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Parque Batlle, una zona residencial para los que tienen techo y para los que no

El Parque Batlle es una zona residencial y central de Montevideo donde, desde hace unos meses, se registra un aumento de las personas "en situación de calle". Tanto que comenzó a llamar la atención de los técnicos que trabajan con esta realidad, en el marco de los planes del Ministerio de Desarrollo Social. Al parecer, muchos que antes estaban dispersos en el centro u otros barrios de Montevideo, comenzaron a desplazarse para dormir en este paseo de la capital. Las razones son muchas, tantas como las personas que duermen en el parque. Les proponemos una mirada a un fenómeno que en dos semanas comenzará a tener una atención específica por parte del Panes. Informe de Mauricio Erramuspe

Cada mañana, cerca de las nueve, el parque comienza a registrar un movimiento particular. Desde improvisadas carpas hechas de bolsas y mantas o simplemente emergiendo de un arbusto con el único reparo de alguna colcha, las muchas personas que pasan la noche a la intemperie comienzan a levantarse. Enseguida aparecen pequeñas fogatas en las que se calienta el agua para el mate. También se calientan ellos porque dicen que las noches ya comienzan a ser duras. En grupo o en solitario, en su mayoría hombres con edades difíciles de determinar se preparan para lo que es su permanente deambular por las calles de la ciudad.

Jorge y dos compañeros estaban en esas tareas cuando me acerqué a ellos. Una botella plástica de agua mineral, absolutamente deformada por el calor pero aún sin agujeros, servía de caldera junto al fuego. Ellos, tirados en el pasto, hablaban del frío de la noche y de los planes para el día.

Las razones para optar por el Parque, para Jorge, son bastante simples. Revertir la situación de calle, no lo es. "Buscan parque porque es donde hacés fuego para comer, para cocinar, para descansar (...) Mirá, yo tengo oficio y trabajaba mucho en empresas y eso... pero la verdad se complica mucho, en la situación en la que andás es muy complicado que te den trabajo por la apariencia".

Las personas que viven así son una realidad de hace años en Montevideo. La crisis de 2002 sin duda incremento el fenómeno pero la preocupación es anterior. Desde hace seis años, en los meses más fríos, se despliega el denominado Plan Invierno, o Frío Polar según su nombre original, que reúne a todos los que duermen en la vía pública y quieren refugiarse. Por ejemplo, para tener una idea estimativa de la cantidad de gente que puede estar en esta situación, la edición 2005 de este plan colmó las 450 camas que dispuso el Ministerio de Desarrollo Social.

Más allá de esos meses de invierno hay varias organizaciones no gubernamentales que siguen trabajando en esto, incluso en las épocas más cálidas. Lo hacen mediante convenios con el Ministerio de Desarrollo Social y su Programa de Atención a los Sin Techo.
 
Muchos de quienes evidentemente se despertaban después de una noche en el Parque Batlle dicen que no, que no viven en el parque, que están de paso. A pesar de "estar de paso" son capaces de señalar a los que sí viven.

Cerca del Estadio Centenario, frente a la Tribuna América, hay una familia. Una madre con cuatro hijos vive con su pareja. Además, otros tres hombres integran ese campamento. Rosana llegó hace dos meses. Antes estaba en un refugio del Plan de Emergencia pero decidió irse porque, dice, había muchos problemas, peleas y robos. Prefirió estar en la calle o en el Parque.

"Si ellos no ponen límites más vale no quedarse ahí. Quedate al aire libre que sabés que si te roban las encontrás enseguida, entonces me fui del refugio. Y creo que estoy mejor acá que en el refugio (...) Porque en el refugio los gurises no tienen para jugar, entendés... Pasan de problema en problema, hasta por un plato de comida te peleás igual, entonces acá no, acá comen todo el tiempo. Ahí tienen horarios, cuatro veces al día comen y ya está, hasta el otro día no ves más nada... No me sirve porque mis hijos se están criando mejor acá... Fijate, el bebé tiene cinco meses y mirá lo gordo que está. Entonces no, mejor me quedo acá con ellos", explicó Rosana.

Pese a que dice preferir el Parque, Rosana reconoce que muchas veces siente miedo: "Ves muchas cosas, ojo, porque de noche salen los tiburones (...) y durante el día si le tienen que robar a una persona, le roban y ya está. Pero la vas llevando... (...) Los tiburones son los... cómo te puedo decir, los gays, vamos a hacer así... (...) Tiene muchos árboles y entonces se esconden (...) Incluso nosotros nos sentamos acá a tomar mate de tarde, de noche... A veces estamos hasta tarde. Pienso y me acuesto durmiendo en que va a venir tal cosa o el mismo refugio me puede llegar a sacar a mis hijos que si me los sacan me muero, te digo la verdad".

Una de las principales preocupaciones de estas personas que viven en el Parque Batlle es la seguridad. Allí la relación con la Policía es más lo que los cuida de lo que los reprime. Señalan que la Policía aparece cuando hay peleas o discusiones pero no cuando están tranquilos. Dentro del Parque, en el Estadio Centenario, muy cerca de donde vive Rosana junto a su familia, hay una Seccional: la novena.

Jorge, que había dormido cerca de la esquina de Avenida Ricaldoni y Avenida Italia, nos comentó otras preocupaciones y cómo impactan en ellos: "Muchas gente que están tirados en el alcohol, se entregan, por la misma discriminación. Te va entregando la calle... Entonces vos no te dejás entregar. Yo alcohol no tomo casi. Fumo mucho. Drogas ni ahí tampoco porque ve de todo en la calle. Y conservo la edad que tengo si no, estaría arruinado(...) A veces hacemos un fogón y cocinamos, una lata igual. ¿Qué pasa? Los adolescentes andan mucho, escapados del Iname todos y zafamos mucho de esos gurises. Porque pasa lo siguiente: te traen problemas. Si vos te descuidás, te roban lo poco que tenés".

Y los vecinos también son una preocupación aunque la mayoría de las personas con las que hablé, con o sin techo, dice que casi no existe interacción. Aunque cercanas, ambas realidades parecen no cruzarse. O, si se cruzan, es por solidaridad. Rosana por ejemplo cuenta que, cada vez más frecuentemente, algunos vecinos les acercan comestibles.

Jorge tiene una visión un poco distinta: "La gente que anda acá en el parque, que anda con perritos, paseando perros, andan niñas, divinas, pero uno no se mete, vos buscás un lugar. Hasta te saludan y todo. A veces se empiezan a adaptar a verte, pero uno no se mete. Uno que se va a meter. Si uno se mete... Policía al toque. Qué se va a meter?"

Jorge tiene mucha experiencia en estas lides. Hace 10 años que no consigue salir, más que de a ratos, de la situación de calle. Y esta es una realidad que se repite y se transforma en la más compleja a la hora de un abordaje técnico.

En realidad no hay cifras exactas sobre la cantidad de gente en esta situación. Recién se está comenzando un conteo que es muy complejo porque esta población se mueve mucho. Yo me animaría a decir que en las veces que fui no debo haber visto menos de 30 personas durmiendo. En un recorrido perimetral, no interior, hecho por la Brigada de Calle de Factor S se contó a 10 personas. En cifras más generales, por ejemplo en la zona de influencia del Centro Comunal 2 -Punta Carretas, Parque Rodó, Puente Sarmiento- esta ONG lleva "avistadas" unas 120 personas.

Pero ahora, parece, que el Parque Batlle se va transformando en una zona central de esta problemática. Las razones son muchas y difíciles de determinar. Lo objetivo es que desde hace unos meses muchas más personas deciden dormir en el Parque.

María del Carmen Gómez es la coordinadora de la Brigada Calle de Factor S, una de las dos ONG que trabajan en Montevideo con esta problemática. En principio, ellos recorrían sólo la zona de Punta Carretas y Parque Rodó, que había sido una de las licitadas por el Ministerio de Desarrollo Social. En el Centro trabaja otra ONG.

Sin embargo, en Factor S ahora son conscientes de la necesidad de ampliar el área e incluir al Parque Batlle. Gómez cuenta que muchas personas que antes dormían en el Centro y que ellos conocen, ahora se trasladaron al Parque. Para ella las razones de ese traslado son cuestiones personales o dinámicas que se van generando entre ellos. Por ejemplo, una particularidad del Parque es que las personas que duermen allí se nuclean mucho más que en otras zonas.

"El tema de parque tal vez sea una realidad diferente a la que tu te encuentras por la calle. Es diferente... se nuclean. Capaz que es otro perfil de la población la que está ahí. Como equipo, nosotros vamos a planificar primero para qué contactar a la gente, qué propuesta llevar y también saber qué demandas hay. ¿No?", indicó Gómez.

Hasta ahora ninguna ONG trabajaba en el Parque. La brigada que coordina Gómez comenzó hace unos días a hacer un primer relevamiento. Ella estima que en un máximo de dos semanas estarán trabajando directamente en esa realidad: "Algunas de las personas que están ahí han recurrido al Mides o de pronto a Factor S a los compañeros que están trabajando en la brigada que son del Movimiento Uruguayo de los Sin Techo pidiendo alternativas como el cobro del Ingreso Ciudadano, pidiendo refugio... El tema es por qué están ahí, por qué siguen ahí".

Las razones para estar en la calle son muy diversas. Sin embargo, se pueden establecer algunas generalidades y algunas formas de salida.

"Te encontrás con varias realidades. Con el que demanda refugio y que ha estado en refugio y no se ha adaptado, que ha tenido dificultades de convivencia, dificultades en aceptar la normativa de un refugio por el tema del consumo, por el tema de los trastornos psiquiátricos. Hay como muchas variables en el porqué alguien está en situación de calle. Te encontrás desde los que han estado en la red de refugios y han fracasado si se quiere, o te encontrás los que nunca quiere o que nunca han estado ni siquiera en un plan invierno que son aquellos más crónicos, con más deterioro. El trabajo de la brigada es ese. Existe en la red de refugios del Plan de Emergencia un refugio baja exigencia, el refugio Andares, es ahí donde la brigada apunta con esta población", explicó Gómez.

Pero, antes de llegar a ese extremo, el de la salida -o "entrada" en este caso- hay instancias previas. La situación de algunas personas, por su breve historia "en calle", como dicen estos técnicos, se resuelven con una mínima intervención. Otras, por más trabajo y ganas que se pongan, no se resuelven. Ese es el abordaje que María del Carmen describió de manera muy simple aunque sin duda debe ser muy complicado: "Se hace a través del vínculo. Cara a cara, sentarte, presentarte, decir "acá estamos", podés contar con nosotros, te tiramos líneas, las agarrás si querés y si no, tratamos de que quieras. Es una cosa así".

Mientras comienzan esas entrevistas, las vidas en el Parque continúan. Muchos esperan ese contacto porque tienen dudas e interés por incorporarse al Plan de Emergencia, si es que ya no lo están. Según las conversaciones que tuve con ellos, los que dicen estar "en calle" hace menos tiempo sistemáticamente mencionan los refugios como una alternativa. Los que están hace más tiempo, en general, rechazan esa idea.

Ahí está el principal desafío del trabajo de brigadas como la Factor S: qué hacer cuando no hay demanda de asistencia de ningún tipo. Muchas veces los técnicos se encuentran con personas que directamente afirman no necesitar ayuda y no quieren recibirla.  Según Gómez, la mayoría de quienes están en el parque se perfila en ese sentido. Es decir, aquellas situaciones más crónicas y, por ende, más difíciles de atender.

Otro tema en el que se puede pensar es si hubo un impacto en el mercado inmobiliario de la zona, a raíz de este fenómeno. Sin embargo, no encontré vecinos que señalaran ese problema.

El operador inmobiliario y editor de la Revista Propiedades, Julio Villamide, afirmó que el Parque Batlle es una zona de baja rotación en la titularidad de los inmuebles. O sea, es una zona donde la gente se muda poco. Para él, no hubo un impacto en los precios de las propiedades: "Nosotros no lo hemos notado aunque sí hemos visto ese fenómeno que es un fenómeno obviamente negativo en primer lugar para los que viven en esas condiciones y en segundo lugar para la ciudad y un paseo público muy caracterizado como Parque Batlle. Pero no hemos percibido impactos vinculados con eso porque en general no creo que afecte la seguridad sino más bien es un tema estético, de presencia, de cierta molestia pero no vinculado con la inseguridad (...) Los valores inmobiliarios cada día más guardan relación con la seguridad ya sea real o a veces imaginaria".

El barrio del que habla Villamide surgió en el año 1906, cuando se creó el Parque. Desde entonces se ha ido convirtiendo en una importante zona residencial por la calidad de las casas que se construyeron alrededor de este gran espacio verde, todo un pulmón en la ciudad. Sin embargo, crecientemente ha sido escala también de otros movimientos sociales menos favorables o positivos. En todas las conversaciones aparece la transa de drogas, las relaciones sexuales en general homosexuales y, desde hace un tiempo, la importante presencia de personas sin hogar.

Con mucho o poco tiempo en esa situación, muchas personas vagan por la ciudad, quizás, a la espera de que pase algo en sus vidas. Otros ya no esperan nada. Ese no es el caso de Jorge: "En la calle te sentís discriminado pero yo no me entrego nunca. Porque la gente no es culpable... te ve así y anda con un nenito y le dice "vení para acá". Y no tiene esa cosa (...) Tá todo el mundo enrejado. Yo los comprendo, están asustados. Uno no se asusta, uno vive acá, duerme acá pero puede amanecer sin cabeza. ¿Me explico? Ya está preparado en eso. Pero... Yo siempre tengo pensado en progresar, siempre, esto es provisorio, busco trabajo, algo, no es la mente morir acá adentro, hay gente que está hace 30 años acá. No es mi mente eso".