Además, la medida contempla que las autoridades podrán tener en cuenta el grado de integración del eventual beneficiado, lo que permitirá a aquellos considerados "buenos suizos" obtener el "permiso C" después de cinco años de permanencia en el país, en lugar de los diez anteriormente requeridos, informó  Univison.com.

La Oficina Federal de Migraciones suiza indicó que con la modificación se busca "hacer explícita la contribución de los extranjeros a la integración, que pasa por el respeto al ordenamiento jurídico y los principios democráticos, el aprendizaje de uno de los idiomas nacionales y la voluntad de participar en la vida económica del país".  
 
Los idiomas que se hablan en Suiza son: francés, alemán (idioma mayoritario), italiano y romanche. No obstante, la aplicación del nuevo reglamento queda a la potestad de los cantones, que, según la prensa, tiene como principal problema que la financiación de los cursos "no está demasiado clara entre la Confederación y los cantones".

"En el fondo Suiza no necesitará medidas coercitivas de integración dado que no registra problemas agudos al respecto y la inmigración extra europea está ya fuertemente limitada en la nueva ley de extranjería", explicó Etienne Piguet, profesor del Instituto de Geografía de la Universidad de Neuchatel.

Un estudio, que fue elaborado por cuatro departamentos del gobierno helvético y divulgado en junio de 2005, llegó a la conclusión de que en Suiza había unos 300.000 extranjeros residiendo ilegalmente, de los cuales 90.000 trabajaban de manera clandestina.

En cuanto a los últimos datos oficiales, de agosto de 2005, de los poco más de 7.500.000 de personas residentes en el país el 21,9% son extranjeras y 25.243 poseen un permiso de corta duración.