No hay que alarmarse pero sí debemos saber que estamos hablando de un problema mundial. En la página web de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se la denomina como una amenaza cada vez mayor para la salud humana, tanto en el agua para baños como en el suministro de agua potable. De todas formas, desde ya vamos a dejar claro que hay maneras de protegerse de esta amenaza.

Cuando uno se baña en la playa las cianobacterias pueden provocar problemas en la piel, intoxicaciones gastrointestinales, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, tos seca, fiebre y dolor de cabeza. En casos muy raros, puede provocar la muerte, pero estamos hablando de casos en los que una persona tome más de cinco litros de agua altamente contaminada, un problema del que en Uruguay no se han confirmado casos.

Tenemos casos bastante cercanos de intoxicaciones masivas en playas, en 2003 el tema apareció con mucha fuerza en Argentina. El primer caso se conoció en el Río Paraná a fines de 2003 apareció una intoxicación masiva entre la población que vivía en la ribera del Río Paraná, a 30 kilómetros de la capital de Misiones. En ese caso muchos pacientes empezaron con erupciones en la piel después de estar en contacto con las algas y otros llegaron a sufrir enfermedades hepáticas graves. De hecho, en marzo de 2003, se declaró el estado de alerta uno por el avance de estas algas, esa decisión se tomó en base a un informe del Instituto Nacional del Agua (INA) de Córdoba, que confirmó la presencia de una alta concentración de microcystinas, nombre científico de la toxina que libera este tipo de alga llamada cianobacteria.

El caso más famoso por baños recreativos en playas contaminadas se dio en Australia en 1995. Allí 850 personas presentaron gastroenterocolitis, alergias, fiebre y úlceras en la piel como consecuencia de siete días seguidos de cianobacterias en un playas.

El docente Daniel Panario, coordinador del Postgrado de Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, que fue el que disparó el tema en el último Foro sobre contaminantes ambientales, explica cuáles son los síntomas que puede sentir alguien que se bañe en una playa contaminada y pide un mejor servicio de alertas por parte de las Intendencias.

"Generalmente lo que provoca son reacciones alérgicas y si se traga agua (contaminada) a mediano o largo plazo puede generar problemas. Si la concentración de toxinas es muy alta puede generar problemas en forma inmediata, pero nosotros aspiraríamos a que existiera un servicio de alarma. Por ejemplo, la Intendencia de Canelones en este momento va a hacer un curso con técnicos de la IMM a los guardavidas para que sepan reconocer la presencia del alga, (y en ese caso) le pongan bandera roja y puedan alertar a la población. Una cosa tan sencilla como esa...", dijo Panario.

Lo que dice Panario es que si bien Montevideo y Canelones lo hacen de manera aceptable, los departamentos del Norte no. Y es justamente donde más se necesitan porque los que salen peor parados cuando hablamos de cianobacterias son el Río Uruguay y el Río Negro. Lo que dice Panario es que bajo ningún concepto hay que bañarse en la playa si uno sabe que hay cianobaterias.

Existen casos detectados en otras partes del mundo de personas que murieron como consecuencia de la microsystina. Por ejemplo, en Brasil en 1985 se registraron 2.000 casos de pacientes con gastroenterocolitis aguda que habían tomado agua potable contaminada y 88 de esos pacientes murieron.

En Uruguay, quedan ciertas dudas. Según el científico Daniel Panario, hace tres años UTE le encargó un estudio a la Facultad de Ciencias por el alto índice de muertes por tumores hepáticos entre funcionarios que trabajaban en la represa de Rincón del Bonete, que como vamos a ver, la represas son los lugares con más alta concentración de cianobacterias. El estudio de la Facultad de Ciencias detectó niveles altamente tóxicos de microsystina, la toxina que largan las algas, en el agua que UTE les daba para tomar a sus trabajadores.

La denuncia más fuerte de Panario es contra OSE, él dice que todavía es muy pronto para atacar a las autoridades nuevas pero está seguro que las autoridades anteriores sabían perfectamente que muchos de los cauces de los que sacan agua para potabilizar estaban contaminados con cianobacterias y no hicieron nada para solucionarlo. Ni siquiera alertaron a la población. Los efectos nocivos de la microsystina, la toxina que largan estas algas, se eliminan con filtros de carbono en las plantas potabilizadoras. Pero, según el investigador de Facultad de Ciencas, la OSE no los usa porque son muy caros. "Filtrar el agua de medio Uruguay es muy caro, pero informar a la población es lo que debiera hacerse de aquí en más. Yo es lo que espero que hagan las nuevas autoridades", dijo Panario.

Según la literatura que figura en internet, estamos hablando de una toxina cancerígena, sobre todo en los tejidos blandos como el hígado y, además, se trata de una toxina bioacumulativa. Por eso, para Panario, se trata de un problema realmente serio y le parece que lo mínimo que debería hacer OSE es alertar a la población sobre este problema.

"Es realmente preocupante por dos motivos: primero porque se va a incrementar, y en segundo lugar porque es bioacumulativa. Si uno toma una vez no le pasa nada, pero si toma dos, tres... o toma todos los días termina agarrando un cáncer. Entonces a la larga es un problema preocupante. Acá en Uruguay el temor es a la alarma pública y no se comprende que el pueblo uruguayo es muy maduro y quiere tener confianza en las autoridades, explicó Panario.

Aparece una primera solución, la toxina no se va si uno hierve el agua pero sí cuando se usa un purificador de agua. Es un aparato, como una especie de colador, por la que se puede pasar el agua antes de tomarla.

Respecto al tema la respuesta del director de OSE, el ingeniero Carlos Colacce, genera cierta calma. Si bien se están tomando medidas al respecto, Colacce confirma lo que señalaba Panario. Según Colacce, OSE es consciente de este problema desde la década del 70.

"Es un problema de características mundiales. Han habido ciertos cambios climáticos que se estudian de forma más macro. Los períodos de sequías y altas temperaturas han (provocado) la proliferación de estas algas, dijo Colacce.

El director de OSE señala que están monitoreando los cauces de agua que usa la red y que si se detectan índices altos de cianobacterias lo tratan con carbón activado en polvo. Además, Colacce sostiene que las nuevas autoridades decidieron empezar un estudio que analice el impacto que puede tener esta toxina sobre la salud.

Se trata de un tema de escala mundial, afirmó Colacce. Un muestreo que se tomó  en la zona de influencia del Puerto de La Plata en Argentina, por especialistas de la Universidad Nacional de La Plata, advierte sobre la presencia de esta toxina en la superficie del agua que no se elimina con el proceso de potabilización y que puede causar cáncer de hígado, señala el informe textualmente. El informe habla de un riesgo concreto para la salud de la población y pide al gobierno provincial medidas urgentes.

Con la muestra de agua los especialistas de la Universidad de La Plata hicieron un experimento con resultados preocupantes. Inyectaron agua contaminada a ratones de laboratorio y todos los animales "murieron en menos de 40 minutos". Los científicos disecaron a los ratones y comprobaron que sus hígados habían "variado de color, tamaño y peso". Este estudio llega desde Argentina. Pero el director de OSE asegura que en nuestro país no existe ningún tipo de riesgo para la población y que, incluso, sus hijos toman agua de la canilla todos los días.

"No tenemos ningún indicio de generar ningún tipo de alarma a la población, si no por supuesto que lo haríamos. Damos la total tranquilidad respecto al consumo del agua", afirmó Colacce.

Estas cianobacterias se generan, según explica Gustavo Nagy, doctor en Oceanografía y único integrante uruguayo del Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, es que cuanta más gente hay, aparecen más cianobacterias.

"Cuanta más gente hay y más aparatos digestivos, hay más materia fecal y más orina. Hay más nitrógeno y más fósforo. La relación  es matemática y funciona para todo el mundo. (...) La otra causa es la erosión de los suelos. La tercer, y más importante, es la aplicación de los fertilizantes, nitrógeno y fósforo. (...) Todo aquello que no es utilizado por los cultivos agrícolas y se va a los ríos, de ahí a los estuarios y a los océanos costeros", dijo Nagy.

El oceanógrafo habla de las represas, que son un factor que incide muchísimo en la floración de cianobacterias. Pero sobre todo tiene que ver con el calentamiento global. Según Nagy, un estudio reciente señala que las enfermedades relacionadas directa o indirectamente con el calentamiento global se van a quintuplicar en 25 años. Y las cianobacterias son un factor directamente relacionado con el aumento de la temperatura.

Como Panario, Nagy se queja de la respuesta que dan las autoridades y exige que se tomen medidas de precaución y que no se espere a que el problema ya esté fuera de control.