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Tras dura batalla legal uruguayo logra residencia en Suecia

Luego de pasar dos años y medio amenazado de expulsión y tras una larga batalla jurídica convertida en lucha colectiva y mediática en Suecia, el uruguayo Gustavo Marenales, nieto de Julio Marenales (fundador del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros), puede residir legalmente en Suecia. "Es increíble, un milagro caído del cielo, no me lo creo", dijo Gustavo.

El pasado 9 de noviembre la Dirección General de Inmigración de Suecia autorizó a que Gustavo resida indefinidamente en el país con su tutora legal, la sueca de origen uruguayo Carla Koencke Andersson, en su última oportunidad de evitar la expulsión decretada por Extranjería, según informó Terra.es.

En los últimos meses el caso de Gustavo Marenales, de 16 años, fue objeto de la atención de los medios suecos que relataban el drama de un menor perfectamente integrado a la sociedad de ese país pero que no podía quedarse allí.

La infancia de Marenales fue muy problemática, marcada por el divorcio de sus padres. El joven recuerda con dolor aquellos años y cómo el único sitio donde estaba bien era en casa de su vecina la madre de Carla Koencke. Allí vivió incluso un tiempo, cuando nadie se pudo ocupar de él, hasta que con 12 años, su padre y su abuelo fueron a buscarlo y decidieron que ya era mayor para vivir solo, informó el portal español.

Ante esta situación, Carla, que viajaba con frecuencia a Uruguay, decidió, con el consentimiento del joven presentar una denuncia ante el juez de Familia, quien ante la incomparecencia de sus padres naturales y las pruebas, decidió concederle la tenencia compartida finales de 2002 y, en mayo de 2003, en exclusiva.

Ya en Suecia, y a pesar de que el menor estaba a la espera de legalizar su situación, las autoridades de Nacka permitieron su escolarización. Dos años después Inmigración decidió rechazar la solicitud de residencia, el primer paso hacia la expulsión.

Ante esto, y mientras apelaban la resolución a Extranjería, Carla y Gustavo reunieron 9.500 firmas de protesta en Nacka, el consistorio local en bloque reclamó una rectificación aludiendo a la convención de derechos de la infancia de la ONU y compañeros, padres y profesores hicieron lo propio al organizar varias manifestaciones. Fue así como el "caso Gustavo" empezó a aparecer en los diarios locales para luego pasar a los de tirada nacional, los principales canales de televisión y ocupar la portada del 'Dagens Nyheter' (el periódico más prestigioso del país) a finales de noviembre.

Ante la resolución de Extranjería sólo quedaba una última oportunidad, una ley que entró en vigencia hace un mes, donde todas las decisiones de Extranjería, desde entonces y hasta marzo de 2006, debían ser aprobadas de nuevo por Inmigración, que ahora ha reconsiderado el caso.

De ahora en más, la vida de Gustavo pasará por estudiar Economía y olvidarse, cuanto antes, de los malos momentos que quedaron atrás gracias a esta nueva resolución.