La Pedrera y sus "dolores de crecimiento"
Desde hace dos años un punto de la costa rochense concentra la mayoría de las miradas de los visitantes, medios de comunicación, autoridades y empresarios turísticos. La Pedrera vive un boom que, lejos de conformar, preocupa a sus habitantes permanentes y su visitantes de más años. Un pueblito frente al mar que ahora busca definir cómo hará para recibir ese crecimiento imparable, sin perder el encanto inicial que originó todo este interés. Informe de Mauricio Erramuspe.
Ubiquemos el lugar del que vamos a hablar. La Pedrera es un balneario sobre Ruta 10, a pocos kilómetros de La Paloma, el principal centro turístico de Rocha. Sus orígenes, según relata María Ferrer en el libro "La Pedrera. Vida y milagros", se remontan al primer loteo que se realizó hacia el año 1898, ordenado por Ramón Arrarte, quien era el dueño de esa gran estancia frente al mar que contenía esta pequeña punta rocosa rodeada de dos playas.
En 1910, unas 10 familias de origen vasco e italiano habían levantado sus casas. Así nace La Pedrera. Desde entonces a hoy, durante casi un siglo, fue un pequeño pueblo de cara al mar que, año a año, recibía a las mismas familias.
Isabel Güelfi tiene casa allí hace más de 20 años y es una fanática del lugar. Ella nos contó cómo eran aquellos habitantes iniciales: "La Pedrera tiene una historia de un pueblito de gente de Rocha que la sobreprotegió. Acá los llamaban los dinosaurios y bien que cumplieran ese rol porque ellos hasta borraban los carteles de la carretera para que la gente no supiera dónde quedaba La Pedrera", señaló.
Cualquiera que conozca La Pedrera entenderá las razones de aquel celo de los fundadores. Celo que, como veremos más adelante, continúa... aunque aplacado, claro.
Miguel Arrospide, además de empresario inmobiliario es integrante de una de las familias con más años en La Pedrera. En diálogo con Rodrigo Alonso, periodista de Asuntos Pendientes, Arrospide contó en pocas palabras la evolución que vivió el lugar: "Desde que yo tenía 10 hasta mis 28 éramos los mismos, nos veíamos verano a verano. Después hubo un quiebre por allá, por la década de los 90, 2000, donde La Pedrera fue descubierta por otra gente (...) Te diría que de los 90 a ahora La Pedrera pasa a ser un balneario conocido, difundido, pasó a ser un balneario, antes era un pueblito frente al mar".
Hubo "dolores de crecimiento" y los hay. Se trata de un pueblo que durante el año, más allá de familias con casa que van los fines de semana, tiene unos 100 habitantes permanentes. La primera quincena de enero puede recibir hasta 7 u 8.000 personas. Una explosión demográfica para la que La Pedrera aún no está preparada. Eso es claro, por ejemplo, cuando falta el hielo, las bebidas frías, el papel higiénico, la carne... Cosas que todos los que han pasado por allí algún fin de semana de enero pueden haber vivido.
"Calule", así pidió ser mencionado, tiene la Pizzería "7y3" desde hace siete años en la calle principal. Él habló del boom y de ese cambio que se vive verano tras verano. Dijo que el crecimiento es "demasiado": "Demasiado porque nos faltan muchísimas cosas. Nos falta infraestructura para crecer de la manera en que se está creciendo. Se ha hecho un boom enorme y tenemos servicios esenciales que están faltando. No tenemos una farmacia, el turismo, el transporte es horrible, hay cosas esenciales que están faltando para la cantidad de gente que está viniendo. Son dos pedreras, digamos. En invierno somos 100 y en verano 7.000 personas".
El libro "La Pedrera. Vida y Milagros", de María Ferrer, cuenta que el pueblo ha tenido tres etapas. "Cuando nos saludábamos aún en plena noche porque todos nos conocíamos; cuando comenzábamos a preguntarnos quiénes eran los que paseaban por la rambla y cuando ellos se preguntaron quiénes éramos estos viejos que estábamos en las casas".
Ese auge de La Pedrera tiene muchos mojones en su proceso de gestación. Sin duda la belleza y tranquilidad del lugar están en el origen. Los grandes eventos también forman parte de esa historia. Desde hace dos años se desarrolla la fiesta Vox Pop que en 2006 convocó a unos 7.000 jóvenes, el primer fin de semana de enero.
La convocatoria del Vox Pop hizo explotar todos los servicios de La Pedrera, todos recordamos los cuentos que llegaron a Montevideo por aquellos días. Más allá de que ninguna de las personas con las que hablamos cuestionó la organización de la fiesta que, dicen, fue impecable, el acontecimiento causó varios efectos laterales fuera del predio donde se desarrolló, a la entrada del pueblo. Muchos de quienes llegaban no tenían alojamiento y tampoco lo encontraban, la gran demanda de electricidad terminó provocando un apagón y no había cerveza, entre otras cosas...
El administrador del Camping, Luis Benenati, describió algunos de los problemas que hubo esos días: "Cuando la Vox Pop el camping estaba cerrado, llegamos a 600 personas y nos plantamos ahí. (...) En un momento cerramos el camping y se dio una situación fea porque la gente llegaba, había gente que venía de muy lejos que decía: mirá vengo de Salto a acampar porque quiero conocer el lugar por toda la promoción que se ha hecho y no tengo donde acampar y me quiero ir y no hay ómnibus´. Daban pasajes para tres o cuatro días después y la gente quedó presa de esa situación. Hubo gente acampando en lugares en forma irregular pero realmente ellos eran víctimas porque no tenían dónde ir y ni siquiera podían irse".
Entonces muchos terminaron durmiendo en las calles, saturando los servicios del balneario. Isabel Güelfi fue bien gráfica: "Se desbordan los baños, se desborda el tema eléctrico, no hay capacidad para dar la luz que tiene que haber. Directamente se apagó la luz. Pero se apagó la luz psicológicamente para una cantidad de cosas. Se acaban las papas, se acaba el papel higiénico, se acaba la cerveza fría, no había hielo... o sea que ni siquiera podés recibir a esa gente (...) se pudre todo. La gente duerme en la playa, abajo de los aleros de las casas. (...) El pueblo se desmadra, punto".
Carlos Taran, uno de los organizadores de Vox Pop, explicó que la convocatoria de la fiesta en general es a gente que ingresa al predio donde se realiza. Recordó que la mayoría de los comentarios que recibió de los pedrenses fue positivos y explicó dónde está el problema en su opinión: "La gente va a Vox Pop por las características de Vox Pop, creo que es gente que veranea en la zona o que se viene de Punta del Este o de Montevideo por el día. Vox Pop es una fiesta con entrada paga por lo tanto que genera un ambiente de gente que si va, va para la fiesta e ingresa. Creo que todo el entorno es parte de lo que está pasando en la zona. Creo que en la zona está todo bien pero ha ido creciendo desde el punto de vista turístico y quizás no esté preparada para recibir tanta gente. Pero no sólo con Vox Pop, te pasa con todo. Yo que produzco Vox Pop voy a comprar clavos y no hay. Y eso no es por la fiesta. Es un tema comercial que hace a cada lugar".
Sin dudas, La Pedrera está en un punto de inflexión. Tras la convocatoria de la primera quincena de enero muchos se están cuestionando cómo crecer sin perder ese encanto, como decíamos. Y las ideas y ganas de colaborar abundan en los vecinos y empresarios. En tanto, las autoridades tienen muchos proyectos. Isabel Güelfi definía que "después del cachetazo" están pensando en qué hacer.
Respecto a los planes de la Intendencia de Rocha, el intendente Artigas Barrios nos habló de algunas de las medidas que piensan implementar en 2007. Por ejemplo, en La Pedrera y La Paloma se creará una zona de boliches, alejada de los centros poblados: "Se va a disponer de un área de 20 hectáreas que tiene el municipio que están en la confluencia de la ruta 15, que es la que entra hacia La Paloma, y la 10 que es la que sale hacia La Pedrera, y en ese lugar se van a concentrar los negocios de bailes nocturnos. Hemos conversado con todos los empresarios y están todos de acuerdo. Creo que ahí vamos a lograr equilibrar las cosas entre el crecimiento y la tranquilidad que es uno de los elementos que este balneario siempre tuvo y sigue teniendo", explicó.
Barrios coincidió con Taran en cuanto a que la realización de ese tipo de eventos no es un problema en sí mismo. Dijo que hay que conciliar la oferta para los más jóvenes con la tranquilidad que buscan los mayores.
Actualmente, a iniciativa y costo de algunos propietarios del balneario, se renovó la iluminación de la rambla, que constituye el casco histórico de La Pedrera. También se trabaja para que el cableado sea subterráneo y no aéreo de modo de no "ensuciar" las panorámicas que uno puede tener desde la costa. Además hay planes para la calle principal.
"La Intendencia por su parte está proyectando el ordenamiento de la calle principal de La Pedrera manteniendo la característica que tiene. Hay quienes dicen que hay que exigir retiros, nosotros pensamos que no, nuestros arquitectos piensan que no, que La Pedrera tiene que mantener esa característica aldeana que tiene. La calle tiene que seguir siendo angosta como es hoy, hay que ordenar el tránsito, habrá que flecharla o algo, que tiene que seguir la gente transitando junto con los autos, los autos simplemente van más despacio cuando está la gente pero no es bueno impedir el tránsito de vehículos. (...) Hay que mantener las características de pequeño pueblo que tiene La Pedrera", indicó Barrios.
Otro tema importante es el de las regulaciones. En La Pedrera rige la normativa general de la costa de Rocha, con algunas especificaciones. A pedido de los vecinos, hace cuatro o cinco años, el arquitecto Matías Sambarino -que es propietario de una casa en el balneario además de haber diseñado otra- trabajó en un proyecto de ordenanza para moldear el crecimiento que se preveía en el balneario. Como nunca se concretó y, según nos dijo, fue "cajoneado" por las pasadas administraciones comunales, esa ordenanza sigue siendo necesaria, afirmó.
Sambarino comentó cuáles fueron los problemas que detectó en el balneario y, por tanto, qué preocupaciones son las que requieren atención más urgente: "La Pedrera tiene dos o tres problemas fundamentales. El primero es un tema que tiene que ver con las características del suelo y su saneamiento. La Pedrera por sus características no acepta estar colocando pozos negros en cada una de las viviendas. Entonces hay un problema ahí de que si la densidad aumenta se va creando un problema cada vez más grande y sin solución (...) El segundo es el tema de los usos de suelos, es decir cómo se interrelacionan los distintos usos para que no haya problemas. Básicamente hay problemas con las discotecas y las personas que quieren dormir. El tercero es el más importante de todos y es la microespeculación: el que se compra un terrenito para construir seis cabañas adentro. Tal cual va el crecimiento de la construcción de La Pedrera si no frenamos eso vamos a tener una montaña de cabañas en vez de un balneario".
Ese proyecto de ordenanza también contemplaba la preservación del casco histórico donde ya se han perdido algunas casas. La intención es que no se pierdan más construcciones que le dan el aspecto característico a esa primera línea de casas frente al mar, dijo Sambarino. Él y todos los consultados para este informe hablaron de que la naturaleza y el aire pueblerino son las principales cuestiones a conservar en La Pedrera.
Mariana Rovira este año puso un negocio de alquiler de sillas, tablas de surf y sombrillas en la Playa Del Barco, una de las dos del balneario, donde veranea hace más de 10 años. Ella nos contó qué en su opinión es lo que se debe conservar: "No perder ese encanto que tiene que es lo natural, lo puro. El hecho de ir por la playa y no encontrar un papelito. Tener todo tipo de caracoles, piedritas... Eso es lo que hace de La Pedrera el lugar encantado y también el ritmo de La Pedrera que, quieras o no, a algunas personas no les gusta, pero el ritmo tiene que ser lento. Porque si va rápido ya se transforma".
Álvaro Gutiérrez, propietario del restaurante Petisco, también señaló ese desafío que hay por delante: "Sigo creyendo en la apuesta inicial de La Pedrera como un balneario diferente, no algo así que sea masivo y una moda. Creo que tiene condiciones como para ser un balneario diferente a la largo plazo con sus bondades propias más allá de una moda. ¿Cómo se hace? No sé..."
Muchos están pensando en esa pregunta que planteó Gutiérrez. ¿Cómo hacerlo? En coordinación con la Intendencia, un grupo de vecinos está trabajando para crear los mecanismos de participación que permitan diseñar "una Pedrera posible", según definen. Además de la red lumínica que ya comentamos ahora piensan comenzar con un saneamiento alternativo.
"Somos un grupo de gente que no sabés lo que queremos a La Pedrera y que nos preocupamos (...) La semana que viene comenzamos un sistema de saneamiento a través de totoras que es un sistema natural porque nos damos cuenta que no podemos con el saneamiento que sí va dentro de la normativa y sí vamos a tratar de hacerlo. Hay una cantidad de gente con un empuje en La Pedrera, que La Pedrera tendría que ser la perlita de Rocha. Y eso el intendente lo sabe. La Pedrera tendría que ser Colonia del Sacramento de Rocha. Tiene casas de más de ciento y pico de años. Tiene una historia de gente que... Tiene las famosas piedras que son lo único que hay en Uruguay del contacto que hubo entre América, las Américas y Sudáfrica" , indicó Isabel Güelfi.
Aunque tienen algunas dudas de cómo hacer para llegar a la meta, Güelfi y quienes trabajan con ella saben qué es lo que quieren: "La Pedrera que la gente quiere que es ese lugar maravilloso de tranquilidad de pueblito chico y todo lo demás, eso está desfigurado y es lo que estamos tratando de conservar. No sé cómo vamos a hacer pero vamos a tratar de conservarlo".
Seguramente se abre entonces un período de intensas conversaciones entre vecinos e Intendencia. Mientras tanto, ahora esperan el Carnaval, una celebración muy tradicional en La Pedrera, con bailes de disfraces y un corso por la avenida principal. Una linda oportunidad para andar por esa zona, mientras esperamos qué medidas se tomarán de cara a la temporada 2007.