados Unidos porque allí fue torturado y asesinado un infante de marina estadounidense, provocando una reacción bastante fuerte de la opinión pública de Estados Unidos que obligó a Reagan a presionar a los servicios de inteligencia para tratar de captar al autor del secuestro y asesinato del ciudadano estadounidense. Lo curioso de la información y lo que me llamó particularmente la atención es cómo los servicios de inteligencia... uno mira esta información y se acuerda del caso Berríos, viene una cosa de la mano con la otra porque, obviamente, acá hubo una indagatoria de lugares de servicios de espionaje que deben haber recurrido a sus amigos de Uruguay para decirles "necesitamos interrogar a dos personas y estar tranquilos de no involucrarnos", porque ni Brasil ni Argentina daban las garantías de tener un lugar seguro donde poder interrogar a estos dos señores.

EC – Fuentes oficiales y de la Dirección de Inteligencia de la época confirmaron estos entretelones. Las autoridades de Inteligencia dijeron que "los servicios uruguayos en 2001 no sólo estaban al tanto de la operación sino que colaboraron con ella en cuestiones denominadas logísticas. Eso implicó que instruyeron al consulado de Uruguay en Líbano para que otorgara rápidamente la visa a Caimán, arreglaron el alojamiento de él y de su primo y también facilitaron el movimiento de los agentes del FBI y de Argentina", informa El País.

MG – Hace algunos días, cuando comenzó a surgir algún indicio de esta posibilidad, estuve chequeando con fuentes militares, cuando les planteé a dos coroneles del Ejército qué era lo que estaba pasando quedaron duros. Primero no apunté hacia el lado de lo que pudiera ser la Dirección Nacional de Información e Inteligencia o hacia el Ministerio del Interior o alguna fuente política, uno piensa en estas cosas y –será por una deformación profesional– piensa en el Ejército o en un sector de las Fuerzas Armadas. Cuando les hice estos planteos a los dos funcionarios militares quedaron bastante duros; obviamente, están muy chamuscados con el tema Berríos, no es lo mismo, pero uno empieza a ver cómo un día los agentes chilenos andan por Uruguay, ahora tenemos al FBI, e incluso se precisa que el jefe de la estación del FBI en Buenos Aires, Gulian Godoy en aquella época, llegó a firmar un acta de interrogatorio con Bassán Chamass y lo curioso del caso es que la SIDE sacó fotos que circulan donde aparecen los dos libaneses, el agente del FBI y el agente de la SIDE en la habitación donde se hacían los interrogatorios en Montevideo, que ocurrieron entre el 9 y el 10 de junio de 2001.

EC – Sí, las fotografías están en la cobertura de El País.

MG – Llama la atención, cómo esta gente pudo operar. Aparte, muchos de ellos agentes uruguayos o, por lo menos, personal uruguayo que trabajó en esto no sabían muy bien de qué se trataba; no sé las jerarquías. Es una nota que habla de la realidad internacional y cómo de alguna manera pega aquí en Montevideo.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe