Hace 40 años, en Parque del Plata, la primera calle desde la costa era la "A" llamada Ferreira.

Para llegar a la orilla del río, había que caminar unos 200 ò 250 metros entre dunas y acacias.  Hace unos años, alguien sin los estudios correpondientes, hizo la famosa rambla, para acceder a los balnearios por la costa y ganar al mismo tiempo una manzana más para los balnearios. Ahora la naturaleza está tomando venganza, sigue alimentando las dunas que ya no existen y llenando de arena las casas sobre la rambla.

Esa primera manzana es manzana de dunas. Los que tienen sus casas ahí deben saber desde ahora que la naturaleza no se detiene por decreto ni por medidas urbanísticas caprichosas. Las casas están en donde deberían estar las dunas y las acacias que eran el natural muro de contención.

Ahora solo queda lamentarse y esperar que no sople más el viento, para que no arruine los jardines.

Ruben

Parque Batlle