El Parque Rodó, un paseo típico de los montevideanos
Con más de cien años el Parque Rodó es uno de los paseos obligados para locales y turistas. Sin embargo, desde hace años parece estar igual. Ha incorporado algunos restaurantes y servicios, pero en cuanto al equipamiento del parque en sí y en las atracciones mecánicas, parece detenido en el tiempo. Los concesionarios de los juegos dicen que no es así, que hay renovación y que atracciones como las que hay hoy son las que Montevideo puede tener. En la Intendencia, en tanto, hay muchos planes para revitalizar todo el parque, incluidos los juegos. Vamos a echar una mirada a esta zona central de Montevideo. Informe de Mauricio Erramuspe
El entonces Parque Urbano, hoy Parque Rodó, fue el segundo de Montevideo, creado por ley el 10 de febrero de 1896. En la década de los cincuenta comenzó a incorporar las atracciones mecánicas, al impulso de inmigrantes italianos cuyos familiares -nietos o hijos- siguen siendo hoy los que los explotan.
El diagnóstico que hoy hace la Intendencia de Montevideo sobre esta importante zona es que se ha ido fragmentando, generando áreas de poca luminosidad y, por esto, inseguras. Entonces, en un plan que seguramente lleve los cinco años de la actual administración del intendente Ricardo Ehrlich, la comuna se plantea varias mejoras en infraestructura. Se incorporarán nuevas ofertas gastronómicas, estacionamientos y se mejorará la caminería y la iluminación.
Manuel Negro, director de la División de Promoción Económica de la Intendencia, explicó cuál es la preocupación que motiva este plan de obras y concesiones: "Hay zonas más oscuras que da lugar a que se transforme en esos lugares más inhóspitos y donde las familias a veces no participan de la forma más activa. Nosotros queremos poner al Parque Rodó de alguna manera con un criterio que tuvo en su historia, actualizado a la realidad que tiene el mundo (...) y a la realidad del país que tenemos. La meta es transformar este parque porque para nosotros es uno de los más bonitos que tiene la ciudad, bonito y tradicional, que debe ser usado de alguna manera usado por todos los montevideanos y fundamentalmente por los niños. Que se vuelva a transformar en algo típico, en algo atractivo y en algo de alguna manera usado por la mayor cantidad de ciudadanos".
Las obras para mejorar la iluminación del Parque, sumadas a una mejora en algunas de las instalaciones están por comenzar. También estos días se abre la licitación para lo que fue Plaza Mateo, que seguramente incorporará otro restaurante o parador con espectáculos en vivo. Se piensa que la recuperación de ese punto emblemático de la rambla puede renovar los aires de toda la zona. Además, a mitad de año de inauguró el restaurante Rumy donde era el tradicional Bar Nelson. Un poco más arriba, se buscará licitar y recuperar del Parador Artigas.
Pero la principal apuesta de la Intendencia en el Parque es la remodelación del Teatro de Verano que comenzará tras el Carnaval de 2006. Negro adelantó que la idea es que el escenario tenga actividad todo el año, más allá del tradicional concurso de Momo. Para eso se piensa en un gerenciamiento como el que tiene el Teatro Solís.
"Todo este proyecto que estamos hablando tiene un punto importante y culminante en el desarrollo del Teatro de Verano. Está previsto para el año que viene producto de que Carnaval (...) Se va a arreglar su piso, su techo, sus instalaciones (...) Va a haber por lo menos la intención que parecería del intendente de hacer un gerenciamiento dentro del Teatro de Verano para transformar ese histórico y bonito lugar que tiene Montevideo en una actividad lo más permanente posible, que no se transforme sólo en actividades esporádicas y de Carnaval", dijo Negro.
En cuanto al parque de atracciones, la Intendencia no tiene proyectos específicos. Sí se piensa que todas las obras en su entorno terminarán generando una mejoría también en esas instalaciones, ya sea por imitación o por la mayor concurrencia de personas.
Respecto a los concesionarios son los mismos desde que se iniciaron los juegos en el Parque Rodó, los juegos surgen en la década de los 50 con la llegada de inmigrantes italianos que en Europa ya habían tenido alguna experiencia en parques de diversiones.
Uno de ellos fue el abuelo de Robert Gioga. Era chapista y llegó a Montevideo huyendo de los efectos de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces la familia Gioga opera varios juegos del Parque Rodó y hoy, por ejemplo, tiene la mayoría de las atracciones del sector infantil, llamado Parque Infantil Dionisio Díaz, además de estar asociada en otros de la zona de mayores, más cercana a la Playa Ramírez.
Robert cuenta que lo que más incide en la continuidad del negocio es la tradición familiar y no tanto la rentabilidad: "Mirá esto sigue por una cuestión lógica, como muchos negocios familiares, arrancaron de a poquito, han tenido un período de desarrollo, hoy por hoy seguimos peleándola por una cuestión lógica de que hay que cambiar para poder permanecer. Pero si tu me dijeras `vos esto lo harías de cero´... Hoy por hoy, no. Esto está por herencia y por amor pero no es un negocio que te diría que me dedicaría a esto (...) Lógicamente vivimos de esto pero... más que tender a desarrollarse tiende a desaparecer".
Hoy en día, el parque tiene 40 atracciones mecánicas, operadas por cuatro permisarios. Algunos juegos son explotados independientemente y otros por sociedades creadas entre algunos de esos permisarios.
Luego vamos a ver qué piensan estos permisarios en cuanto a la renovación de los juegos pero me parecía bueno rescatar dos historias de atracciones que son o eran un clásico del parque.
Quién no corrió alguna carrera en el Ocho, quién no escuchó la frase "retiren el pie del pedal, frenen, terminó la vuelta...". Seguramente, un clásico de muchas generaciones. Hace cinco años no está más ese juego. Quien lo explotaba, Fernando, decidió retirarlo porque no era un buen negocio pese a su fama. Esta decisión incluso le trajo problemas con sus amigos.
"Antiguamente estaba el ocho acá, era un público muy guerrero, muy de manejar, de chocar, lo saqué por eso mismo. Era un público de la juventud (...) Mis amigos y eso, mucha gente, se ha enojado conmigo... Ese juego lo fabricó mi padre en lo años 60, con un éxito bestial. Creo que no hay ningún uruguayo que no haya aprendido a manejar en el Ocho... Hay muchas anécdotas del Ocho pero cuando yo renové el parque a nivel de números, el Ocho no era comercial porque todos los juegos,0 los juegos en los que la gente maneja y puede romper, ganas cinco pesos y gastás siete en repararlos", dijo Fernando.
Este año, otro juego cobró más fama de la que tenía. Nos vamos a la esquina de 21 de setiembre y Bulevar Artigas. El 23 de agosto allí como en todo el país el viento sopló más fuerte que nunca y de los muchos árboles que cayeron, uno lo hizo sobre el carrusel destrozándolo completamente. El juego tenía más de 20 años en el parque.
Robert Gioga es su dueño y ahora su principal apuesta es recuperarlo completamente, en un trabajo que no es fácil y viene realizando desde el momento mismo del temporal: "El proyecto fue que ya que tuvimos la mala suerte de la tormenta del 23 agosto de sufrir esa desgracia que la presencié y no fue nada agradable ver caer los árboles arriba del juego... Nosotros dijimos, ya que estamos jugados y el juego quedó destruido vamos a hacerlo de nuevo recuperando. La idea fue darle una segunda juventud poniéndole piso nuevo, techo nuevo, recuperando toda la pintura, poniendo toda la parte de cañería que se había destruido a nuevo. O sea, el juego se está dejando cero kilómetro".
"Un negocio que tiende a desaparecer", decía Gioga en la primera parte de esta nota. La apuesta a la renovación entonces es imperiosa pero no se basa en los juegos sino en el entorno, en planes que tenderían a complementarse con el de la Intendencia.
El régimen en el que operan estos juegos desde su surgimiento es el de permisos precarios y revocables. Además del pago de un canon mensual, contribuyen a la Intendencia con un 3% de la venta de boletos, además del pago de IVA y de los otros impuestos municipales.
¿Por qué no se puede renovar los juegos? Fernando, uno de los permisarios, dijo que el parque no está desactualizado, dentro de las posibilidades a las que puede aspirar nuestra ciudad. Según él, con tres meses de operativa más o menos rentable hay que sustentar la actividad todo el año y los márgenes de utilidades no son muy amplios.
Fernando, permisario afirmó que este es el parque que puede tener Montevideo. Hay juegos monumentales en los parques de diversiones del primer mundo pero serían imposibles de costear en nuestra ciudad.
Gioga nos explicó un poco más esta idea. Es claro que Montevideo no puede aspirar a los atractivos de los grandes parques de diversiones, salvo que el mercado actual que se maneja cambie mucho: "Siempre se está tratando de innovar dentro de las posibilidades del mercado. Por ejemplo tu no podés hacer aquí y creo que nadie haría una inversión millonaria, grande como las que puede haber en Estados Unidos o en Europa. Hay juegos que dicen que pueden llegar a valer 70.000.000 de dólares. Montañas rusas descomunales pero qué le vas a cobrar una persona, 20 dólares la entrada. No podés, tiene que ser algo adaptado al mercado de consumo de Uruguay".
Desde la Intendencia también se reconoce las dificultades para renovar el parque de juegos. Negro dijo que en toda su gestión no ha recibido propuestas que permitan pensar en un crecimiento de la oferta en ese sentido.
Gioga contó que las ideas para el futuro pasan por mejorar el equipamiento urbano del parque, además de fomentar esa integración entre las distintas zonas de este tradicional paseo montevideano.
"La idea a futuro de poder mejorar todo el parque, que tu desde la entrada misma encuentres un lugar remozado, mejorado, arreglado, limpio, con sus contenedores para desperdicios, bancos para poder sentarse, bebederos, teléfono público (...) Yo creo que con tiempo se puede hacer. De pronto con tiempo y con un poco de esfuerzo se puede hacer", dijo Gioga.